4.

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Era lunes en la tarde, habían pasado dos semanas desde que fue con sus amigos al bar de P'Jennie y Tay estaba considerando seriamente la posibilidad de que algo andaba mal con su mejor amigo.

Usualmente cuando Off tenía un problema se distanciaba de las personas, como si haciéndose el ermitaño solucionará algo en absoluto, pensó y, finalmente, al cabo de unos días, Tay descubría que pasaba con su amigo y las cosas volvían a la normalidad, técnicamente hablando, porque, a su parecer, su mejor amigo era una de las personas más complicadas de tratar. El problema era que Tay aún no descubría que era, exactamente, lo que andaba rondando por la mente de Off. Tay estaba seriamente considerando preguntarle directamente, aun sabiendo que era una completa y total pérdida de tiempo, él no le diría nada, por supuesto, pero, la situación se estaba tornando un poco desesperada, considerando el hecho de que Off no se comunicaba con nadie desde hace cinco días y, ni siquiera, se encontraba en su departamento. Si, Tay también había ido a verlo pero la única señal de vida que encontró fue una caja de comida a medio terminar y una asquerosa mosca rondando alrededor de ella.

¿Dónde carajos se había metido? Se preguntó Tay, saliendo del aula de clases.

No era que Off no hubiera hecho esto antes, era, de hecho, bastante normal que desapareciera sin avisarle a nadie durante unos días. Lo preocupante de esta ocasión era que su mejor amigo usualmente no actuaba tan extraño durante tanto tiempo y ya habían pasado dos semanas, así que, Tay estaba pensando que, está vez, era algo serio, lo que sea que le ocurriera a Off, simplemente se le estaba escapando de las manos. Tay de verdad estaba considerando golpear a su mejor amigo por hacer que se preocupara tanto, sin mencionar que aún se la debía por la última bromita que hizo, bromita que le había costado una buena follada con su novio y que ambos discutieran. Si, un buen golpe le iría bien, pensó.

Y hablando de su novio, Tay estaba bajando las escaleras hacia la entrada principal de la facultad de economía y se disponía a buscar a esa cierta persona. Sus clases ya habían terminado y quería ir a casa con él. Tomo su teléfono y estaba a punto de marcar el número cuando recibió una llamada; era Off.

- Off -contesto Tay lo más rápido que pudo. Al fin el ermitaño daba señales de vida y no podía negar que sintió alivio cuando escucho su voz al otro lado de la línea. ¡Maldito idiota que me hace preocupar!

- Hay algo realmente mal conmigo Tay -la voz de su mejor amigo se escuchaba un poco agitada y cansada. ¿Qué estaba pasando con Off?

- ¿De qué hablas? -cuestiono Tay, la preocupación abriéndose paso una vez más, aunque, evidentemente, no se lo haría saber al idiota de su amigo.

- Esta mañana me desperté con una erección -Tay de repente sintió la necesidad de darle un puño a su mejor amigo y, no era para menos, considerando que ahora Off le salía con una estupidez como esa.

- ¿Y? -era lo único que podía decir para evitar soltarle insultos acerca de su tan horrible personalidad y deseos de querer morir a manos de Tay. La conversación se estaba tornando exasperante.

- Y resulta que tuve un sueño húmedo -y enserio Tay quería asesinarlo. Cualquiera que tuviera sentido común y pudiera ver su rostro, no lo dudaría ni un segundo.

- ¿Esta llamada tiene algún propósito? -la pregunta del millón, algo que Tay se había estado preguntando desde que su amigo había mencionado la palabra "erección".

- El sueño no era con una chica, era con él. El chico del bar -y Tay soltó una carcajada. Bien, eso no se lo había esperado para nada, pero sin duda, había mejorado su estado de ánimo. No se lo podía creer, no porque dudará que, la persona en cuestión a la cual se refería Off, no pudiera siquiera crear un solo pensamiento lascivo en las demás personas, era más bien el hecho de que había provocado tanto en su amigo Off, el señor mujeriego. Además, ¿Enserio está era la causa de Off el ermitaño? Tay ahora entendía la situación, lo cual, en su muy humilde opinión, hacia todo aún más gracioso, porque, simplemente, la impresión que ese Nong había dejado en Off debía ser muy grande, lo suficiente para que Off le confesara a Tay semejante asunto, como un sueño húmedo y una erección. Por otro lado, también y no menos importante, estaba Arm, de quien Tay no dudaba, estuviera enviándose textos con el Nong. Había podido apreciar a Arm siendo más alegre de lo normal en los últimos días, en especial en torno a su teléfono. Si, las cosas se estaban volviendo más entretenidas de lo que esperaba- ¿quieres dejar de burlarte? Esto es serio

- Lo siento, es que de verdad no me lo esperaba -nada más que la verdad. Tay estaba haciendo un esfuerzo muy grande para no soltar otra carcajada.

- Si bueno, ¿tienes una solución o algo útil que me pueda ayudar? o, ¿simplemente estoy perdiendo mi tiempo? -el tono de Off reflejaba molestia y casi un poco de desesperación, casi.

- ¿No será que te gusta Gun? -se atrevió a preguntar. En realidad, para Tay y, seguro para cualquiera, era algo evidente pero, ¿Off estaría dispuesto a enfrentar esa verdad? Muy probablemente no, pensó Tay. Por eso, lo más imprescindible aquí era que su mejor amigo se diera cuenta de las cosas él solo, sin ninguna ayuda porque, Tay sabía, Off era demasiado testarudo para hacer caso a la opinión de los demás. Lo más sano era guardar silencio, por lo menos hasta que Off estuviera listo para aceptar la verdad.

- ¡No sé! ¿Para qué crees que te llamo? Necesito encontrar respuestas -Tay escucho un suspiro proveniente del teléfono y, realmente, le sorprendió un poco no escuchar una rotunda negativa. Excelente. Evidentemente Off era perfectamente capaz de atar los cabos sobre sus confusas emociones él solito. Se sintió ligeramente orgulloso de su amigo y, por obvias razones que involucraban a un Off enojado, no se lo diría- No te creas que no lo he pensado, digo, desde que lo conocí, a pesar de que él actuara como un histérico ese día y me gritara, simplemente sigo pensando en su cara, sus labios, ¡demonios! ¡hasta en su estatura Tawan! Y luego también en Arm

- ¿Arm? -preguntó Tay, haciendo su mejor esfuerzo por fingir confusión en su voz. Así que Off si notó lo que, muy probablemente, Arm había hecho esa noche. Tay sentía que esto, la situación, se volvía más interesante con cada segundo que hablaba con su amigo- ¿Qué tiene que ver Arm con esto?

- ¿Acaso debo decirte todo? -preguntó Off, frustración en su voz. Tay tuvo que reprimir una carcajada, de nuevo- En el baño, esa noche, paso algo entre ellos

Ok, tampoco debía hacerse el tonto con ese asunto. Tay debía aflojar un poco "la cuerda" si quería llegar a algún lado con su amigo.

- Ya sé, todos nos dimos cuenta -admitió y, no le quedaba de otra. El asunto había sido tan obvio que era inútil negarlo. Más, sin embargo, se atrevió a preguntar...- pero, ¿crees que sea algo serio?

- No lo sé - dijo Off y repentinamente colgó. A Tay no le resultó ajeno, usualmente esa era la forma de ser de Off y, seguramente, su amigo ya se había cansado de intentar explicar algo que ni siquiera, él mismo, Tay estaba casi seguro, tampoco quería entender.

Aún no, por lo menos.

NO puedo ser solo un amigo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora