Capítulo XIV "Nace un indicio"

505 39 4
                                    


En la terraza cercana a la zona de entrenamiento donde Thor me enseña a utilizar el Mjolnir, Hela habla con Loki.

-¿Por qué sigue viva? -pregunta la diosa de la muerte.

-Hola, querida hermana -dice Loki sin mirarla.

Los ojos de Loki están enfocados en cómo Thor me explica la forma correcta de arrojar el Mjolnir sin moverse de un mismo sitio y hacer que vuelva a la mano. Yo lo arrojo pero con poca fuerza; no llega muy lejos. La carcajada de Thor es sonora. Loki ríe por lo bajo; su hermana lo nota.

Hela se acerca al borde de la terraza, apoya sus manos en el murete de roca. Ve a Thor. Me ve a mí. Estamos muy divertidos entrenando.

-Me enteré que le harán una fiesta -dice Hela con disgusto.

-Tal parece que van en serio -comenta Loki.

Thor levanta a Mjolnir por todo lo alto; se escucha un estruendo. Después me pasa el martillo, hago lo mismo que él pero no se escucha nada. Loki vuelve a reír, lo cual llama la atención de la diosa de la muerte.

Thor me explica cómo arrojar el Mjolnir mientras caminas y hacer que vuelva a la mano. Yo asiento con la cabeza y presto atención a cada palabra del dios de capa roja.

-¿Por qué no la habéis matado? –insiste Hela, molesta. Mira a Loki. Su hermano la mira sin inmutarse -¡Teníais la oportunidad perfecta! ¡Thor y sus amigos estaban distraídos, la reina estaba ocupada y Odín había dejado Asgard!

Loki queda pensativo y desvía su mirada. "¿Me habéis visto entrar a su habitación, hermana?", piensa. "La burbuja me oculta de Heimdall. ¿Debí también volverme invisible en el corredor?" Al tener una respuesta, sonríe.

-Quizá sea mejor controlarla, hermana -dice el dios de la travesura-. Bien lo sabéis; los humanos son muy ingenuos.

Hela sujeta a Loki por la solapa y lo levanta. Los pies de Loki no tocan el piso. Hela invoca una de sus espadas; la sostiene con furia. Los ojos de la diosa de la muerte reflejan el deseo de quitarle a su hermano la vida, en ese mismo momento.

-¡Me habéis traicionado! -dice Hela.

-Heimdall os está viendo -dice Loki, sin apuros.

Hela desvanece su espada. Ambos escuchan un grito agudo de alegría.

-¡¡¡Waaaa!!! –grito emocionada -¡Me salió, me salió! –doy brincos de alegría.

Abrazo al dios del trueno, él me sujeta por la cintura y me levanta en lo más alto. Siento que puedo volar. Loki frunce el ceño. Hela cae en cuenta de la expresión de disgusto de su hermano y sonríe sin que Loki la vea. "Tal parece que Malekith tenía algo de razón", piensa.

-Bien, Hela –dice Loki. Invoca una burbuja verdosa que cubre la terraza-. Si queréis terminar el trato por no haberme llevado la vida de la doncella, por mí está bien. Sólo os digo que he de conseguir hacerme con el trono con o sin vos.

Loki gira sobre sus talones, camina y sale de la terraza. Una vez afuera, la burbuja verde se desvanece. Hela mira fúrica cómo el dios del engaño da vuelta en un pasillo. Luego, me mira arrojar el Mjolnir y hacer que vuelva a mi mano. Otro de mis gritos de alegría no se hace esperar. La diosa de la muerte se cubre los oídos, fastidiada.

"Me llevaré tu vida, humana" piensa Hela, "Antes de lo que corresponde; ¡no dejaré que tengas la posibilidad de reinar en Asgard!"

Casi termino mi día de entrenamiento con Thor. Me queda claro que tengo mucho por aprender, pero me la he pasado de maravilla. "No puedo invocar rayos aún", pienso. "¿Será porque tengo miedo de sufrir toques? ¿O descargas eléctricas en mi cuerpo? Quizá es porque me imagino toda rostizada si lo hago". Thor me acompaña al pasillo y me indica la puerta de mi habitación. Me comenta que se quedó de ver con sus amigos Fandral, Hogun y Volstagg, los poderosos Tres Guerreros, para organizarse para mi fiesta.

Heredera de AsgardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora