Jamás hay que enfadar a un Alfa, de entre los lobos ellos son los más sanguinarios e implacables a la hora de luchar y más si hay de por medio alguien que ellos quieren.Y sobre todas las cosas jamás de los jamases se te ocurra dañar a su pareja porque entonces sabrás lo que sienten los animales al ser perseguidos por un depradador, sufrirás las mayores consecuencias aunque ese Alfa sea buena persona da igual su instinto prevalece y proteger a su pareja es lo más importante. Dará igual a quien dañe o mate con tal de ver a su pareja de nuevo a salvo a su lado.
Y Arkyn ahora mismo estaba en la delgada línea que separaba lo humano de lo animal, estaba furioso quería hacerle pagar a Roman y a su hija todo lo que le hayan hecho a Daire. Quería verlo, quería estrecharlo en sus brazos para decirle que nada pasara mientras este juntos que él lo protegerá y aunque este momento sabe que no lo ha hecho, ha fallado en protegerlo y más vale que encuentre a Daire con vida para que no pierda la cordura.
La noche es fría, el bosque de esta silencio solo se escucha las pisadas furiosas del lobo negro que corre entre los árboles, con un solo pensamiento en su mente encontrar a su pareja ponerlo a salvo.
Los hombres de Roman esperan a las puertas del pueblo temerosos pues saben que se enfrentan a una bestia furiosa que destruirá todo a su paso, que no se detendrá ante nada hasta encontra a quien a venido a buscar. Sus vidas están en peligro y más de uno ha pensado en escapar de su puesto, no importa que los traten de desertores es mejor eso que morir dolorosamente por una causa que no iba con ellos.
–esta cerca
–ya lo sé desde aquí huelo su sed de sangre
–deberíamos irnos de aquí nos matará a todos por culpa de la hija del Alfa
–es nuestro deber proteger a la manada
–él no quiere nada de la manada quiere encontrar a su pareja y si nos ponemos en medio nos matará, llámame cobarde pero valoro mi vida
–vete al pueblo da la orden de que nadie salga de sus casas, tienes razón que se las entienda el Alfa es su problema no el nuestro no vamos a morir por las locuras de Mariah
El centinela dio rápido la voz de aviso, nadie podía salir de sus casas, que todos se quedarán protegidos, nadie debía meterse en el camino de Arkyn si quería seguir viviendo.
Y cuando la noche aún era más oscura la imponente figura del lobo negro rugiendo cual bestia apareció en el pueblo, los centinelas no se movieron de su puesto solo miraban asustados, la gente desde sus casas guardaban silencio, todos temerosos todos en silencio.
–Daire!
Y en la casa del Alfa se escuchó aquel rugido llamando por el joven chico que yacía en los brazos de su padre alejándolo de la batalla que mantenían Siegfried y Eirick con Roman y sus hombres.
–es él ha venido
–Daire es peligroso que salga
–papá no me hará daño
Daire se escapó de su padre y salió corriendo al encuentro de su lobo, no se fijo ni siquiera que algunos hombres de su tío o su mismo abuelo intento detenerlo, él los alejo de sí mismo solo quería ir con su lobo que se lo llevará lejos.
– papá se escapa! –grito Mariah
Roman no lo iba a permitir así que se lanzó a perseguir a su sobrino, si debía matarlo lo haría si medir las consecuencias posteriores, sería más fácil tratar con un lobo salvaje que con un Alfa en sus sentidos y furioso. Siegfried se interpuso de nuevo entre ellos, pero Roman mordió su cuello con fuerza causándole una herida profunda.
Arkyn vio a su pareja corriendo hacia él, sus patas se movieron solas a su encuentro ahí estaba, estaba vivo cada vez su enfado era menor, pero más atrás Roman corría hacia Daire, iba a atacarlo pero no lo permitiría, nadie le haría daño a Daire.
Aceleró su carrera, saltó sobre Daire para aplacar al otro Alfa, no le fue difícil reducirlo.
–Arkyn detente
–te hizo daño, él y su hija querían matarte alejarte de mí, tiene que morir
–no lo hagas por favor, no quiero que cargues una muerte en tu conciencia
–es lo que se merece!
–no eres un asesino Arkyn por favor detente
El lobo dejo de presionar al otro, que tan rápido no tenía la garra de Arkyn en su cuello comenzó a respirar con dificultad. Daire abrazo a su lobo, su hundió en su negro pelaje para hacerle ver que estaba a su lado y que todo iría bien que estaban juntos.
–no quiero te vayas de mi lado jamás
–no lo haré, no te preocupes jamás me separare de tí Arkyn
–vamos a casa
–espera mi padre, Eirick y Siegfried vinieron antes que tú a salvarme
–condenado niño–gruño Roman–no debiste meterte jamás en su vida
–era lo que tenía que pasar, por mucho que tus planes hubieran salido como tú querías Arkyn y yo nos hubiéramos encontrado
–él tendría que haberse unido a Mariah, unir las manadas ser poderosos pero tú apareciste en su vida, eres una molestia como lo fue tu padre
–cállate
Daire con movimiento de su mano rodeo a su tío con varias hiedras que no lo dejaban mover ni hablar para su alivio. Miro a la casa los demás no salían, acompañado de Arkyn se acercó de nuevo.
–esta perdiendo mucha sangre
–Siegfried mirame no cierres los ojos
–es una bonita última vista no crees
– ¿Que pasa?
–tenemos que llevarlo con Maia y rápido–ordeno Eirick
–pueden tomar uno de los coches–dijo el abuelo
–si eso será de ayuda
–hijo yo...
–ahora no, ya hablaremos más tarde
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Grabado en mi corazón
Kurt AdamNo me temas, pues yo he venido a por ti he escuchado como lloras, he escuchado tus lamentos, yo soy lo que tanto ansias. Yo soy aquel daría la vida por verte sonreír, el que mataría por que estuvieras a salvo. Te lo ruego no me temas, tu nombre est...