Hawks

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Hawks es el héroe más rápido que hay, Enji no tiene la menor duda al respecto. Menos cuando se encuentra a treinta centímetros del suelo sujetado por las alas del más joven y con otro par cubriendo su boca.

Las alas rojas lo conducen de vuelta por el pasillo hacia el interior del gimnasio. Hawks va a la cabeza y en cuanto entran ambos se encarga de cerrar la puerta y ponerle el seguro.

Solo entonces libera las alas que mantienen callado al pelirrojo adulto.

—¿Qué se supone que acaba de pasar?

Enji, mudo por la impresión se queda mirando al rubio. Sus brazos caen laxos a su costado. Las llamas se mantienen encendidas como una brasa y Hawks sabe que esas alas serán quemadas.

—¿Qué es lo que estabas pensando hacer? — vuelve a increparle Hawks.

El héroe finalmente se queda lívido y Hawks teme que vaya a desmayarse ahí. No le supone un problema cargar con él y llevarlo a su habitación. Es una gran oportunidad tener a Enji a su merced, sin embargo antes de que su sonrisa lo traicione carraspea intentando mantener la compostura.

Sinceramente le parece algo exagerada la reacción del hombre mayor y no considera que los veinte años que marcan la diferencia de edad entre ambos sean los culpables. Tomando en cuenta que en su sociedad hay todo tipo de fenotipos y quirks lo de menos es que al hijo menor del héroe número uno le guste otro hombre.

Cosas peores han sucedido como lo que murmura Natsu cuando se le pasa la mano con el sake.

Está Toya. El primogénito. Del que nadie habla. Es incluso un tabú mayor al de Rei Todoroki.

Así que ¿qué de sorprendente tiene que a Shoto le guste Bakugo Katsuki?

Al héroe número dos siempre le ha atraído la belleza. Está con Endeavor por cuestiones que van más allá de su trabajo (y todo lo que implique). Le gusta el cuerpo cincelado del pelirrojo y sus refulgentes orbes azules. Hawks ama sus ojos. Y todas las chicas con las que ha estado antes han tenido algo bello que admirar. Bakugo, el rubio problemático de la U.A. es atractivo. Supone que tiene lo necesario para captar la atención de quien quiera. Aunque su personalidad parezca ser un inconveniente a Hawks no le molestaría tomarse unos minutos para ablandarlo... Cuando fuese mayor de edad, por supuesto.

Por eso en cuanto escucharon de manera accidental la conversación entre los hijos de Enji, Hawks tuvo que utilizar la fuerza para llevarse al adulto.

Enji no había dicho palabra alguna desde que vio a sus vástagos platicar de manera tranquila bajo el cielo nocturno. Le hace pensar en lo que les arrebató, la confianza, el amor, el tiempo compartido como familia que, en teoría, son. La clase de escena a la que no está acostumbrado puesto que jamás les dio la oportunidad de llenar la casa de bonitos recuerdos. Ni de ningún suceso que sea digno de recordar.

De cualquier forma no necesitó gritar su clásico ¡Shoto! Para que Hawks entendiera que era mala idea quedarse ahí. O permitir una confrontación entre padre e hijo. Le bastaba con ver las llamas del mayor.

Hay cosas que Hawks entiende sin palabras. Y una de ellas es que Enji Todoroki es voluble y sus llamas reaccionan de manera instintiva ante las emociones de su portador cuando baja la guardia.

—Shoto está enamorado.— Repite Enji, al fin saliendo de su ensimismamiento.

Hawks contempla el rostro del hombre buscando rastros de ira o algo peor pero solo encuentra una cara en blanco. Ilegible. Pese a que los ojos azules siempre suelen decir más de lo que su boca y cerebro se permiten.

—Creí que lo había arruinado tanto... — confiesa el mayor. Se desprende de las alas y toca el suelo con una delicadeza que parece ajena dada su corpulencia.

—¿Qué?

—Nada. No importa.

Hawks se pregunta si eso es bueno o malo. O si solo es Enji Todoroki siendo él mismo. Un caso perdido cuando se trata de sus hijos.

—Puedes quedarte a cenar. — dice Enji, como para desviar el tema o para restarle importancia. Aun así el pelirrojo va haciendo su respiración más pesada y sus ojos se van haciendo pequeños, del mismo modo que cuando analiza algún caso.

—¿Y qué hay de dormir?

Enji gruñe, sus ojos vuelven a ser severos con el desvanecimiento de su confusión. A Hawks le gusta más ese Enji. El que puede leer.

Y no va a permitir que el niño bonito y adoración de Enji lo cambie.

Barajea la posibilidad de tener una plática con el menor. Algo que no suene a: —Shoto, ya estás en edad de que hablemos de eso.
Puesto que no le corresponde, aunque quisiera. Su deseo va más allá de adoptar una figura paternal o maternal puesto que no le preocupa Shoto, sino su padre.

—¿Le dirás a Sho...?

—Ni una sola palabra, Hawks — lo corta con brusquedad, y por primera vez el rubio ve una nueva faceta que quizás ni siquiera sus hijos hayan visto en él —. No cometeré más errores con ellos.
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Les comunico que desde el sábado está ya disponible el extra por los 1k votos. Se llama Grind me down, es una secuela de Delicado ambientada en su tercer año. Las espero por allá.

No haré de Enji un cabrón aunque lo haya sido. Demostró su valía como héroe contra el nomu de alta gama y que va a luchar por convertirse en alguien que le guste más a su familia, enfrentando sus errores de cara.

Si creen que Enji no puede ser un padre celoso y protector es porque aun no lo han visto interactuar con Katsuki.

Y sí hay tintes de EndeHawks unilaterales.

Nos vemos el viernes.

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