sarcasmo

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Capítulo 18

El doctor le permitió a Emma que se uniera a las Brownies siempre que¬_____ estuviera cerca para no permitir que se pasara. Enfrentado a la alegría de Emma, Liam cedió a regañadientes. A partir de entonces, Emma iba con las Brownies una hora todos los miércoles y volvía a casa en el séptimo cielo. Aprendió a hacer una serie de nudos que le explicó a Liam tantas veces que al final le dijo que sabría hacerlos hasta en sueños y corría por toda la casa cantando canciones de fuegos de campamento hasta que todos se ponían algodones en los oídos. Todos estaban felices.
Karen telefoneaba varias veces a la semana y¬¬_____ disfrutaba de sus llamadas. Se había encariñado con rapidez con su suegra.
Hacia finales de noviembre, Liam dio una pequeña fiesta para que ¬_____ conociera a sus amigos.
-Debería llamarlos conocidos, más bien -dijo Karen cuando se lo contó ¬_____-. Apenas se acerca a la gente lo suficiente como para hacer amigos.
-Eso me parecía a mí -acordó ¬_____-. Me preguntaba si habría vuelto a ser él mismo desde que Emma se puso tan enferma.
-Lo ha hecho, pero sigue siendo un poco así. Te deseo la mejor de las suertes en la guarida del león. Vigila a Deirdre Raye. Se acaba de divorciar y está convencida de que Liam sólo estaba esperando a que ella estuviera libre para que hacer la proposición. Una tontería, por supuesto. El ya se lo hubiera pedido hace mucho tiempo si la hubiera querido. Ha estado en América y probablemente no se haya enterado de la boda hasta que ha vuelto. Estará más enfadada que una serpiente.
Como era directa por naturaleza, ¬_____ le contó bromeando a Liam esa conversación al irse a la cama esa noche. Él pareció sorprendido.
-Creo que mi madre está equivocada por completo con su falta de tacto habitual. El divorcio de Deirdre no tiene nada que ver conmigo y estoy seguro de que ella nunca ha pensado en mí de esa manera.
-Entonces, ¿no ibas a hacer la proposición?
-Desde luego que no. Por una parte, a Emma no le cae bien, aunque Deirdre siempre ha intentado ser agradable con ella, pero cuando Emma se pone cabezota y alguien no le cae bien, no se le puede hacer cambiar de idea.
-0 sea, que Deirdre no tiene la aprobación de Emma.
-Nunca la ha tenido.
-Según Karen, ella creía que sí. ¿Estás seguro de que no le has dado motivos?
-He coqueteado con ella en algunas fiestas, pero sólo como lo hacemos todos. Es una especie de rutina sin significado.
-Bueno, pues si no quieres que te envenene con arsénico, no coquetees con ella en esa fiesta -le advirtió sombría ¬¬_____.
-No iba a hacerlo. Emma lo odiaría.
El día anterior a la fiesta, Nora se encerró en la cocina y empezó las preparaciones culinarias. Aunque ella era la anfitriona, ¬_____ sabía que no debía interferir con el genio y se dedicó a ayudar. El resultado fue un buffet de un esplendor regio.
Los vinos estaban elegidos y las copas de cristal sacadas. Emma se puso el vestido de dama de la boda y ¬_____ sus perlas y, ante el apremio de Liam, se vistió con un elegante vestido de seda azul de cóctel. Era extravagante, pero valía cada penique que había costado por cómo le quedaba. Sabía que no desmerecería ante los amigos de Liam, pero seguía estando nerviosa.
Había alrededor de cincuenta invitados. Algunos eran colegas de negocios y otra gente de la localidad. Todos iban vestidos con lujo y estaban bien alimentados, aunque delgados. Todas las mujeres analizaron a ¬_____, alabaron mentalmente su vestido y el valor de sus perlas. Al principio la aceptaron con reticencia, pero enseguida la aprobaron. El ambiente se hizo más amistoso, especialmente cuando Sylvia, una prima lejana de Liam que había estado en la boda, la recibió con entusiasmo. Sylvia era una joven bulliciosa y alegre sin nada de tacto, pero con un corazón cálido y su apoyo le allanó enseguida el camino a ¬_____.
Pero bajo la atmósfera festiva, subyacía un aire de expectación. Todo el mundo estaba esperando a una invitada en particular, ansiosos por ver el encuentro entre las dos mujeres.
Deirdre llegó tarde. Liam se había desvanecido en su estudio para enseñarle su nuevo ordenador a todo el que estuviera interesado. Así que ¬_____ y Deirdre se encontraron solas y la primera supo al instante que el consejo de Karen había sido bueno. Los ojos de la otra mujer se entrecerraron con sorpresa y desagrado, como si hubiera esperado un pequeño ratón marrón y hubiera encontrado sorprendente la realidad de la esposa bien vestida.
La misma Deirdre iba vestida con todo el lujo que se podía pagar con dinero. Era una mujer alta en el principio de la treintena, con pelo negro oscuro y unas facciones bonitas si no hubieran sido tan duras. Llevaba rubíes en la muñeca y en las orejas engarzados en oro que debían valer una fortuna. _____ alzó la barbilla y la recibió con cortesía.
-Me he quedado fascinada al enterarme de que Liam se había casado a la velocidad del rayo. Es tan impropio de él. Los que lo conocemos bien sabemos que no tiene ni un ápice de romanticismo en todo el cuerpo. _____ tardó una milésima de segundo en decidir cómo manejar la sutil malicia que brillaba en los ojos de Deirdre. Entonces, decidió que si aquella mujer quería pelea, la tendría.
-Bueno, quizá los que lo conozcas tan bien no lo conozcas tan bien como crees -dijo con suavidad. Sylvia soltó una carcajada y Deirdre estiró un poco los labios aunque sus ojos eran glaciales-. Deja que vaya a buscarte una bebida -dijo_____, tomándola por el brazo.
La sacó fuera del grupo y le sirvió una copa. Las dos mujeres se midieron la una a la otra.
-No te enfades conmigo si me meto -dijo Deirdre con suavidad-. Creo que tu boda es la historia de amor perfecta y me alegro de conocerte por fin. Es sólo que conozco al querido Liam desde hace tanto tiempo que... bueno, no te importará que te de un pequeño consejo, ¿verdad?
-Podría importarme -contestó_____ tan afable, que al principio, Deirdre no captó su significado.
-Oh, nadie se ofende por las cosas que yo digo.
Deirdre se inclinó hacia adelante hasta que su caro peinado casi rozó el de _____.
-No intentes separarlo de sus amigos -susurró con tono de conspiración-. Puede que al principio te sientas un poco apartada, pero un hombre como Liam no soporta que le dicten nada.
-Pero no me siento apartada -le dijo _____-. Los amigos de Liam me han dado una estupenda bienvenida.
-Sus amigos de verdad -intervino Sylvia con suavidad.
Deirdre esbozó una sonrisa tensa, pero antes de que pudiera responder, apareció Emma. Deirdre soltó un grito de delicia afectado.
-Aquí está mi pequeña. ¿No está encantadora? Ven aquí, cariño. Tengo que darte un abrazo.
Emma retrocedió, pero no con bastante rapidez. Deirdre se agachó como un pavo real y la atosigó a besos.
-Oh, mi pobre dulzura. Eres todavía tan frágil.
-No, no lo soy -dijo Emma, frotándose la boca con el dorso de la mano-. Estoy mucho mejor.
Deirdre suspiró.
-¡Qué valiente!
-Ya has oído a Emma -intervino _____ con firmeza-. Está mucho mejor. Todos lo vemos.
-Por supuesto. Por supuesto -acordó Deirdre de manera tan dramática que a cualquier niña menos inteligente que Emma le hubiera indicado todo lo contrario.
-Cariño, ¿le dirás a papá que está aquí la señora Raye? -le pidió ¬_____.
Cuando la niña se alejó, Deirdre comentó:
-La verdad es que Raye es mi apellido de casada, pero ahora que estoy libre no lo uso. He vuelto a mi apellido de soltera: Gran.
-Muy bien, señorita Gran -dijo _____.
Bajo la aparente calma estaba furiosa y enfadada. ¡Cómo se atrevía aquella mujer a enfrentar a Emma a la verdad sólo por un comentario barato!
-Preferiría que no comentaras con Emma nada acerca de su fragilidad. Ese no es el tipo de idea que Liam y yo queremos meterle.
-Liam y yo -musitó Deirdre con la cabeza levemente ladeada-. Lo dices con tanta naturalidad. En otro tiempo... bueno, no importa.
-No, no importa -dijo¬_____. Estaba descubriendo que aquellas contestaciones directas le estaban muy bien empleadas-. Pero, por favor, entiende lo que quiero decir. Emma es lo primero.
-Pero por supuesto que sí -declaró Deirdre con lo ojos muy abiertos-. Todos lo entendemos. Después de todo, eso es por lo que.... Quiero decir, no hablamos de ello, pero... Liam, querido mío -avanzó hacia Liam que salía de entre a multitud con la mano extendida-. Oh, me moría por saber si el matrimonio te habría cambiado.
-Pregúntale a mi mujer -dijo él, señalando a _____ con una sonrisa.
-No ha cambiado -informó ¬_____-. Sigue siendo autoritario y tirano.
-¿Autoritario? ¿Y tira...?
-Tirano, querida. Después te lo deletrearé.
-Gracias a las dos -dijo Liam con una carcajada.
Deirdre le pasó la mano por el brazo y le apartó de allí.
-Tenemos que tener una larga charla. Me muero por saber...
Los dos se desvanecieron asidos del brazo.
La fiesta avanzó uniendo a Liam con _____ y separándolos. Una vez, mientras se cruzaban, ella murmuró: 
-Tenías razón. Emma no puede soportarla y tiene buenos motivos. Muy divertido lo de queridita y lo de mi pobre cosita.
Liam sonrió. 
-¿Ha dicho eso?
-Sí. ¡Deberías haber visto la cara de Emma! 
-Me gustaría.
Los dos se rieron juntos y Deirdre, que los estaba mirando, se puso muy rígida.
Alguno de los invitados se puso a mirar los álbumes de fotos de la boda. Deirdre miró las fotografías mostrando poco interés y a _____ le recordó a una lechuza. 
-¡Oh, mira Emma! -suspiró-. ¿No es un angelito? 
¬_____ notó que Emma se ponía tensa y se apresuró a decir:
-Que no 'te engañe esa cara de inocencia. No es un angelito sino un monstruito.
Emma se relajó, encontrando aquel comentario mucho más aceptable.
Nora entró con más comida y la multitud se congregó alrededor de ella dejando a _____ y a Deirdre solas con el álbum.
-¡Qué perlas tan adorables! -Deirdre suspiró-. Comprendo que no te las quites.
-Son el regalo de bodas de Liam-dijo con educación _____. 
Deirdre sonrió:
-Tiene un gusto exquisito. Sabe exactamente qué joyas escoger para una mujer, ¿verdad? Levantó la muñeca para que se viera mejor su pulsera y se tocó las orejas. El mensaje era inconfundible. Deirdre estaba diciendo que aquellos eran también regalos de Liam. _____ se sintió morir, pero consiguió esbozar una sonrisa.
No importaba que Liam le hubiera dado a aquella explosiva mujer aquellas joyas, se dijo a sí misma. Eso pertenecía al pasado y, de todas formas, no tenía derecho a que le importara.
A menos que Deirdre estuviera mintiendo. Pero, al momento siguiente, Deirdre cruzó la habitación en dirección Liam y alzó los rubíes murmurando con un puchero:
-¿Ves? Todavía conservo tu precioso regalo.
-Eso espero -comentó él.

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