Cap. 11 | Aceptar

1.1K 119 60
                                    

Regreso a mi habitación con el botiquín en las manos. Treyton permanece acostado en mi cama, ocupándola absolutamente toda.

Con cuidado, le quito los converse descoloridos, al igual que la chaqueta, dejo sus cosas en mi buró y tomo el balde de agua, exprimo el paño y me concentro en limpiar la suciedad que cubre su cara.

—Phoenix —balbucea, sorprendiéndome hasta la mierda.

—Shhh, el médico llegará pronto —digo, volviendo a la tarea de dejarlo más o menos presentable.

Mis manos no han dejado de temblar. Tengo los nervios a flor de piel, están carcomiendo mis entrañas. No puedo soportar ver a Treyton así, no cuando lo he visto ser altivo, tenaz y vibrante, tan lleno de seguridad.

Mi teléfono vibra con la llegada de un nuevo mensaje de texto. Suspiro al leer las palabras y corro hacia la salida.

La mirada cansada de mi vecino me saluda cuando abro la puerta.

—Vine tan rápido cómo pude —dice, soltando una exhalación.

—Pasa, él está en mi recámara.

Lo guío por el pasillo hasta mi habitación y sus ojos se abren de par en par al ver a Treyton acostado en mi cama.

—Santo Dios Phoenix, ¿qué le hiciste a este pobre chico? —exclama.

Lo miro con expresión asesina. —Yo no le hice nada... esta vez —añado.

Él sonríe y coloca su maletín a un lado de la cama para posteriormente comenzar a revisar a Treyton.

Mientras observo a Treyton quejarse, no puedo evitar morderme las uñas y prácticamente ya estoy quedándome sin cutículas. —¿Cómo está? —pregunto.

—Pues... me temo que tiene una costilla fracturada, no sabría decirlo con seguridad hasta que se haga una radiografía y algunos exámenes médicos más.

—Cody, ¿él va a estar bien?

—Lo estará —buscando entre su maletín, saca un bote pequeño de píldoras—. Tiene que tomar dos de esta una vez al día, es para contrarrestar el dolor y prevenir la temperatura.

—Ok. Le daré la primera dosis cuando despierte.

—No. Ya le he inyectado un sedante, aunque no descarto que pueda tener alucinaciones.

Miro a Treyton dormir en mi cama y un suspiro escapa de mí.

—Va a estar bien —dice Cody—. Y si quieres mi consejo, deberías llamar a la policía, quien lo golpeó lo hizo con saña e intención de lastimarlo mucho.

—No sé quién lo hizo, eran cinco y todos llevaban pasamontañas.

Cody suspira y niega con la cabeza. —Aun así. Deberías denunciar lo ocurrido.

Acompaño a mi vecino a la salida y me despido de él, pagándole la consulta, pero como siempre, él rechaza mi dinero. Desde que Kiara y yo nos mudamos, Cody ha sido el vecino más amable que dos chicas pudieran tener y es en momentos como estos que agradezco tenerlo disponible en la puerta de al lado.

Una vez a solas, me concentro en preparar una sopa de pollo con verduras, antes de escabullirme en la cocina, regreso a la habitación para comprobar a Treyton.

No puedo evitar pasar mi mano por su frente y apartarle los mechones de cabello que la cubren, este hombre realmente necesita un corte urgente, pero también reconozco que luce atractivo de cualquier forma.

Él respira normal, su pecho sube y baja debido a sus lentas inhalaciones y exhalaciones, yo misma dejo salir un suspiro aliviado al verlo un poco mejor, así que voy directamente a la cocina.

The Only Reason©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora