CAPITULO III: LA MARCA DE LAS BRUJAS

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AGATA MACLANE

Desayune como de costumbre, unos panqueques con un vaso de leche, y más tarde fui al funeral de Wanda. Lo primero que hice al llegar fue buscar a Eidan, pero este no se encontraba, después de todo el no tenia porque estar ahí, no conocía a Wanda. Como es obvio en cada conversación Wanda era la protagonista, se que habría amado su popularidad, fue algo que soñó y jamás tuvo por mi culpa.

Entre una de esas conversaciones se encontraba Elsa y Ernesto mis martirios personales.

-Era tan joven

-sí, la mataron hermano

-me pregunto si esa maldita ¿podrá dormir tranquila por las noches, después de lo que hizo?

-¿tú qué opinas Maclane?-menciono Elsa Landers con un tono insinuante, como si ella supiese que yo fui el motivo de esa muerte

-es terrible, ella no lo merecía

-en lo absoluto, una chica tan hermosa,amada por todos no debió irse, por el contrario esas chicas grises que solo provocan lastima son las que deberían morirse, chicas como...

-yo

-no, no, no, yo no dije eso. ¿Alguien escucho que de mi boca saliera que Ágata debería haber muerto en lugar de Wanda?

Me limite a cerrar los ojos y respirar profundo, creí que en cualquier momento llegaría la horda de Salem para asesinarme, pero cuando mis esperanzas estaban muertas, escuche la voz de Eidan entrando por la puerta

-¿Qué está pasando aquí?

-hola, ¿Eidan verdad?

-Ágata, ¿estás bien?

-sí, no pasa nada- trataba de explicar cuando el profesor Hernandez llego

-buenos días Agatha, lamento mucho lo ocurrido con WANDA, una lástima, pero debes seguir adelante, me tienes a mi nunca lo olvides.

El profesor Sebastian Hernandez era una persona muy especial para mi, después de Wanda podríamos decir que era mi amigo, sentía que había algo que nos mantenía conectados de alguna forma.

-Ese profesor tiene demasiadas atenciones contigo

-Eidan, no seas odioso

-Agatha, ¿podrías quedarte conmigo después del funeral

-sí, ¿por qué no?

Pude ver como el rictus de Eidan cambio de la felicidad a la ira, no me dirigió la palabra durante el resto del día, lo cual me hacía confirmar lo que su rostro gritaba.

Llego el final y seguí al profesor a la salida del cementerio

-Ese chico, Eidan, ¿es tu novio?

-no, es complicado

-¿complicado?

-sí, no podría explicarlo, , yo no lo entiendo

-Agatha, no podemos evitar sufrir en esta vida, es parte natural del progreso; sin embargo podemos elegir nuestro sufrimiento. Solo quiero que tengas cuidado

-Lo hare profesor

El profesor Hernandez siempre me hace sentir humana. Terminada nuestra conversación se ofreció a llevarme a casa.

-Sabes, me enamore una vez, la amaba en verdad, estaba dispuesto ha hacer lo que fuera por ella

-¿y que paso?

-ella se enamoro de alguien mas

-lo lamento, suena muy triste

-lo mas triste es que ese amor termino por matarla

AmbivalenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora