NO puedo ser solo un amigo #1

9.

Off estaba raro.

Durante las últimas tres semanas Off se había estado comportando demasiado extraño. Tay podía afirmar, sin temor a equivocarse, que jamás lo había visto tan raro. En primer lugar, su amigo estaba asistiendo a clases todos los días. En segundo lugar, Off estaba siendo más amable con sus amigos, teniendo en cuenta que se había reunido con ellos sólo dos veces durante el último mes. En tercer lugar, Off no estaba saliendo con ninguna chica durante este mismo tiempo. En cuarto lugar, Tay estaba seguro que su amigo estaba tomando alguna especie de voto de castidad. Y, finalmente, en quinto lugar, bueno, ya se le ocurriría algo.

Es por eso que, justo ahora se encontraba frente a la puerta del departamento de su amigo, porque estaba preocupado y necesitaba respuestas. Introdujo la llave y giro la cerradura. Abrió la puerta y entonces se encontró con su amigo, totalmente calmado, recostado en el sofá, leyendo un libro, su departamento limpio y arreglado, no como si estuviera pasando por una crisis depresiva.

– ¿Que quieres? –preguntó Off, sin apartar la vista del libro. Ni un “¿Cómo estás amigo?” ¡Nada!

– Estoy muy bien, gracias por preguntar –sonrió más por costumbre que otra cosa. ¿Tal vez se preocupó innecesariamente?

– De nada. Ahora… –pasó una página del libro– ¿Qué quieres?

– Tú sabes –Tay debía recordarse a sí mismo respirar. Off no era la persona más fácil de tratar cuando quería guardar silencio.

– ¡Ja! ¿enserio? –estaba sonriendo descaradamente y Tay deseaba darle un buen golpe en la cabeza– Ilústrame, porque no tengo idea de lo que hablas

– ¡Jumpol! –Se estaba hartando. Sentía que la poca paciencia que tenía se estaba deslizando de sus manos.

– ¡Tawan! –le respondió Off con un tono condescendiente, aquel que usaba para molestarlo y fue la copa que derramó el vaso.

– Es por N'Gun, ¿no es así? –lo mejor era ir directo al asunto y sin rodeos. De lo contrario, Off, tomaría la situación y evadiría el tema. Tay pudo observar perfectamente como el rostro de Off se tensionaba totalmente y la página que estaba pasando había sido detenida. Un silencio incómodo se estableció entre ellos. Definitivamente, Tay, había tocado un nervio demasiado sensible.

– ¡Jodidamente no menciones su nombre! –dijo Off, cerrando el libro bruscamente y lanzándolo al sofá, mientras se ponía de pie. Por un segundo pensó que, su amigo, lo golpearía.

– ¿Por qué? –el que no arriesga no gana o, al menos, eso decían. Lo terrible aquí es que Tay se estaba arriesgando a tener un ojo morado.

– ¡Déjame en paz! –y está vez, Off, estaba gritando.

– ¡Off! Soy tu amigo, ¡maldición! –hizo una pausa y se apretó el puente de la nariz con los dedos. Gritando no llegaría a nada– puedes decirme lo que sea

Entonces Off lo miró. Lo observó por primera vez desde que había llegado allí y Tay pudo ver una profunda tristeza e impotencia en él. Enserio, ¿Qué estaba pasando con su mejor amigo?

– Estoy perdido, Tay –dijo por fin– no se que hacer

– ¿Ha pasado algo entre ustedes? –e incluso si estaba preguntando, era más como una afirmación. Tay lo sabía y, temía que fuera algo más, porque el corazón de su mejor amigo podía romperse.

– Si –dijo Off, apartando la mirada y sentándose en el sofá.

– Por favor no me digas que…

– ¡No! ¡Claro que no! –Off le mostró un semblante horrorizado. ¡No era su culpa! Por un instante, Tay pensó lo peor– nada malo

– ¿Entonces?