llovizna

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Estoy atrapado por la lluvia bajo un tejado, mis prendas están húmedas cual ropa recién tendida, tengo frío, no lo voy a negar pero también sé que soy tan olvidadizo que deje el paraguas en la mesa antes de ir a trabajar y ahora estoy aquí, cual perro mojado.

Últimamente se me ha hecho muy curioso el estar pensando mucho las cosas, me refiero a reflexionar sobre mi propia vida, horrible he de agregar. Me he dado cuenta que llevo una rutina mediocre, despierto, me baño, desayuno y voy a trabajar, llegando ahí soporto al gilipollas de Edge y su patético hermano que no hace más que recordarme mi "gran" altura, cómo lo odio, me gustaría verlo caer en una alcantarilla y de paso a su hermano también. Terminando mi jornada salgo para tomar el transporte público y llego a casa para dormir, no acostumbro a cenar, eso siempre molestaba a Error, cómo me gustaba que me cargara y sentara en la silla del comedor para obligarme a comer aunque sea cereal. Juro que si hubiésemos tenido hijos el sería más la mamá que yo.

Y ahí voy de nuevo, vuelvo a pensar en Error, ¿Por qué no puedo pensar en otro ser?, Vamos Ink, tienes que superar a aquel esqueleto de huesos negros y mirada penetrante, lágrimas azuladas y sonrisa encantadora... ¡Rayos!.

Un grito se escuchó en la calle vacía, un auto acababa de mojar a Ink y este ni se haba dado cuenta que este había tomado vuelo para empaparlo a propósito, si ya estaba mojado ahora parecía sopa; al menos el agua lo sacó de sus pensamientos que, poco a poco le causaban un nudo en el pecho, no pasó mucho para que pudiese abordar su bus y emprender el camino a casa.

Su mente se había vuelto un caos desde que decidió huir de entre los brazos de quién no puede olvidar, exacto,Error Crayón.

¿Que si lo amaba? Es más que obvio que si, ¿Entonces por qué le dejo? Sencillo, tenía miedo, miedo a caer en lo cotidiano y cansar a su amante y compañero, había adoptado el hablar consigo mismo y en ocasiones pensaba que estaba loco, solo faltaba escuchar voces y declararse esquizofrénico, pero no era nada de eso, simplemente su soledad lo había obligado a conocerse,a volverse amigo de si mismo y eso lo consolaba, se había dado cuenta de su errores y metidas de pata, así como el que podía odiar a alguien, cuando antes decía que nunca odiaría.

-al fin... Casa- dijo con tono depresivo y cansado, se retiró su chaqueta y su larga bufanda, las introdujo a la lavadora y la hecho a andar, abrió la regadera y empezó a desvestirse, mientras veía como el agua caliente recorría su cuerpo para al final irse por la tarja, su mente no dejo de divagar en el día cuando conoció por primera vez al azabache, sonrió desprevenido al creer que conocería a quien no podría olvidar por culpa de una lagunilla que cubrió las calles a causa de una llovizna.

♥LOVE me again♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora