CAPITULO XII:EL LIBRO DE LAS LUNAS

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Ben Sanders

Sabía que estaba mintiendo, había una razón más fuerte e importante por la que no podía entrar conmigo, la mire por las ventanas durante media hora, le hice señas y no respondió eso solo significaba que no era una broma y en realidad no veía la biblioteca. Por un instante considere quedarme ahí hasta que se fuera,despues de saber que me estaba mintiendo en verdad lo concidere , solo faltaba una hora para que el hechizo terminara, los bibliotecarios eran unas hadas muy amables y simpáticas, yo no era el único humano ahí. Había importantes científicos, clérigos y algunos exploradores que decidieron quedarse ahí para siempre a cambio del conocimiento de los millones de libros que se alojaban ahí. En verdad esa idea se estaba arraigando con fuerza, hasta que la vi perder el control de esa manera, empezó a sujetar su cabeza con ambas manos, vi el sufrimiento en su rostro, giraba desesperada alrededor de sí misma, hasta que cayó al suelo.

Salí de inmediato, estaba desmayada, su dragón parecía llorar junto a ella.

-Ramsena, tienes que ayudarme a llevarla de vuelta a casa, ahora

Podría jurar que el dragón asintió con la cabeza, se puso en posición para abordarlo, subí con Agatha en mis brazos y volamos de regreso. El hechizo se desvanecía, lo sentí en ese frio intenso que calaba mis huesos. Trate de no pensar en ello, me concentre solo en Agatha, la miraba suplicándole que volviera, no deseaba otra cosa que no fuera eso.

-Despierta por favor 

-Ben-expreso con voz titubeante 

-estoy aqui, ya vamos a casa - bese su frente y la abrace con fuerza 

 Quería intentarlo todo, besarla como en los cuentos de hadas para romper el hechizo, pero sabía que me mataría en cuanto lo supiera. Ella luchaba tanto por ser invencible y demostrarlo que no se daba cuenta que estaba más indefensa que nadie.

Al llegar a Linchester me dirigí inmediatamente a la aldea Gringrot.

-¡Jorcket ¡- grite con desesperación mientras me dirigía a mi habitación con Agatha en mis brazos. La acosté sobre mi cama y Salí a pedir ayuda , por suerte los duendes ya habían informado al maestro Gringrot y a Jorcket.

-¿Qué le paso?

-entre a la biblioteca sagrada

-¿Qué demonios hacían ahí?-pregunto el maestro Gringrot , con palabras llenas de ira

-Agatha leyó en la vida de Ben-replico jorcket con cierta vergüenza

-¿en mi vida ?

-se vio a ella tendida en una cama de concreto, vio su estrella ambivalente formada por velas rojas, alrededor círculos con pentagramas dentro y la luna roja se alzaba en el cielo. Le hable sobre un libro de profecias ,le sugerí fuera a la biblioteca sagrada, al darse cuenta que ella jamás podría entrar porque los ángeles la aniquilarían, pensó en ir con el muchacho, él es humano y los ángeles lo protegen.

-Jorcket, puede morir gracias a tu imprudencia. Estas restituido de tu puesto como aprendiz de maestro supremo. Márchate

-acepto mi pena, pero no la voy a abandonar

-¿ahora si te importa?, la enviaste a hacer algo muy estúpido-en ese instante quería golpear a Jorcket, no pensaba en otra cosa

-Ben, ¿Agatha entro a la biblioteca?

-no, yo tarde algunas horas buscando el libro, no lo encontré, me asome por la ventana para decírselo pero ella no podía verme, perdió el control y cayó al suelo

-¿le dijiste a alguien que eras su prisionero?

-pensé escapar, pero solo maquine el plan en mi mente

AmbivalenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora