Todo estará bien

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Muchas veces había deseado poder predecir el futuro, sin embargo, jamás lo había querido tanto como esa noche. Si hubiese sabido que Namjoon estaría esperándome en la entrada de mi departamento, con un cigarrillo entre sus labios y la palabra "ira" tallada en su rostro, probablemente hubiese llegado antes o tal vez no lo hubiese hecho.

Mis piernas dolían por haber tenido que subir por las escaleras ya que el ascensor estaba en mantenimiento y eso de vivir en el quinto piso no era lo mejor en ese momento. En absoluto. Pero al ver su rostro, un tanto enojado y otro aliviado, lo olvidé por completo.

No tardó mucho en caminar hacia mí con preocupación genuina, me examinaba como si tuviese que encontrar algo, lo que fuese, y aquello me ponía los nervios de punta.

¿A caso sabría que cené con Yoongi? Imposible. No había manera de que lo supiera, nadie lo sabía, nadie excepto Eunhee, pero era mi amiga, jamás me delataría y menos sabiendo cómo estaba la situación con Nam.

—¿Dónde estabas? —Ni siquiera me devolvió la sonrisa que le dediqué, se fue directo a las preguntas

Indignada por su falta de cortesía, pasé de su lado y saqué mi juego de llaves, tardándome un poco más de lo necesario en ponerla en el cerrojo.

Él se había quedado detrás de mí, y aun dándole la espalda podía sentir su mirada.

—Fui a cenar—musité.

Click

El seguro había cedido y la puerta de mi hogar también.

—¿Te quedarás ahí? —giré hasta encontrarme con su semblante serio. Trataba de entender su enojo, pero no podía, es decir, solo había llegado un poco tarde por haber ido a cenar ¿acaso era un pecado? Empezaba a detestar que se comportara más como mi padre que como un amigo—. Te veo mañana, Nam.

A punto de cerrar, su voz me detuvo, el dolor que se filtraba en su tono me hizo sentir mal.

—Tae está hospitalizado— susurró. Aun así lo escuché a la perfección, y ojalá no lo hubiese hecho— ¡Maldita sea, Young! Tae está en el hospital— se rompió.

No me había dado cuenta de que me había puesto en piloto automático hasta que cerré la puerta y sentí sus manos en mi espalda.

—Dime que está bien, Nam— gimoteé mientras escondía mi rostro en su pecho—. Por favor... —supliqué.

—Lo asaltaron fuera de nuestro edificio, pero está bien...—susurró con suavidad mientras pasaba su mano por mi cabello.

Sentía la angustia invadirme poco a poco, mil escenarios de lo que pudo haberle pasado aparecían como flashes, cada uno peor que el anterior.

La culpa tampoco tardó en hacer acto de presencia. Había estado cenando con un chico que era claramente tenía una rivalidad con Nam en lugar de haber ido con ellos, había traicionado a quien no hacía más que procurarme.

No merecía su trato.

Comencé a cuestionar mi actuar, pero su voz no me dejó torturarme por mucho tiempo.

—No sabes el miedo que sentí cuando lo vi ahí, tirado, inconsciente...—arrastraba sus palabras y aunque no podía verlo a la cara por estar abrazándolo, sabía que estaba viendo a la nada, solía hacer eso cuando contaba algo que lo afligía— y el no saber de ti... ¡Dios! Sentí el peso del mundo en la espalda. Estaba aterrado.

Traté de decir algo, lo que fuese, pero el nudo en mi garganta me lo impedía.

Carraspeé antes de separarme lentamente de él y mirarlo a los ojos.

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2022 ⏰

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