Luego de aquel episodio, por fin estaba en casa. El médico había dicho que las heridas de Namjoon eran superficiales y que no tenía ninguna costilla rota, aunque fue enfático al mencionar que no debía hacer mucho esfuerzo por aquel golpe en las costillas, pero su situación no era grave, nada que un par de analgésicos y una buena siesta no pudieran curar.Eunhee me había enviado un mensaje por la noche que me hizo sentir más tranquila respecto a su situación, básicamente Hoseok la había encontrado sentada cerca de un callejón bastante mal, un chico la había drogado para poder acostarse con ella y el heroico castaño lo había puesto en su lugar antes de dejarla con Jisung y el resto es historia. Ese chico era un ángel guardián.
Después de volver del hospital me encargué de dejar aquellas pastillas al alcance de mi amigo y de repartir las responsabilidades entre los que vivían ahí, a pesar de ser más pequeña que ellos siempre hacían caso a todo lo que les decía, no pensaba seguir quedándome en su departamento pues la semana iniciaba de nuevo y debía de volver a mi rutina. Jimin y yo volvimos al complejo habitacional en el que vivíamos, el necesitaba ayudar a su madre y yo debía de contactar a la mía.
Al llegar a casa supe que ella no había vuelto y aquel mensaje que me envió solo me dejó con un mal sabor de boca. Había hablado con ella un par de veces, al parecer mi padre había enfermado y ella se había ofrecido a ayudarlo aunque aquello no me lo creía, pero no quería mortificarla aún más con mis dudas, ya tendría tiempo para averiguar que pasaba realmente.
Puse en orden mi habitación y prepararé algo rápido de cenar antes de ir a la cama para tratar de dormir, pero no podía, la situación por la que estaba pasando mi familia me tenía preocupada y aunque me esforzara en negarlo debía admitir que estaba sumamente intrigada por conocer el pasado de Nam y porqué no podía estar en la misma habitación que el chico de cabello cobrizo.
[...]
La mañana había sido realmente tranquila y olvidé por completo que no tenía ni un solo uniforme limpio así que tenía que apresurarme si quería llegar a tiempo, ahora más que nunca debía conservar mi trabajo.
Después de terminar de planchar mi uniforme corría de lado a lado tratando de arreglarme lo más rápido posible, tenía que salir en cinco para no perder el bus. Terminé de colocarme el bálsamo labial y lo eché en mi bolsa antes de salir corriendo a la estación.
Di un vistazo al móvil.
15:35 p.m.
Aún tenía tiempo.
Caminé unos minutos más hasta que llegué a la parada, comencé a hurgar en mi bolsa buscando aquel monedero que mi madre me había regalado, pero fue en vano, probablemente lo había olvidado en casa.
Bien hecho, YoungByul, no podías ser más tonta.
Mascullé un par de maldiciones mientras caminaba a paso veloz por las calles de Seo-Gu.
El cielo estaba nublado y las ráfagas de aire eran cada vez más fuerte, rezaba para que no lloviera.
El tiempo se me iba de las manos así que tenía que pasar a través de un pequeño parque para cortar camino y ganar algo de tiempo.
Caminé por aquel sendero cuando divisé a Eunhee en una banca besándose con Jungkook, aquel chico no me agradaba del todo, pero si salía con mi amiga no me quedaba de otra que aceptarlo.
Tomé un camino alterno para no tener que pasar cerca a ellos y continúe a paso veloz.
¿Acaso no iría a trabajar?
Seguí caminando por aquel sendero hasta que llegué al final y la calle apareció y con ella, la cafetería estaba justo enfrente.
15:57 p.m.
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TROUBLE [myg]
FanfictionElla había decidido estar a su lado en una vertiginosa y caótica relación, ignorando lo peligroso que era estar con alguien a quien la vida se había encargado de hacerlo mierda una y otra vez. «Las personas rotas son peligrosas porque saben hacer s...