Déjà vu

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—Entonces ¿ustedes dos se fueron a mitad de la noche a un bar a buscar a tu amiga?—Jin nos apuntaba con la cuchara que había estado usando para comer su cereal y nos miraba con el ceño fruncido tratando de entender el porqué había una chica en la habitación de Nam.

—Hmm—Taehyung asintió con la cabeza ya que no podía hablar, su boca estaba llena de cereal y lucía como una pequeña ardilla.

—¿Quién se fue a mitad de la noche?—la soñolienta voz de Jimin se hizo presente. Nos miró atento antes de abrir el frigorífico en busca de algo para desayunar, a este paso dejaríamos a los Kim en banca rota ya que desde hace dos días habíamos estado en su casa consumiendo todo lo que encontrábamos.  

Nota mental: invitarlos a comer.

—Young Byul y Taehyung —Jin se había levantado para servirse más cereal, empujando ligeramente a Jimin con su cadera.

—¿Se ha despertado ya?—La voz de Nam era profunda, sabía que no tomaría nada bien el hecho de no haber recurrido a él en una situación como aquella.

—No, he ido a verla y sigue...

—Young Byul...—La voz de Eun Hee llamó la atención de todos, su voz era ronca y apagada, se escuchaba como un robot.

—Eun...—me levanté del banquillo y me acerqué cautelosamente a ella, lucía muy mal, como si hubiera envejecido 10 años en una sola noche— ¿Estás bien?—Avancé con ella sujetándola del brazo y la senté en el sofá negro de la sala.

Eun se había levantado un par de veces en la madrugada, le había ofrecido llevarla al hospital, pero se había negado. Lucía extremadamente frágil.
Jin se aproximó hasta donde nos encontrábamos y se acuclilló frente a Eun.

—¿Estás segura que no quieres que llamemos a un médico?—La miró detenidamente, su voz era dulce y suave—¿Necesitas algo?

Asintió con la cabeza. Estaba demacrada, dos medias lunas púrpuras habían aparecido debajo de sus ojos, sus labios estaban tan resecos que parecían papel arrugado, su piel se había vuelto tan blanca que lucía como un fantasma y sus manos temblaban ligeramente.

—Tengo sed—susurró lenta y pausadamente.

Amagué a levantarme, pero Taehyung ya venía con un vaso de agua. Se lo dió gentilmente y ella lo tomó aunque por los pequeños temblores de su cuerpo derramó un poco en la alfombra.

Luego de un par de minutos parecía haber mejorado, los temblores habían reducido considerablemente y sus labios ya no se veían ásperos.
Los chicos habían terminado de desayunar aunque Eun se negaba a probar bocado. Se habían ido a la habitación de Jin dejándonos a solas, dándonos un poco de privacidad para poder hablar. Agradecía mentalmente que no se hubieran ido a otro lugar ya que no sabía que me esperaría al preguntarle a Eun que hacía en ese lugar y como fue que terminó de esa manera, tan deplorable.

—¿Me vas a decir que hacías ahí?—mi voz había sido más dura de lo que esperaba y me lamenté internamente por eso. Carraspeé antes de agregar— Estaba muy preocupada cuando te vi...así —la imagen tan desgarradora de cómo encontré a mi amiga era algo que quería borrar de mi mente, pero era imposible, aquello había sido una impresión tan fuerte que no la podría olvidar nunca.

Eun miraba al suelo y jugaba con sus manos, la conocía lo suficiente como para saber que estaba ansiosa, acongojada. Tomé su mano y la apreté ligeramente dándole consuelo y haciéndole saber que ya no corría peligro, que no estaba sola.

—Y-yo... yo solo recuerdo algunas cosas —su voz se quebró y las lágrimas empezaron a correr por sus apagadas mejillas, las limpié con cuidado. Lucía como una pequeña muñeca de porcelana, pálida y frágil.

TROUBLE [myg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora