Capítulo XXI "Caos"

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Siento la mano de Loki en uno de mis brazos; me hace girar para verlo de frente y me suelta de inmediato al sentir una leve descarga eléctrica.

-¡Ouch! –exclama el dios ojiverde.

-¿Qué? –le pregunto molesta.

-Fue real- Loki toca sus labios con los dedos índice y medio de su mano izquierda.

Mis ojos se abren como platos por la sorpresa. Llevo mi mano izquierda a mi boca; mi asombro es enorme. Una lágrima rueda de alegría por mi mejilla. Mi furor de combate se apacigua y los rayos y centellas que me rodean se extinguen.

Loki acerca su boca a mi oído derecho y me susurra "Es por vuestro bien". Acto seguido me empuja; caigo en una cama. ¡Ya no estoy en el jardín! ¡Estoy en mi habitación del palacio y Mjolnir sigue en mi mano derecha!

-¿Cómo...? -me pregunto. La voz de Loki me responde en mi mente: "Magia, ya os lo dije. ¡Poned atención! Dejad que yo me encargue. Cuando sea seguro os dejaré salir".

Escucho el cerrojo de la puerta cerrarse; corro hacia ella, quito el cerrojo e intento abrir y nada. Me frustro. ¡No soy una niña que requiera ser cuidada contra su voluntad! Quizá Loki me ve de esa forma. "¿Por qué?" pienso, pero no es eso lo que más me preocupa en estos momentos.

En el gran salón comedor, Loki, con su cetro mágico Laevateinn en mano, recién entra y debe agacharse velozmente para esquivar un tarro que se rompe al contacto con el muro.

-Tenéis bajo control este caos, hermano -dice Loki para sí mismo con una sonrisa. La batalla en el salón comedor está en su apogeo.

Njör y su hija Sif luchan contra tres enormes elfos oscuros. Sif blande su espada doble; la encaja en el brazo derecho de uno de los elfos y la retira con rapidez. Repite la dosis en cada extremidad de su enemigo: atraviesa y extrae, atraviesa y extrae. ¡No cabe duda, la hija del dios del Verano es una guerrera experimentada! Se agacha para esquivar el golpe traicionero del segundo elfo al que combate, el cual está detrás suyo. Se reincorpora, gira sobre sus talones y encaja su espada en el pecho del elfo enmascarado. Coloca una de sus rodillas en el suelo, gira de nuevo y hace un corte en el costado derecho del primer elfo oscuro.

Njör, con una gran espada en cada mano, atraviesa el cuerpo del elfo al que enfrenta con su espada izquierda, la extrae y protege su flanco izquierdo de un golpe mortal. ¡El enorme elfo vende caro su vida! Sif da cuenta de su segundo adversario y mira a su padre, quien con un gesto le indica estar bien, que ayude a los demás, que este enemigo es suyo. Sif da media vuelta y se arroja sobre tres soldados de Malekith. Para entonces Njör detiene el arma del elfo con su espada derecha, suelta un momento su espada izquierda, impacta tremendo puñetazo en la boca del estómago del elfo y vuelve a tomar su espada en el aire. Su enemigo cae de espaldas en el suelo. ¡El dios del Verano no puede resistirse a usar sus puños en un combate cuerpo a cuerpo!

Eitri y sus enanos no están en el recinto; tampoco están las hadas ni la reina Aelsa y sus elfos claros. Soldados asgardianos, los invitados vanires y unos cuantos zombies vikingos de Hel pelean lado a lado, superados dos a uno por las huestes de Svartalfheim.

Loki dispone de tres elfos enmascarados y ve pasar al Stormbreaker muy cerca de su rostro. Sin moverse de su lugar, observa cómo el arma regresa a manos de Thor, quien va a su encuentro.

-¡Vaya hora de llegar, hermano! -dice el dios del trueno- ¡Os perdéis la diversión! Al parecer a Malekith no le agradó no ser invitado y llegó por su propio pie. ¡Pero nos ha dado una muy buena oportunidad para probar nuestros regalos! –Thor mira complacido al "Rompe Tormentas"; después su expresión se torna preocupada -¿Dónde está la doncella de Midgard?

Heredera de AsgardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora