Andrés Montaño.
-Despierta, por favor-moví a Fernanda ligeramente para que despierte pero no reaccionó.
La dejé en el suelo y fui corriendo a la cocina, tomé unos trapos para intentar detener la hemorragia, apreté la tela en su abdomen, su piel empezó a palidecer. Sabía que la ambulancia no iba a llegar a tiempo, llamé a James y él bajó al instante, cargué a mi esposa y la metí en el auto, con el cinturón de seguridad ajusté la tela a su herida, James y Luis salieron de la casa y subieron al auto, James tenía una pequeña mochila con algunas cosas para su hermano.
Arranqué lo más rápido que pude, no me importaron las leyes de tránsito, crucé todos los semáforos en rojo, esquivé todos los autos hasta que llegamos al hospital, Luis bajó y abrió la puerta del copiloto, en cuanto yo bajé tomé a Fernanda en brazos nuevamente, Luis se encargó de mi auto.
-¡Una camilla!-grité en cuanto entré al hospital.
Las enfermeras me miraron, una de ellas reaccionó al instante y apareció con una camilla, acomodé a Fernanda, de mis manos goteaba su sangre. Mientras se la llevaban a emergencias yo miraba mis manos, estaba temblando.
-Doctor Montaño, conoce las reglas, si no es de su área no puede entrar a menos que no sea con una autorización, o sea una emergencia del trabajo, en este caso usted es familiar del paciente...lo siento, pero deberá quedarse aquí-María, la enfermera, frunce los labios dando a entender que lamentaba decirme eso, suspira y se va.
Mis manos estaban a la altura de mi pecho, miré la cabellera negra de la mujer que yo no protegí, la mujer que ahora lucha por su vida. Mi equilibrio me falló al momento que di un paso, choqué con la pared, no podía aceptar la situación.
Apoyé completamente mi espalda en la pared y fui descendiendo hasta que quedé en el suelo, miré la pared blanca y comencé a ver cómo había sucedido todo, pero en cámara lenta.
Flash Back.
Miré a la mujer que estaba a mi lado, se veía tan hermosa sonriendo mientras miraba a nuestro hijo, sonreí al verla feliz.
Cuando bajamos del auto y James entró a la casa yo pasé delante de Fernanda para abrir la puerta principal de la casa y que ella entre pero de pronto ella gritó mi nombre y me empujó, al momento de empujarme escuché un disparo, mi corazón empezó a latir más rápido, me levanté del suelo y la llevé dentro de la casa, al momento de cerrar la puerta la miré a ella, en su blusa gris estaba comenzando a tornarse una mancha roja.
-Dios mio, la bala te llegó...-dije con miedo mientras me acercaba a ella.
-Pero... no disparó cuando te empujé...-noté que estaba agitándose.
-Quizás lo hizo cuando nos levantamos...-comencé a desesperarme cuando ella casi cae de golpe al suelo-¡JAMES, LLAMA UNA AMBULANCIA, PRONTO!-Grité.
-Andrés...-dijo con voz débil.
-Ni se te ocurra dejarme, no vayas a ninguna parte ¿entendiste?-sentía mis manos temblar.
-Lo siento...-susurró y cerró los ojos.
Fin de Flash back.
-Papá...¡papá!-James movió mi brazo.
-¿Por qué no me disparó a mi?-sentí mis mejillas mojadas.
-Papá, no digas eso...-miré a mi hijo, tenía los ojos rojos y su mentón temblaba levemente.
Me levanté y lo abracé, detrás de él estaba Luis con Raúl en brazos.
-Si yo no hubiera entrado primero a la casa...quizás me hubiera llegado a mí, sería mejor.
-Eso no sería mejor...debemos ser fuertes por ella ¿de acuerdo?-susurré.
-De acuerdo.
Nos sentamos a esperar alguna noticia, los minutos se me hacían eternos.
45 minutos después.
James intentaba hacer dormir a su hermano, Luis se había ido a la cafetería en busca de café.
-No sé cuanto más podré aguantar-suspiré levantándome del asiento en donde estaba.
-Me estoy desesperando al igual que tú-James me miró.
-Aquí está lo que me pidieron-Luis apareció con tres vasos de café.
Nos entregó un vaso a cada uno, miré el contenido del vaso y suspiré, no quería tomarlo solo quería ver que mi esposa esté bien.
-¿Le puedo dar café a Raúl?-Luis acerca el vaso a la boca de Raúl.
-Ni se te ocurra-James aleja a su hermano de Luis, ambos empiezan a pelear.
-Ay estúpido-Luis sopla su mano-hiciste que me queme.
-No seas fresa-James vuelca los ojos sacándome una pequeña sonrisa.
-¿Doctor Andrés?-la voz de uno de mis colegas hace que mi sonrisa se borre.
-¿Qué sucede Mario?-me acerqué a él.
-Yo atendí a tu esposa-suelta un suspiro-sacamos la bala pero...al momento de acabar de suturar la herida... sus signos vitales decayeron, intentamos salvarla con el desfibrilador...pero no logramos nada...ella acaba de morir. Lo siento Andrés.
-Es una broma ¿Verdad?-intenté sonreí para no entrar en pánico.
-Quisiera que así sea, me dijeron que ella había tenido un bebé recientemente, ella ya estaba débil y con algo así...no había muchas esperanzas, lo siento.
Negué con mi cabeza y empecé a hiperventilar, James me sujetó del brazo, miré su rostro, estaba llorando, me abrazó y lloró más en mi hombro.
-No puede ser verdad, dime que no papá, dime que mi mamá no está muerta, por favor-sollozó.
-No quiero que sea así-abracé con más fuerza a mi hijo.
Mis piernas comenzaron a temblar, no sabía como me sentía exactamente, estaba deprimido, enojado conmigo mismo, eran muchas emociones al mismo tiempo.
Una puerta abriéndose me hizo mirar a mi lado derecho, ahí estaba ella, completamente pálida, cubierta con una sábana hasta su pecho, una enfermera le cubrió el rostro.
-Amor-extendí mi mano y me acerqué a ella-Lo siento mi vida, ¡Dios, cuanto lo siento!-caí de rodillas al suelo.
-Mami-James estaba mirando el rostro de su madre.
-Debemos llevarnos el cuerpo...-dijo una enfermera.
-Déjelo, él trabaja aquí, además ella era su esposa, respete el momento, por favor-la voz del doctor Mario interrumpe a la enfermera.
-Perdóname mi amor, no te cuidé lo suficiente, te prometo que no pasará lo mismo con nuestros hijos-acaricié su rostro con delicadeza, su piel estaba fría-No puedo haberte perdido...
Besé sus labios por última vez, se sentían secos, necesitaba que ella me corresponda el beso, esperé pero no sucedió nada.
Había perdido a mi esposa, no la protegí como debía, no la protegí como le juré que lo haría al momento de casarnos...
Luis intentó calmar a James, las enfermeras comenzaron a llevarse la camilla.
-¡NO! ¡NO SE LA LLEVEN!-grité e intenté avanzar, pero estaba de rodillas, me levanté y fui detrás de ellas, James me detuvo abrazándome.
-No podemos hacer nada papá. Ella se fue-susurró.
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Mi Oscuro Pasado (3° temporada) ✔
Novela Juvenil¿Esto no acaba? ¿Siguen buscando venganza? Nadie de esta generación tiene idea de lo que les espera por su pasado, sus padres no quieren que ellos sepan "por su bien" aunque ellos pasarán por problemas peores que los de sus hijos pero ellos son los...