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—Eileen – escuche a los lejos – Eileen...

Alguien estaba llamándome, cuando abrí los ojos Malfoy estaba cargándome.

Patalee hasta que él me bajo cuidadosamente, mis mejillas estaban húmedas parecía que había llorado, me limpiaba el rostro mientras Malfoy me miraba con una estúpida sonrisa en su rostro.

—Deberías ir a la enfermería – dijo Malfoy, estirando su brazo hacia mi

Lo evite, ¿Malfoy siendo considerado? Ya no caería en esa treta suya.

—No es necesario – respondí seriamente

Ir a la enfermería no era una prioridad para mí, después de aquellos ¿recuerdos? Lo único que quería era tratar de aclarar mi mente y estar sola.

—Gracias por... todo – suspire pesadamente – voy a volver a mi sala común

—Elle deberías ir a...

—No – interrumpí – no somos amigos no tienes por qué preocuparte por mí, ya estoy harta de tus tonterías...

—Elle – Malfoy se me acerco

—Solo déjame en paz – dije retrocediendo, estaba irritada – estoy harta de este estúpido juego tuyo... somos amigos y luego no... te comportas como un idiota, dejas de hablarme... el año pasado parecía que...

Me quede callada todo aquello solo lo había dicho sin pensarlo.

—¿El año pasado que? – pregunto sonriendo mientras se me acercaba

—Ya no importa – dije retrocediendo – será mejor que vuelvas a tu casa antes de que tu novia salga a buscarte

La sonrisa se le borro en un instante.

—Elle, yo puedo...

—No me interesa, – interrumpí mirándolo fijamente – solo no te metas en mi vida y yo no me meteré en la tuya, ambos ganamos.

Me di la vuelta, y comencé con el camino de vuelta a la sala común, había escuchado que Malfoy me llamaba, pero aun así continué con mi camino, después de todo era lo mejor.

Trataba de aclarar mi mente, en tan pocos minutos había pasado muchas cosas, me había desmayado, había tenido recuerdos extraños y luego Malfoy, todo eso era demasiado para una noche, pero no sería todo lo que pasara esa noche.

La profesora McGonagall llego poco después encontrándome en la sala común, me pidió que despertara a Ginny, mientras ella iba por los gemelos, eso no era para nada bueno.

Todo paso tan rápido, que apenas estaba digiriéndolo cuando llegamos a Grimmauld Place, estaba nerviosa y preocupada, de rato en rato no podía evitar pellizcarme para con tristeza confirmarme que aquello no era una pesadilla, realmente había sucedido, papá había sido atacado de gravedad y ahora estaba en San Mungo.

La noche fue la más larga, entre los nervios y la espera apenas parpadee un par de veces; a la mañana y muy temprano mamá llego diciendo que papá se pondría bien, solo entonces toda la tensión por parte de todos se fue, todos pudimos volver a respirar tranquilos.

Por la tarde pudimos ir a visitar a papá, estaba pálido, pero por lo que se podía ver parecía estar bien, aunque nos dijo que si le quitaban las vendas empezaba a desangrarse, y los sanadores aun no encontraban un antídoto para eso.

Cuando nos sacaron de la habitación por culpa de los gemelos, estos usaron las orejas extensibles entonces me enteré que Harry había visto todo el ataque de papá, desde el punto de vista de la serpiente.

Tenía tantas preguntas para él, pero el parecía tan incomodo como me lo imaginaba en esa situación y además cuando volvimos a Grimmauld Place empezó a ignorar a todos.

En uno de mis tantos intentos por hablar con él fue a la habitación que comparte con Ron, no lo encontré, pero encontré su baúl abierto y ahí sobre sus cosas estaba el álbum de fotos, abrí casi por el medio había una foto de todos nosotros riendo, empecé a revisar las fotos.

—¿Elle? – pregunto desde la puerta Herms

—¿Por qué estás aquí? – pregunte alegre de verla, se suponía que ella pasaría las vacaciones con su familia

—Ustedes me necesitan más – respondió ella acercándose – esa foto es de nuestro segundo año

—Gracias – respondí sonriendo sinceramente

Seguí revisando las fotos, aunque Hermione se quejó del orden en el que iba ya que había comenzado por el final, pero aun así no detenía su breve recuento de lo que había pasado antes de alguna foto.

Ambas nos quedamos en silencio cuando llegamos a la primera página, ahí estaba la foto de su familia, sus padres, Harry y su...

—Todos están felices – comente en un susurro

Ambas seguíamos con la mirada en la foto.

—No puedo recordar el nombre de ella – dijo Herms apuntando hacia la foto

—Esto es un mal augurio – dije riéndome – Hermione Granger no recuerda algo

—Elle – se quejó Herms – ¿Tú sabes cómo se llamaba?

Trate de recordar, sabia un poco de la historia de Harry, pero por algún motivo no recordaba el nombre.

—No tengo tan buena memoria como tu – dije sonriendo – además no creo que eso importe ahora, ya que estas aquí ayúdanos con Harry

—Ahora que paso – dijo Herms con un gran suspiro

Cerré el álbum, lo guarde y cerré el baúl mientras Herms se sentaba en la cama, tendría que contarle todo lo que paso en este corto tiempo.

Con la ayuda de Herms logramos arreglar las cosas, todo estaba mejorando, excepto por los extraños sueños que empecé a tener.

Eran extraños parecían recuerdos, siempre los veía desde mi punto de vista o eso parecía, en silencio salí de mi habitación, baje hasta la cocina donde tome un poco de agua, tratando de aclarar mis pensamientos.

—¿No puedes dormir? – pregunto Sirius entrando a la cocina y prendiendo la chimenea con un movimiento de varita

—Algo así – respondí

—Arthur está mucho mejor – dijo Sirius sonriendo

—No es eso – dije – bueno me alegro, pero... creo que las pesadillas volvieron, bueno, aunque no son como las del verano...

Sirius me miro de una manera entre extraña y sorprendida, parecía examinarme con la mirada.

—Cuéntame que pasa en tus pesadillas – dijo moviendo su varita para acercar dos cervezas de mantequilla

—No es importante – dije sonriendo

—Elle, puedes confiar en mi – dijo Sirius sonriendo honestamente

—Es un poco tonto – dije sentándome y sujetando la botella

Unlikely [04]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora