•23: Interrupción•

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Era tan excitante, sus labios suaves, era el manjar que jamás había probado. Él frente a mí, estaba echando mi cordura por la borda, sólo para estar con él, para dejarme llevar por la lujuria.

Estaba cegada por el deseo y la lujuria, puse mis manos en su pecho y lo empuje hacia atrás, me levante, en su mirada se veía confusión así que volví a empujarlo de espaldas al sillón, me senté encima de él rodeando su cuello con mis brazos. Sus manos agarraron con fuerza mis caderas, mojo sus labios con deseo, hice lo mismo y estampe mis labios con los de él.

Aceptó el beso, mordiendo mis labios con furia y desesperación, sentí un bulto bajo mi intimidad que rosaba esta, moví mis caderas con lentitud, la sensación de sentir rozando mi intimidad me cego aún más y seguí moviendo mis caderas, buscando sentir por más tiempo la sensación. Sus manos fueron a parar en mi trasero, lo empujo hacia arriba y se levantó conmigo encima, me llevo hasta el vidrio reforzado del ventanal y allí me estampó otro beso, tomo mis manos con firmeza entre las suyas y las subió, las sostuvo con una mano y su otra mano fue en busca de mi abdomen, tocaba con suavidad dejando un escalofrío en mi espalda que me hacia temblar, cada vez torturandome más, su mano dejo mi abdomen y levanto mi pierna derecha, se metió entre las dos y su bulto rozó con mi intimidad, lo mire con desespero el solo sonrió y lo hizo nuevamente, su boca busco mi pecho y ahí dejo un beso tierno lleno de sentimientos.

Su mirada se poso en la mía, ahogandome como siempre, aunque me gustaba ser ahogada por esos pozos sin fondo que tienen sus ojos. Él repetía la acción una y otra vez, haciendo que yo soltara gemidos que parecía, era gasolina para sus acciones.

Despacio y tortuoso era como lo hacía, pero algo jodidamente excitante que me hacia perder los sentidos, volvimos a besarnos con desespero, él dejo mis labios y fue a mi oreja para susurrar: ㅡTe lo advertí, pervertida.

Lo dijo con un tono de burla, lo que me hizo sonreir fue su manera de llamarme 'Pervertida'.

ㅡ¿Y-yo soy la pervertida? -Se mordió el labio inferior y volvio a mirarme con una ceja levantada.

ㅡ¿Me estas diciendo pervertido? -Asenti ㅡNo he sido pervertido contigo, pero si quieres que lo sea... lo seré. -Asenti de nuevo mordiendo mi labio, su expresión era firme y tan... tan perfecta. Me beso de nuevo, lo acepté con deseo, la puerta sonó y me sentí maldita, ¿A quién se le daba la gana de tocar en este momento?

ㅡMaldita sea. -Susurre entre dientes, me miro con obviedad y guiño un ojo.

ㅡPervertida. -Se alejó de mi y llevo el plato de malvadiscos y los vasos a la cocina, los lavo y el plato lo dejo en la isla, lo mire con ternura y desapareció por el pasillo. Arrastre los pies hasta la puerta y abrí.

ㅡ¡Hola, mamá!, ¿Que haces aquí? -Pregunté ladeando la cabeza.

ㅡSólo quería saber como estabas con lo de Sam, en serio lo siento, porque no te dije antes.

ㅡAhí Ma, no pienses en eso, estoy bien, ¿tú estas bien?

ㅡLo estoy. ¿Estas sola?

ㅡDigamos que sí... -Dije nerviosa.

ㅡ¿Y Ying y Yang?

ㅡEstan dormidos.

ㅡ¿Los dos?

ㅡSí, los dos.

ㅡLos quiero saludar.

Suspire.

ㅡVamos a buscarlos en mi cuarto, seguro estan allá. -Camine hasta mi habitación con mamá siguiendome  deseando que Lucifer no estuviera ahí.

Abrí la puerta y... ¡no estaba! Celebré en silencio. Entre y allí estaban los perritos, los dos encima de mi cama. Entre y fui empujada por mi mamá como una loca.

ㅡ¡Auch! -Proteste y toque mi hombro.

ㅡLo siento. -Me dio una sonrisa y abrazo a Ying y Yang despertandolos.

ㅡEsta bien, ¿Se te ofrece algo más?

ㅡNo, sólo vine a ver como estaban. Y cambiate, ¿Que tal que alguien importante venga?

ㅡ¿Quien vendría?

ㅡNo lo se, pero es mejor que te cambies.

ㅡPero me gusta estar así, en mi casa. -Señale mi vestuario.

ㅡ¿Y? -Se puso ruda y tuve que aceptar.

ㅡY ahorita me cambio... -Rodee los ojos cuando se volteó. Lucifer apareció en la puerta, miro de mala gana a mamá y luego me miro. Moví mi mano para que se fuera de ahí, recibí un guiño de ojo y un beso volador en respuesta. Se fue y pude respirar.

ㅡBueno, me voy. Ah, sí ¿Recuerdas el velorio al que te invitaron?

ㅡSí, ¿Que pasa con el?

ㅡQue es mañana, y tienes que estar lista para que Madeleine venga por ti, no lo olvides.

ㅡNo lo olvidaré... -Mamá se levantó de la cama y camino hasta el pasillo, la seguí y abrí la puerta principal.

ㅡAdiós, cuidate. -Dio un beso en mi mejilla y se fue.

Volví al pasillo y entre al cuarto de invitados, Lucifer estaba sentado en la cama con su ropa, me miro y se levantó.

ㅡYa oiste a tu mami... ve a cambiarte. -Dijo firme, lo mire con el ceño fruncido.

ㅡ¿Qué? No lo haré, ¿Para qué lo haría?

Me miro de mala gana.

ㅡSólo ve a cambiarte, ¿O quieres que me vaya? -Se acerco y dio un beso en mi mejilla.

ㅡEres un desconocido. -Me encogi de hombros juguetona.

ㅡ¿Qué? Claro que no. Te conozco y yo a ti.

ㅡSiquiera conozco tu apellido.

ㅡEso no importa... -Fruncio el ceño.

ㅡY tampoco se que te gusta.

ㅡOreo con mantequilla de maní.

ㅡEra cierta mi sospecha... bien, voy a salir contigo, sólo porque me das curiosidad.

ㅡTe gusto. -Lo mire sorprendida y me gire para irme.

ㅡClaro que no. ¿Quien te dijo eso?

ㅡSe nota... hace un momento querías que te follara duro contra ese vidrio y- Me acerque corriendo y le tape la boca.

ㅡCalmate, ¿si? -Asintió, quite mis manos de su boca y lo mire esbozar una sonrisa coqueta. ㅡY decías no ser pervertido.

ㅡLo soy, pero no más que tú. -Inhale con tranquilidad y le pise el pie. ㅡ¡Auch! -Se toco el pie.

ㅡ¡No soy pervertida!

ㅡPareces un tomate... ¿vas a explotar? -Solto su pie y ladeo la cabeza.

Suspire y lo mire de mala gana.

ㅡNo, no voy a explotar... -Camine hasta mi habitación.

ㅡEsta bien, pervertida. -Cerré la puerta en su cara, ¡tenia una sonrisa de satisfacción qué!... y suspire buscando ropa.

➳ₛᵢₗₑₙCₑ†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora