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La semana en espera a la prueba de quidditch termino mucho más rápido de lo que esperaba, trate en vano de que los gemelos desistieran de esa absurda idea, pero ya era tarde e inclusive Angelina no paraba de hostigarme con cada oportunidad que tenía.

El viernes por la tarde Angelina primero nos puso a prueba a todos, uno a uno realizamos lo que ella nos pedía, y en ese punto estaba pensando en sabotear mi propia prueba, pero la mirada intensa de los gemelos como adivinando lo que iba hacer me hizo desistir de tal idea; al final, ya cuando el sol se estaba ocultando y el frio se empezó a hacer presente, ella nos dio los resultados.

Ron logro entrar al equipo, era el nuevo guardián o al menos entrenaría para eso, por mi lado seria la buscadora, o por el momento era la suplente, ya que al parecer Harry comenzó mal este año perdiéndose el primer entrenamiento y Angelina está un poco molesta y preocupada.

Después del entrenamiento los del equipo hicieron una fiesta de bienvenida en la sala común, ahí estábamos la mayoría y uno que otro fuera del equipo que se unía; durante aquella fiesta Harry apareció este tapaba su mano, ya sabíamos cómo lo castigaba Umbridge y habíamos tratado de razonar para que le avisara al director, pero se había empecinado en que no dejaría que esa vieja le ganara.

Cuando la fiesta termino subí al dormitorio para escribirle una carta a mamá, contándole algunas que otras cosas y creo que lo único importante era mi ingreso al equipo de quidditch, aunque también le mande indirectas sobre que ya no tenía pesadillas y que me sentía mucho, mucho mejor; lo envié al día siguiente tan temprano como pude evitando a Herms y su nada sutil forma de pedir que la ayudé a tejer esos gorros extraños para los elfos.

La mañana me la pasé con los gemelos y recién a la hora del almuerzo me encontré con los demás.

—¿Qué estaban haciendo? – pregunto Hermione mirándome y a los gemelos

—Nada – respondí sentándome al frente de ella

—Mas les vale no seguir con eso...

—Estaban dándome lecciones de quidditch – interrumpí a Herms – aunque no lo creas estuve toda la mañana escuchando sobre quidditch

Aunque realmente una gran parte era cierta si estuvieron dándome consejos para jugar quidditch, y la otra mitad del tiempo estuvimos hablando sobre los dulces, así que podría considerarse una mentira a medias.

—Bueno – dijo ella – si es así no tengo problemas, y ustedes deberían ser más responsables con los deberes

Hermione sermoneo un rato a Harry y Ron, solo sonreí ante aquel acto, almorcé lo más lento que pude tratando de evitar ir al entrenamiento, pero los gemelos se encargaron de ser mi escolta personal.

—¿No es tarde para el correo? – pregunto Ron mientras nos dirigíamos al campo de quidditch

Una lechuza plomiza volaba en círculos llevando un gran paquete y el contenido era casi evidente, la lechuza dio unas vueltas más y aterrizo delante de nosotros, sentí que la lechuza me miro y salió volando nuevamente.

—¡Ábrelo! – gritaron los gemelos cuando nos acercamos al paquete

Rasgué el papel, era una escoba, una saeta de fuego junto a ella estaba una carta con mi nombre en el sobre.

—¿Te dieron una saeta por entrar al equipo? – pregunto Ron con un tono molesto

—A ti te hicieron una fiesta cuando te enteraste que serias prefecto – respondí rápidamente – y aparte obtuviste una escoba

—Apúrate que debemos entrenar – dijo Ron caminando, obviamente estaba molesto

—Vayan adelantándose – dije mirando a los gemelos y a Harry – quiero leer esto – agregue blandiendo la carta

—No te demores – dijo George

—O te llevaremos a la fuerza – agrego Fred sonriendo con malicia

Si ellos serían capaz de eso.

Caminé lentamente detrás de ellos mientras veía el sobre en mi mano, me senté sobre una piedra, rompí el sobre y leí la carta.

El regalo era por parte de Sirius, o al menos eso pude deducir de la carta que mamá había mandado; sinceramente no sabía porque Sirius se tomaba semejante molestia, bueno tal vez sea porque yo también fui participe en su escape, pero entonces tal vez debería darle algún presente a Hermione.

Me gustaría poder escribirle una carta y preguntarle, pero no sabía cómo comenzar, ni como terminar y mucho menos podría enviarla sabiendo que la carta podría ser interceptada, supongo que tendré que esperar a las vacaciones para preguntárselo personalmente.

Sin muchas ganas y extremadamente lento, entre al estadio y desde lejos ya podía escuchar los gritos de Angelina.

—Vamos Eileen deja de perder el tiempo y empieza a entrenar – ordeno Angelina cuando me vio

Rodé los ojos y caminé hacia el centro del estadio, arrastrando la escoba, entonces en la tribuna los vi, estaban los de Slytherin y supongo que no estaban haciendo barra; y la presencia de cierta persona solo me incomodaba.

Mientras entrenábamos su principal víctima de sus burlas, abucheos y demás cosas fue Ron, quien se ponía más nervioso y muy torpe.

Cuando el entrenamiento termino, y llegamos a la sala común Herms de buena voluntad pregunto cómo nos había ido en el entrenamiento, y eso solo llevo a una pequeña discusión, Ron estaba molesto, y se fue a su dormitorio según él a hacer los deberes.

La semana no estaba terminando de buena manera y mucho menos cuando Ron recibió una carta de Percy; cuando la leí solo bufé.

Percy es un idiota.

Harry hizo una broma acerca de la carta, y Ron termino rompiendo la carta.

—Supongo que a ti también te enviara una carta – dijo Ron mirándome – así que lo mejor será que ni lo leas

—No creo que haga eso – dije sonriendo de lado

—¿Por qué? – pregunto Harry

—Simple – respondí – yo no aguanto sus estupideces y él lo sabe

—Bueno – dijo Herms sonriendo – los vamos a ayudar en sus deberes – agrego mirando a Ron y Harry

—¿Vamos? – pregunte sentándome bien

Había varios pergaminos en la mesa, esos dos como siempre estaban amontonando los deberes para último momento, apenas había podido con el mío y ahora Herms me estaba cargando más deberes.

—Si vamos – sentencio Herms

Unlikely [04]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora