Como una luz

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Capítulo 24

Cada día de vida de Emma era un regalo. Y aún mejor, no mostraba síntomas de recaída. Al pasar febrero y llegar marzo, empezaron a tener la esperanza de que vería la primavera y quizá el verano. La vigilaban constantemente, torturándose cada vez que pillaba el mínimo resfriado y regocijándose cuando se recuperaba. Había todavía alarmas, momentos en los que se agotaba más de lo debido y sufría colapsos y había cosas que no le podían permitir hacer. Pero sus fuerzas estaban resultando ser superiores a lo que habían esperado
El traje de ballet era su favorito para ponerse en casa. Emma se había salpicado de grasa en el primero y se había disgustado tanto que lo habían reemplazado de inmediato. Sucedió que ______ tuvo que quedarse en casa con un fuerte resfriado, así que, en vez de hacer esperar a Emma, Liam fue a la tienda él mismo y recogió el nuevo. Emma se lo puso al instante y ______ la encontró posando frente al espejo, no sólo con el traje sino con una diminuta corona en la cabeza.
-¿No es precioso? -preguntó Emma-. Me lo ha regalado papi -sonrió-. Seguro que lo escogiste tú.
-No, de verdad que no. Ni siquiera sabía que iba a ir a comprarlo.
-¿De verdad?
-De verdad. Debió ocurrírsele al pasar por la tienda.
La mirada de Emma fue de felicidad. ______ lo entendía. Emma adoraba a su nueva madre, pero era su padre el que ocupaba el primer puesto en su corazón. Y así debía ser.
-Quieres mucho a papá, ¿verdad? -preguntó ______ con orgullo.
Emma asintió.
-Es el mejor papá del mundo.
-¿Y siempre se lo dices?
Emma frunció el ceño pensativo.
-Bueno, no.
-Pues creo que deberías. Simplemente así. Para él significaría mucho.
La cara de Emma se hizo de repente conocedora.
-Tú también quieres a papá, ¿verdad?
-Sí -dijo simplemente ______.
Con Liam podía mantener el secreto, pero a esa niña sólo le diría la verdad.
-¿Mucho?
-Sí, mucho -susurró ______.
Emma se relajó visiblemente como si por dentro estuviera diciendo: entonces, me quedo tranquila. ______ se preguntó cuánto sabría a pequeña. ¿Podría de verdad mirar al futuro, después del final de su vida, al padre que quedaría devastado sin ella? Seguramente no era posible. Sin embargo, los ojos de Emma estaban clavados en ella, suaves y cargados de una comprensión exagerada para una niña.
Al día siguiente, cuando llegaron a la reunión con las Brownies, Emma salió corriendo al encuentro de sus amigas. La jefa le hizo una señal a ______ para hablar con ella, pero enseguida la distrajo una pequeña con una pregunta. Para cuando lo resolvió, la reunión había comenzado y ______ se quedó pensando qué le habría querido decir.
Enseguida lo descubrió. A la hora de irse, Emma llegó corriendo hacia ella con la buena noticia.
-Vamos a irnos de acampada -dijo-. Toda una semana.
______ clavó los ojos con desmayo en la jefa, que se acercaba apresurada hacia ella. -Ve a recoger tus cosas, cariño -le dijo a Emma.
Cuando la niña se hubo ido, ______ dijo con impotencia:
-No creo que pueda dejarla ir de acampada.
-Lo siento -dijo la jefa-. Pretendía advertirla para que le pudiera decir con antelación que no podía ir, pero como ha visto, me lo impidieron.
-Ahora tendrá esperanzas y yo un auténtico problema -dijo ______ con un suspiro.
Todo el camino de vuelta a casa, Emma no dejó de hablar feliz de la acampada. ______ esperó hasta que llegaron a casa para decir:
-Cariño, debes ser realista. Sabes que no estás lo bastante fuerte como para ir de acampada.
-Pero todo el mundo va -protestó Emma.
-Pero ninguna tiene el corazón débil. Siento disgustarte, pero es imposible.
-Pero quiero ir -sollozó Emma.
-Ya lo sé -replicó ______ con ternura-, pero encontraré alguna otra diversión para ti.
-No quiero ninguna otra diversión. Quiero ir de acampada.
-No estás lo suficiente fuerte...
-Lo estoy, lo estoy. Estoy mucho más fuerte ahora. Muchísimo más.
______ hincó una rodilla en el suelo e intentó tomar a Emma en brazos, pero la niña la empujó.
-Iremos al ballet la próxima semana.
-No quiero ir al ballet -lloró Emma-. Odio el ballet. Y te odio a ti. Odio a todo el mundo.
Las lágrimas se convirtieron en ruidosos sollozos y de ahí escalaron a una rabieta en toda regla. A ______ se le encogía el corazón de pena por la niña, de tener que negarle la oportunidad de disfrutar de la vida con otros niños, pero sabía que debía calmarla antes de que se agotara
Al final, Emma resolvió el problema por ella saliendo corriendo a su habitación en el piso de arriba y desplomándose en la cama a sollozar. Con un poco de suerte, pensó ______, se quedaría dormida. A los pocos segundos, se hizo el silencio y, cuando fue a inspeccionar, la encontró dormida pacíficamente con el pingüino en los brazos. El otro Oswaldo, la foca, había sido desterrado y arrojado al suelo, un testimonio de lo que sentía por ______.
Esta llamó a Liam y le contó lo sucedido.
-¿Se encuentra bien? -preguntó él con ansiedad.
-Sí, está dormida. Pero, cuando llegues a casa va a empezar a intentar convencerte, así que por eso te advierto.
-No cederé de ninguna manera. Me parece una pena que surgiera la situación.
Colgó entonces dejando a ______ sorprendida de que la culpara a ella.
Pero quizá sí tenía la culpa, pensó abatida. Era ella la que había insistido en dejar a Emma unirse a las Brownies y si no, eso nunca hubiera ocurrido.
Como se temía, Emma se despertó en cuanto su padre metió el coche en el sendero.
-Mami dice que no puedo ir de acampada con las Brownies, pero puedo, ¿verdad, papá?
-No, cariño -dijo él con suavidad, pero con firmeza-. No estás lo suficiente fuerte.
Emma apretó los labios obcecada. 
-Pero no es justo.
-No, no es justo -acordó Liam-. No es justo que tú estés enferma mientras que las otras niñas estén sanas. 
-Pero si no estoy enferma -gritó Emma-. Estoy mejor ya y quiero ir de acampada.
Liam sacudió la cabeza. Reconociendo la firmeza, Emma abandonó la discusión y empezó a dar patadas a los muebles.
-Ya está bien, Emma -dijo ______. 
Como respuesta, Emma dio más patadas.
-Sube a tu habitación -le ordenó con firmeza ______-. No permitiré ese tipo de comportamiento.
Emma la miró a los ojos como si calculara el riesgo de dar otra patada, pero pareció pensarlo mejor. Se dio la vuelta y empezó a subir desconsolada.
-Mira -dijo Liam en voz baja-. ¿Hace falta que se vaya a...?
-Sí -afirmó ______-. Sólo por un rato. Podrá bajar después.
Liam se fue a la salita y se sirvió una copa.
-¿Por qué diablos tenía que pasar esto?
-Me culpas a mí, ¿verdad?
-¿Y te sorprende? Yo dije que no debía unirse las Brownies.
-Le encanta estar con ellas.
-Hasta ahora. Esto tenía que ocurrir.
-¿Hubiera sido mejor mantenerla bajo llave? Seguramente, será mejor para ella disfrutar de algún placer en los últimos... ¡Oh, dios mío!
Sus ojos horrorizados estaban clavados en algo por detrás de la espalda de Liam. Él se dio la vuelta y por un momento se quedó petrificado al ver a Emma bajar por un árbol pegado a la casa. Mientras los dos miraban, perdió el pie y cayó un tramo, quedando por fin enganchada entre unas ramas.
Sólo había una corta distancia hasta el recibidor y de allí a la calle, pero se les hizo una eternidad mientras las pesadillas de lo peor que podría haberle pasado a Emma se agolparon en la mente de ______. Llegaron justo cuando estaba recorriendo los últimos metros. Llegó al suelo jadeante y sujetándose al árbol. Sin vacilar, Liam la alzó en sus brazos.
-Llama al doctor -le dijo a ______ entre dientes-. Que venga inmediatamente.
-Estoy bien, papi -protestó Emma entre jadeos.
Pero él ya estaba corriendo hacia la casa con ella en brazos.
______ llamó al doctor y subió aprisa a la habitación de Emma. La niña estaba acostada en la cama y parecía enfadada por el jaleo que se estaba formando a su costa.
-Estoy bien, papá -decía con insistencia.
-Dejaremos que eso lo decida el doctor -dijo Liam muy pálido. Entonces, miró a ______ con agudeza-. ¿Ya viene?
-Estará aquí en unos minutos.
______ notó con alivio que Emma tenía buen color y la respiración más regular, pero Liam no parecía haberse enterado de aquellas señales esperanzadoras. Estaba mirando a su hija con gesto de angustia y terror.
El doctor Canning llegó y habló con Emma como un viejo amigo. Entonces, pidió que le dejaran a solas con ella. Mientras esperaban abajo, Liam dijo:
-Siento lo que he dicho. Ha sido estúpido y cruel. 
-¿Entonces no me culpas?
-No, lo solté porque estaba asustado, pero tú eres la mejor amiga que tengo. Sin ti...
En ese momento entró el doctor. Sus primeras palabras cayeron sobre ellos como una tromba.
-Me gustaría llevar a Emma al hospital mañana. 
-¡Oh dios! -exclamó Liam, girando la cabeza.
-No, no. No es lo que piensas -le dijo el otro hombre-. El hecho es que parece más fuerte de lo que yo esperaba. Ha soportado esa caída notablemente bien. Me gustaría hacerle algunas pruebas más.
Como Liam parecía demasiado asombrado como para hablar, intervino ______:
-¿Quiere decir que Emma se está poniendo mejor? 
-Digamos que ha mejorado un poco. No se puede recuperar de verdad sin la operación, pero si está soportándolo tan bien como yo creo, podría haber que considerarlo de nuevo.
Liam lo miró fijamente.
-¿Está diciendo que tiene alguna esperanza de vida? 
-Hagamos las pruebas y después veremos -dijo el doctor con cautela.
Liam parecía de repente un hombre en estado de catalepsia. Fue ______ la que preguntó de nuevo:
-¿Le ha dicho algo de esto a Emma?
Al doctor Canning le despidieron chispas los ojos. 
-Más bien ha sido al contrario. Ella sigue insistiendo en que se encuentra mejor. Al principio, yo lo rechacé pensando que era para conseguir lo que quería, pero después pensé que quizá debería hacerla caso. Fue ella la que insistió en lo de las pruebas. Está segura de que demostrarán que ella tiene razón.
-Pero... ¿cómo ha sucedido? -preguntó Liam con voz tenue-. Estábamos tan seguros de que se nos iba de las manos.
-Y se nos iba. Y sin la operación, perderá lo que ha ganado. Pero esa niña tiene una gran determinación. Y quizá... -los ojos 'de doctor descansaron en ______-. Quizá haya también otras razones, cosas que la ciencia médica no puede catalogar.
______ le acompañó hasta la puerta y, cuando volvió, encontró a Liam en el mismo sitio en el que le había dejado.
-¿Has oído lo que ha dicho? -le preguntó.
-No me he perdido palabra -le confirmó ______, cargada de esperanza.
-Pero no puede ser verdad. ¿Puede?
Sus ojos se encontraron. Al momento siguiente los dos se habían arrojado a los brazos del otro abrazándose con fiereza.
-Pues es verdad -lloró ______-. Tenemos que creerlo. Ella lo cree y no podemos defraudarla.
Él la apartó para mirarla.
-Y todo es debido a ti. Eso era lo que el médico estaba diciendo. Tú has conseguido que recuperara las fuerzas.
-Los dos lo hemos conseguido.
-Vamos a subir a verla.
Como dos niños excitados, corrieron escaleras arriba para encontrar a objeto de su preocupación mirándolos con aire de triunfo.

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