2.

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– Entonces... –escuchó decir al chico de cabello castaño, de pie frente a él, observándolo con unos ojos llenos de consideración y un poco de resignación. Genial, hasta sus propios amigos le tenían lastima.

Algo había pasado, sí. Algo totalmente desastroso, que, estaba totalmente seguro, sería el principal chisme en la facultad, sino en todo el campus, durante toda la semana. ¿Por qué tuvo que meterse con ese idiota?

– Así que, ya lo sabes –afirmó, soltando un bufido lleno de pura y cruda resignación.

Se encontraba sentado junto al tronco de un árbol, en la zona verde de la facultad de economía. Había estado sentado ahí toda la mañana y, no es que hubiera querido saltarse las clases, es sólo que Gun realmente era muy malo para ocultar sus sentimientos y no estaba de ánimo para que alguno de sus compañeros le preguntará que ocurría. Y si, seguro alguien o, mejor dicho, muchos alguien preguntarían.

Gun estaba consciente de su físico y de su atractivo y, no es que le molestará, pero tampoco le entusiasmaba especialmente no poder encontrar a una persona que lo tomará enserio y no solo porque quisiera "pasar el rato" como uno de los tres chicos más deseables del campus. Si, al parecer la gente lo tenía en esa extraña categoría de "inalcanzable para la mayoría de personas".

– Bueno, prácticamente es el chisme del día –comentó Chimon, haciendo un gesto con la mano, restándole importancia al asunto. El problema era que difícilmente Gun le podía restar importancia cuando había tenido que soportar las miradas, algunas de lastima, algunas de burla, algunas de emoción y otras muchas de "buitres al acecho", como las solía llamar su amigo, cada vez que Gun estaba soltero– ¿y este por qué fue?

– ¿No dijiste que era el chisme del día? –Chimon le arqueo una ceja. Era su forma de decirle idiota y Gun puso los ojos en blanco, molesto. ¿De verdad tenía que decirlo?– Me engañaba

– ¿Enserio?

– ¿Por qué te sorprendes? –preguntó molesto. No es como si él fuera el único en el mundo al que le ponían el cuerno. Seguro que había muchos.

– No lo sé – respondió Chimon, encogiéndose de hombros.

– Pues últimamente pasa muy seguido– sí, el problema era que, esta era la tercera vez en cuatro semanas –seguro que piensan que soy alguna especie de puta barata con la que pueden divertirse un rato e irse.

Gun realmente no es que fuera una puta o tuviera la necesidad de tener pareja todo el tiempo, pero Gun no era especialmente bueno en rechazar a las personas, de hecho, era un asco. Tampoco es que le molestará la atención, en especial cuando las personas llegaban, prometiendo cariño y fidelidad. Si, a veces Gun era un poco inocente e ingenuo.

– Y, ¿Se han divertido? –diversión. Eso era lo que había en la cara de Chimon y Gun quiso golpearlo.

Al menos uno de los dos se entretenía con su tragedia.

– ¡Claro que no! –respondió indignado– ¿Acaso crees que me acostaría con cualquiera?

– No, pero nunca está de más preguntar P' –se estaba burlando de Gun, claramente– además, me siento orgulloso de que seas difícil de llevar a la cama

Gun trato de no reírse, pero falló estrepitosamente, soltando una carcajada y atrayendo los murmullos de la gente a su alrededor. Pero no le importó.

De todas formas, Chimon estaba ahí, junto a él. Aquel Nong que, aunque estuviera pasando por una situación difícil por si mismo, encontraba la forma de animar a sus amigos, así fuera burlándose y haciéndolos reír. En especial a Gun y N'Jane.

NO puedo ser solo un amigo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora