se esta muriendo

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Capitulo 7

Se está muriendo -repitió Liam, cuando _____ se quedó en silencio.

_____ casi había esperado oír algo parecido, pero tuvo que abrazarse antes de poder hablar.

-Ella me dijo que había estado enferma, pero habló como si ya se le hubiera pasado.

-Eso es lo que ella cree. Y debe seguir creyéndolo. Pero no se ha pasado. No se pasará hasta... -se detuvo con un estremecimiento-. Nunca se pasará -terminó. 

-Pero, ¿por qué?

-Es el corazón. Su madre tampoco lo tenía fuerte. No lo sabíamos cuando nos casamos y al final del embarazo sufrió un ataque cardiaco. Nunca soñamos... ella parecía tan fuerte... sobrevivió al ataque de corazón, pero el doctor nos advirtió que el parto probablemente sería demasiado para ella. Durante el último mes, sabíamos lo que iba a pasar. Intentamos aparentar que no, pero lo sabíamos. Le hicieron la cesárea pero... - Liam no pudo seguir. Alzó las dos manos con gesto de impotencia y un poderoso instinto de protección le hizo a _____ asirle la mano. Entonces, empezó a hablar de nuevo-. Vivió lo suficiente como para tener a Emma en sus brazos y entró en estado de coma. Yo me quedé con ella durante dos días, sin soltarla de la mano y hablando con ella, pero no volvió a despertar nunca. 

De repente, pareció notar que _____ le estaba sujetando las manos. La soltó un poco avergonzado e hizo un esfuerzo visible por reponerse.

-Lo siento. No tenía derecho a perder el control y hacerle pasar por todo esto también. Normalmente consigo superar las cosas mejor.

Hubiera sido imposible para _____ decirle que le gustaba más ahora que el hombre súper controlado que aparentaba ser en la oficina.

-Está bien -dijo con suavidad-. Sólo cuénteme lo que le apetezca.

-Los doctores me advirtieron que Emma podría tener los mismos problemas que su madre, pero durante años, pensé que lo habíamos superado. Y entonces... de repente...

-Pero, ¿no hay nada que pueda hacerse? -preguntó _____-. Hay operaciones maravillosas de corazón en la actualidad. ¿No habrá una para ella?

-Sí, si estuviera lo bastante fuerte. Pero es demasiado tarde. Está demasiado débil como para soportar la operación. Significaría morirse ahora en vez de... en unos pocos meses.

Liam la miró.

-¿Lo entiende? Estoy intentando apurarlo todo en estos pocos meses; intentando ser el padre que nunca he tenido tiempo de ser. Siempre la he querido, pero crear la empresa me ha llevado un montón de dedicación y... que dios me perdone, pensé que Emma estaba bien.

Las palabras se quebraron en un sollozo.

-¡Oh, dios! -susurró _____, sacudida de horror.

-Quería ser mejor padre de lo que he sido, pero pensaba que tenía mucho tiempo. ¿Sabe lo que ella quiere más en el mundo?

-A usted.

-No, una madre, eso es realmente lo que quiere, tener una madre como las demás niñas. Le prometí conseguirle una, pero ahora es demasiado tarde. Lo único que puedo es intentar es darle todo lo demás en este corto espacio de tiempo.

Se bebió el brandy y empezó a hablar de nuevo de forma confusa y desesperada.

-Me había pedido ir al parque de atracciones. No debería haber aceptado, iba a ser demasiado para ella, pero cedí. Y después, cuando se desmayó... ¿cómo he podido ser tan tonto?

-Pero ahora no se está muriendo, ¿verdad?

-No, el médico dice que sólo necesita un buen descanso. Pero le ha robado algo de su fuerza y le queda tan poca... ¿Cómo puedo estar seguro de haber hecho lo correcto?

-Escúcheme -dijo ella con suavidad-. Nunca podrá estar totalmente seguro de haber hecho lo correcto. La vida no nos lo pone tan fácil. Pero si la quiere y ella lo sabe, entonces es suficiente. No debe atormentarse con los sentimientos de culpabilidad porque... -le tembló la voz-, porque es inútil y destructivo. Sólo puede darle su amor y lo que le parezca lo mejor en cada momento.

La mirada de él se clavó en ella y prestó atención a su tono y al gesto constreñido de su cara, igual que la de él.

-Usted lo entiende, ¿verdad?

-Sí, lo entiendo.

-Entonces, me resultará más fácil pedirle algo... no para mí, sino para Emma. A ella le cae bien usted. Nunca la he visto abrirse a alguien con tanta facilidad.

-¿Qué quiere que haga? -preguntó ella, cargada de temor.

-Que sea su amiga hasta... el tiempo que la necesite. Déjenos pasar algo de tiempo con usted. Dejemos que ella crea que es como su madre.

_____ se estaba echando atrás antes de que él lo expresara.

-No, lo siento. No puedo hacer eso.

-Ya sé que es mucho pedir, pero a usted también le cae bien ella, ¿verdad?

-Sí -_____ se atragantó-. Demasiado.

-Por favor, significaría tanto para ella. Y no será por mucho tiempo. ¿Es que no lo entiende?

-Sí, lo entiendo. Es sólo que... lo siento, es imposible.

-¿Por qué? -se levantó para enfrentarse a ella-. ¿Tiene miedo de que le lleve demasiado tiempo? Le pagaré lo que me pida. Quedará liberada de todas las obligaciones de la oficina y le daré un cheque en blanco, pero tendrá que hacerlo.

-No tengo que hacerlo -se defendió ella con pasión-. No quiero su dinero. Si pudiera hacerlo, lo haría, pero no puedo. Es a usted al que necesita, no a mí. Yo no puedo ser más para ella que un padre.

-Pero ella ve en usted una figura materna y eso significa que lo es -dijo muy pálido-. Quizá sea otro síntoma de mi fracaso, pero tengo que aceptar que es verdad. Por favor, hágalo, _____.

Ella sintió que se volvería loca si aguantaba más. Empezó a recoger sus cosas con prisa.

-Lo siento, simplemente no puedo. Por favor, no me presione. Es imposible.

-_____...

La asió por el brazo.

-No -gritó ella-. Déjeme. No..., no puedo quedarme aquí.

Liam no hizo ningún movimiento para soltarla y ella forcejeó para zafarse. La última visión que tuvo de él antes de irse fue la de su cara contraída. No tenía ni idea de dónde se encontraba, pero corrió sin detenerse hasta llegar a una estación de metro.

En la vuelta a casa tardó media hora y, en ese tiempo, se mantuvo en estado de parálisis. Le duró hasta que llegó a casa y cerró la puerta a salvo a sus espaldas. Cuando sacó la llave, vio la pequeña foca en el bolso, donde la había metido sin enterarse. De alguna manera, aquella imagen la destrozó y enterró la cara contra la criatura peluda antes de sollozar sin poder remediarlo.

-¡Oh, Sally! ¡Sally!

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