Cap.8

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P.o.v Dáire

Según mi abuela mi mayor defecto siempre fue la terquedad, aunque no le demuestre mucho, en ocasiones y cuando quiero puedo llegar a ser el ser el más terco del mundo, ahora mismo Arkyn estaba sufriendo de ella, desde que pasó lo del libro no le hablo o le respondo con monosílabos y frases cortas. Quizás estoy haciendo una montaña de un grano de arena, pero no me pareció correcto de la forma que me entere del tema de los compañeros. Estaba en esa cita diaria con Arkyn y ninguno de los dos hablamos, creando entre nosotros un silencio incómodo, pero que se joda, le va a costar mucho que me olvide de esto, el me miraba de reojo mientras yo leía aquel libro, lo miraba cuando él no se daba cuenta.

-en algún momento tendrás que hablarme

-sí

-preferiblemente sin monosílabos echo de menos escuchar tu voz

-solo han pasado unos días que estoy enfadado

-y yo no entiendo porque lo estas

-Arkyn sé que aquí todos respetan tus decisiones pero yo no, si algo no me parece correcto te lo pienso decir, te guste la queja o no

-está bien quizás...

- ¿Quizás?

-realmente no actúe bien en esta circunstancia, debía habértelo dicho directamente a ti

-eso está mejor, funcionas más cuando estas bajo presión que sin ella

-quitando de en medio tu molestia, no me has dicho lo que te parece lo nuestro

-Define ese nuestro

-somos pareja, deberíamos estar comenzando a sentir algo...por lo menos tu deberías porque yo ya lo siento

Me quede mirando a aquel lobo de carácter imposible, si decía que no había nada en mi interior que se emocionaba cuando veía al mayor, mentiría. Una parte de mi se sentía protegido con Arkyn y de alguna forma adorado, pero la desconfianza a enamorarme era más fuerte, así que prefería andar con pies de plomo, ya que nadie me aseguraba 100% que esta vez no iba a salir lastimado.

- algo hay que siento-dije-pero no sé qué es, creo que aun es demasiado pronto para definirlo con una palabra

Arkyn se acercó a mí y me abrazo por la cintura, hundiendo su rostro en mi cuello, me hacía cosquillas con su barba y con su respiración en mi piel, esta cercanía no me molestaba incluso me gustaba, yo pasé mis brazos por su imponente espalda.

- ¿Te molesta nuestra cercanía?

-no...es agradable

-hueles tan bien

-según el libro yo debo tener un aroma especial para ti ¿A que huele?

-a laurel y lirios, es dulce pero no empalagoso

Pasamos un buen rato así, aquel silencio incómodo cambio a uno agradable, me sentía bien siendo abrazado por Arkyn, su calor era muy reconfortante. La tranquilidad me llevó a perder la noción del tiempo que estuvimos abrazados, aunque esto no quita que siga enfadado con él...quizás estoy un poco menos. Pero la quietud llego a su fin cuando Arkyn se puso en alerta y se tensó al escuchar una especie de aullido lejano.

- ¿Qué pasa?

-Arkyn! -grito Gaen mientras venía hacia nosotros- ¿Lo escuchaste?

-sí, era Jack

-esto es muy raro, desde que pasó eso no ha aullado de esa forma

-será mejor que vayamos a ver, Dáire nos vemos después tengo asuntos que atender

Grabado en mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora