Capítulo 13

1.2K 73 0
                                    

Jacob me siguió hasta mi cuarto, donde ya me encontraba metiendo una muda de ropa y mi bolsa de aseo junto con todas las golosinas que había comprado esos últimos días para no andar sobreviviendo de pizza.

-Miranda, por favor, no puedes... ¡¿No recuerdas el daño que te hizo?! Él también te abandonó aquí, ¡igual que todos ellos!

Sabia que estaba enojado, y aquello también me hizo enojar, por lo que cuando salí de la casa luego de escribir una nota para Charlie me di la vuelta para mirarlo desafiante. Se encogió en su lugar mientras que Alice tocaba la bocina.

-¿Crees que no lo sé? ¡¿Crees que no sigo enojada con ellos?! Lo que menos deseo ahora es estar en esta situación.

Siseé en su dirección mientras que él me miraba suplicante.

-Pero quiera o no, Edward sigue siendo mi hermano, mi familia. Igual que tú.

Le dije con firmeza, tomé su enorme mano entre las mías y lo miré a los ojos por un segundo.

-Por favor, no vayas, te matarán...

Bufé y lo seguí mirando determinada.

-Que lo intenten. Por favor, protege a Charlie.

Le dije antes de darnos un efusivo abrazo y luego correr en dirección al auto y abrir la puerta.

-¡Ah! Y créeme que tendré un pequeño intercambio de palabras con ellos, gracias a ti nuevamente estoy enojada.

Grité antes de subir al auto y cerrar la puerta mientras que Alice emprendía la marcha y apretaba el acelerador en dirección al aeropuerto. El camino se me hizo corto, una vez que estuvimos en el avión sentí mi corazón latir de la ansiedad, estaba realmente preocupada y quizás un poco decepcionada.

¿Quién en su sano juicio se suicida por una chica?

-¿Alice? ¿Qué ves?

Susurré con un hilo de voz mientras que miraba por la ventana, ella junto sus labios a mi oído y comenzó a contarme lo que había visto, Edward ya les había pedido que lo mataran, pero para nuestra buena suerte ellos se lo habían negado.

Al parecer su don era bastante valorado por Aro Vulturi, y lo querían con vida por eso, por suerte aquello lo había dejado lo suficientemente aturdido para que no decidiera que hacer de momento.

En un día estaríamos allí y nos lo llevaríamos de vuelta a casa, y con suerte ellos no sabrían de mi existencia por lo que ellos podrían irse de nuevo sin preocuparse por mi otra vez.

Alice terminó su relato y se acomodó en el asiento para cerrar los ojos, si no supiera lo que era pensaría que estaba durmiendo, yo me sentía demasiado inquieta para hacer algo tan simple como dormir.

Por lo que pedí una gaseosa, y conociendo mi poca tolerancia a el azúcar, esto causaría estragos en mi sistema, pero qué más daba en este punto.

Las horas pasaron, y cambiamos de avión tan rápido que llegamos en cuestión de más horas a Florencia. Ahora me encontraba con nuestras mochilas en mano esperando a que Alice volviera con algo que sea rápido, para poder llegar lo más pronto posible a Volterra.

¡Pero nunca creí que ella se aparecería frente a mi con un maldito auto amarillo que era demasiado llamativo!

-¡Sube!

Dijo abriendo mi puerta por lo que trepé en el auto de una y cerré la puerta cuando ella pisaba el acelerador.

-¡¿De dónde sacaste esta cosa?!

Grité mientras que luchaba por ponerme el cinturón de seguridad teniendo en cuenta la velocidad a la que íbamos.

-¡A que es hermoso!

Luna Llena ||Edward Cullen y tú|| ||Libro 2|| ||Saga Crepúsculo||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora