Capítulo 11

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Park MinHyuk se encontraba tirado en su cama. Habían pasado un par de horas y cuando se asomó a la ventana ya era de noche. Dio un gran suspiro. No sabía qué hacer y ya era muy tarde para arrepentirse.

Salió de su habitación y fue a la cocina por capricho de su estómago. Cuando terminó su cena, fue de regreso a su habitación.

Se acostó bocarriba, sumido en sus pensamientos, sin saber cuál será el proceder de su persona.

Lo primero en lo que pensó fue que ya no debería vivir ahí. La casa era muy grande y él estaba solo. Además, tenía conexión con la dulcería y la fábrica, y lo que menos quería era eso.

La dulcería...

La fábrica...

No tenía idea de qué hacer con su vida. Lo único que sabía era elaborar dulces y venderlos y ya no quería hacer eso.

Sus pensamientos chocaban entre ellos y cuando quería hablar para poder ordenar sus ideas, las palabras se atoraban en su garganta, quedándose mudo y muy confundido.

Eso no estaba bien.

Su cerebro estaba tan caliente que ni siquiera se molestó en intentar dormir, a pesar de que sus ojos le rogaban que lo hiciese. Prendió la tele para distraerse un rato y finalmente pudo quedarse dormido gracias a que en la película que puso todos los personajes se estaban durmiendo gracias a tres hadas.

Al día siguiente despertó muy tarde. Tomó un café y después fue por un periódico para ver posibles opciones de una nueva residencia y empleo. También vio la noticia del cierre del Edén Park, misma dada por TaekWoon a quienes editaban el periódico, inevitablemente sintió un vacío, pero siguió con lo que buscaba.

Encontró unos departamentos y un trabajo como repartidor de una perfumería. Primero fue a los departamentos, pero un requisito era tener empleo y él no tenía uno. Después fue a la perfumería, donde le concedieron una entrevista para el día siguiente.

Fue al banco para verificar el dinero que tenía, el cual resultó ser bastante; la mayoría era por herencia de su padre y otra parte era por su propio trabajo.

También, fue a un orfanato para hablar con las encargadas; ya que quería hacer una donación. Todos los dulces que quedaron en el Edén Park, tanto en la tienda como en la fábrica, fueron donados. Incluso los insumos también. Las encargadas del orfanato estaban muy agradecidas y los niños no cabían dentro de su alegría. MinHyuk pasó el día con ellos, y empezó a sentirse menos miserable.

Aquella noche pudo dormir tranquilo, ya que la satisfacción de ayudar a otros lo relajó un poco.

Al día siguiente, fue a la entrevista de trabajo. El señor Kang, dueño de la perfumería, lo recibió y fue muy amable.

- Park MinHyuk, ¿qué es lo que le motivó a venir a la empresa?

- Para ser repartidor hay que conducir y yo tengo mi licencia, es algo que domino. No tengo muchos estudios, así que no puedo pedir otro puesto en otro lugar.

- Según su currículo, a pesar de que no ha estado en la universidad, salió de la escuela con excelentes calificaciones, además tomó cursos de matemáticas, administración y hasta repostería. Y por si fuera poco, usted estuvo a cargo del Edén Park, puedo preguntarle, ¿por qué cerró?

- Preferiría no hablar de eso, señor Kang.

- Le entiendo. MinHyuk, seré sincero con usted. Está demasiado capacitado como para ser solo un repartidor, eso déjeselo a alguien que no tenga su experiencia. Estoy consciente de que necesita trabajar y para no hacer su venida en vano, puedo ofrecerle otro puesto aquí mismo.

Pedrería a colores (Rocky Y MJ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora