"Accidente"

73 10 16
                                    

Su sonrisa se ensanchaba conforme mi asombro se hacía palpable, y es que aunque me esforzaba por entenderle, simplemente no podía.

Apenas anoche parecía ser la furia personificada y ahora lucía jovial, como si nada hubiese pasado. Probablemente algo no andaba bien con él. Por supuesto, debía ser eso.

—¿Young? ¿me estás escuchando?

La voz de mi madre me aterrizó y a duras penas contesté un sí entre balbuceos. Toda mi atención (para mi desgracia) se hallaba en su socarrona sonrisa.

—Te hablo luego, mamá—Farfullé antes de cortar la llamada abruptamente. Probablemente recibiría un regaño por eso, pero me iría peor si la seguía ignorando inconscientemente.

Guardé el móvil en mi bolso y miré en dirección contraria a él. Rogaba al cielo porque Jimin no tardara tanto en llegar, pero de cualquier forma tenía dos opciones, podía hacerme la loca e ignorar por completo a ese baboso que me miraba divertido o ser políticamente correcta y saludarlo. Y definitivamente opté por la primera, no sabía bien cómo reaccionar después de la extraña interacción que tuvimos cuando los Kim llegaron.

Avancé un pequeño tramo buscando algo de sombra que el árbol cercano a mi edificio brindaba, ignorándolo por completo pero justo después de pasar a su lado, su ronca voz hizo acto de presencia, tomándome por sorpresa.

—Hola, Youngbyul—me tensé. Estábamos de espaldas, pero aún así podía imaginar esa fastidiosa sonrisa en su horrible rostro—. Vas tarde y por lo que sé no tienes un auto—canturreó burlón.

—¿Cómo sabes...—giré para verle la cara y hacerle entender que no me hacía gracia en absoluto. Me sorprendió darme cuenta de la ridícula distancia que nos separaba, su cara estaba a unos cuantos centímetros de la mía. Podía ver a detalle sus largas pestañas que se batían sobre sus ojos, sus esponjosos labios fruncidos en una mueca bastante graciosa, e incluso podía ver la cicatriz que atravesaba el inferior y le daba un aspecto salvaje a lo adorable que se veía tratando de irritarme con esa aura juguetona—. Como sea ¿a qué viene todo esto, Yoongi?—traté de sonar molesta, pero supe que no se lo creyó cuando chasqueó la lengua cuando escuchó su nombre, pero no tardó mucho en volver a ese molesto tono socarrón.

Di dos pasos atrás para tener más espacio, y le miré a los ojos mitad irritada y mitad curiosa por su extraño comportamiento.

—Que yo tengo uno y casualmente me apetece tomar una taza de café—se encogió de hombros, despreocupado, encendiendo el cigarrillo que traía consigo y cruzándose de brazos.

—Sí, bueno, Jimin me llevará y doblando la esquina hay una tienda de conveniencia, apuesto que ahí puedes conseguir tu café—sonreí lo más falso posible sin embargo no pareció afectarle en absoluto, incluso pareció darle gracia.

—Suerte con eso—rió antes de darle una calada al pitillo y soltar el humo en mi rostro. Realmente no le entendía, pero ni siquiera tenía tiempo para analizar su extraña conducta, iba tarde y si no llegaba a tiempo probablemente me descontarían el día y no podía permitirme eso, no mientras mi madre se encontraba fuera y dependía de mi sueldo para sobrevivir—. Además, me gusta tener compañía mientras bebo.

Rodé los ojos y le ignoré por completo mientras pensaba en como solucionar el problema, maldiciendome por no tener siquiera una bicicleta para situaciones como esta cuando vislumbré a Jimin caminando apresurado hacia mí.

—Gracias al cielo, Jimin, tenemos que volar—hablé atropelladamente mientras me alejaba de Yoongi.

—Young, te marqué tres veces, pero no respondiste—se rascó la nuca, entre avergonzado y temeroso. No tardó mucho en mirar al molesto intruso que observaba la escena con diversión y daba una calada al cigarrillo—. A algún loco le pareció divertido poncharme la llanta, subí a decirte, pero no respondías tampoco a la puerta, supuse que ya estabas esperando.

TROUBLE [myg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora