Blanco.
Impoluto, puro, brillante.
Caen copos de nieve en las instalaciones de U.A, no es la primera nevada del año y ciertamente Todoroki no encuentra nada de especial en ella. Poseyendo un quirk que le permite congelar todo desde los cuatro años, poco se admira del invierno. Es incapaz de sufrir por el frío por cuestiones del clima, puesto que su quirk de fuego le protege — al menos cuando no lo utilizaba para los combates —. Y viene a ser casi lo mismo cuando es verano y el calor se vuelve insoportable.
Así que lleva una chamarra ligera, considerando la temperatura, mientras se encamina hacia el aula de combate que solicitó con el profesor Aizawa, se ha cambiado el uniforme por un pantalón de chándal, la chamarra y una playera de algodón.
El aula en realidad tendría que llamarse Dõjõ; es un espacio demasiado amplio en forma rectangular, el piso es una duela de madera oscura, en el shimoza se encuentran apiladas planchas de colchonetas, pero carece del kamidana. En realidad hay poco en el lugar. Todoroki supone que el diseño, un intento por hacerlo ver tradicional, debió ser idea de algún profesor antiguo, pero su construcción debe ser especial dado el tipo de estudiantes que se encuentran entre sus paredes.
Así que se sienta a esperar en los escalones principales del sitio, mientras contempla los copos de nieve que bailan a su alrededor mientras congelan el mundo durante un segundo. Entonces lo ve.
Primero es el dorado. Luego hay dos brasas encendidas en un rostro pálido, sutilmente arrebolado por la gran chamarra que porta, la figura de Bakugo va enfundada en negro y naranja, casi como su traje de héroe. Inclusive lleva guantes.
Y probablemente aún no lo ha visto, o quizás vaya demasiado ensimismado en sus pensamientos, el punto es que su rostro, con su usual ceño fruncido o excitado por la batalla, en ese momento es como la nieve. Es un rostro suave, sin arrugas de frustración o enfado, tiene la punta de la nariz roja, como el reno del señor gordito y bonachón, y ese rojo se degrada al rosa para cubrir sus pómulos. Es cálido.
La sensación que embarga a Todoroki es la misma que aquella cuando peleó contra Midoriya y recordó por qué deseaba ser un héroe. Es pura emoción, una conmoción. Es el deseo de proteger ese rostro y acercarse a esa calidez — que puede suponer será más que cálida, será abrasadora — sin miedo a quemarse, de extender sus manos frías y tibias hasta esas mejillas, ver esos colores avanzar entre el blanco hacia él.
—¿Qué estás haciendo mitad-mitad?
Bakugo recompone su mueca de disgusto cuando está a dos metro de Todoroki. Enarca una de sus cejas rubias y patea un montículo de nieve en su dirección. Y esta cae en un charco de agua tibia.
—Te espero.
—Bueno, ya llegué. ¿Por qué vamos a entrenar en este jodido lugar? Va a caerse en cuanto empecemos...
—Practicaremos combate cuerpo a cuerpo.
—Pero tú no sabes pelear.
—No puedo depender únicamente de mi quirk.
—Entonces deberías pedirle ayuda al chico de la cola.
—Tú eres mejor en combate, solo necesito lo básico para defensa.
Bakugo le dedica una media sonrisa torcida, como si una parte de él estuviera complacido por sus palabras pero otra fuese reticente ante su gozo. Avanza evitando el charco de nieve derretida, algo que no tiene sentido dado el frío que le está congelando hasta el alma. Pega un brinquito hasta el primer escalón y mira desde su altura a Todoroki. Lo que ve le gusta; es la cara contrariada del chico más fuerte de la clase, es verlo hacia abajo puesto que de pie Todoroki es más alto que él. Es verlo pedirle un favor y eso hace que se estremezca. Siente como si le estuvieran otorgando un quirk nuevo, un poder diferente, mientras los ojos heterocromáticos le miran sin reserva.
—Halagarme no va a servirte de nada, mitad-mitad.
—Cuando me hayas enseñado a pelear, te daré la revancha del festival deportivo.
—Esa es una mejor propuesta, Todoroki.
El aludido se levanta y asiente, mientras que Bakugo le ofrece la mano derecha para sellar su contrato. Sus miradas se encuentran pese a la diferencia de estaturas, Todoroki se acerca más al blondo y cuando sus pieles entran en contacto todo estalla para ambos.
De lo único que Todoroki es consciente es de lo mucho que quiere permanecer así. Y de lo que Bakugo es consciente es que Todoroki es suyo.
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Disculpen la tardanza pero esta semana fue ajetreada para mí.
Cronológicamente la historia va por invierno del primer año, en cuanto al manga toma referencias hasta el avance de la relación entre Bakugo y Todoroki después del enfrentamiento entre la clase 1A y 1B. Algo así del capítulo 195 hasta el 220, porque después va muy de la Liga de villanos contra El ejercito de liberación.
Dudas, quejas, sugerencias las leo. Y disculpen el OoC.
Actualización antes del miércoles, espero.
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Delicado
FanfictionTodoroki no se da cuenta, de hecho Bakugo tampoco lo hace, sin embargo están ahí; juntos. De una manera que no llega a ser íntima, mas han avanzado tanto que, por otra parte, no pueden llamarse simplemente compañeros de clase. -Bakugo es delicado. ...