"Si sus besos me resultaban tan amargos...¿por que era adicta a ellos?"Yang volvió a leer la oración. Detuvo un momento sus pasos y la analizó una y otra vez.
Sacudió su cabeza y prosiguió leyendo mientras caminaba. Se encontraba saliendo de la escuela.
Hoy había tenido un día un poco difícil. Su amiga pelirroja, es de las típicas niñas que lo único que les importa es su bienestar y pocas veces el de los demás. Su amiga era una persona amable cuando se lo proponía y aveces era muy exagerada con las cosas.
Yang había soportado toda la vida de EunYeong y cuando dice toda es TODA. Yang estuvo ahí cuando su novio la dejó y lloró por horas, todavía recuerda cuando tuvo que gastar casi todo su maquillaje para poder arreglar las ojeras de Eun y algunas arrugas en su cara. La castaña también estuvo ahí cuando la pelirroja reprobó el examen, cuando se le derramó café en su uniforme, Yang le dió el suyo de repuesto. Y lo peor de todo es cuando sus días del mes le llegaban, eran los peores días ya que Yang también tenía que estar ahí para aguantar sus berrinches.
Y eso era lo qué pasó hoy. Su amiguito la visitó antes de lo previsto y manchó un poco de su uniforme. Ambas hicieron lo posible por que nadie viera su uniforme manchado, no querían pasar vergüenza. Y logrando su objetivo nadie las vio.
Por suerte esta vez Eun si tenía una falda de repuesto en su casillero.
Luego de eso, Yang aguantó sus berrinches todo el día y hasta le tuvo que comprar cuatro barras de chocolate. EunYeong era un caso y Yang estaba ahí para ella. Era su única amiga, debía quererla.
YangMi no se veía como sirvienta de Eun, o como si ella quisiera aprovecharse. Por que también Eun había estado en momentos difíciles de Yang.
En fin, su día había sido agotador. Yang solo pedía un vaso de leche caliente y una cama.
La castaña siguió leyendo el libro y se detuvo en un párrafo que le resulto interesante.
"Y de repente sus brazos se sintieron fríos, tan fríos como el hielo que ya no soportaba más y me alejé. Caminé y caminé por la oscuridad hasta que visualicé a lo lejos una luz. Miré la silueta masculina y me acerqué, cuando este extendió una de sus manos hacia mi, no dudé en tomarla. Cuando me tocó...sentí mi cuerpo calentarse, ahí comprendí que el era el fuego que necesitaba"
Yang entendió rápido ese párrafo y siguió caminando con su vista todavía en el libro.
De momento su cabeza chocó con el pecho de alguien y se alarmó. Perdió un poco el equilibrio pero unos brazos la tomaron fuertemente por su cintura.
Miró rápido hacia arriba y reconoció con lo que había chocado y no dudó en sonreír.
- Deberías ver por donde vas, los libros no te salvarán si caes- mostró su sonrisa de conejo.
Yang negó con la cabeza y sonrío abrazándolo por la cintura
- ¿que haces aquí?- preguntó sintiendo la mano del castaño acariciar su cabello.
- Vine a recogerte- murmuró solo para ellos dos.
- No soy una niña- arrugó su nariz sonriendo. Estaba más que feliz que JungKook la fuera a buscar a la escuela. El chico ya la había buscado otras veces, pero no se esperaba que hoy fuera- ¿Saliste hoy temprano de la universidad?
- Si
Ambos se separaron y JungKook tomó la mochila de su novia para quitarle el peso de su espalda.
- Joder, ¿que le echas a esta mochila? Parece como si tuviera piedras- dijo tras arrugar su nariz
- Solo llevo unos cuantos libros y cuadernos- sonrío mostrando sus dientes. JungKook la miró profundamente perdiéndose en su mirada- ¿en que piensa mi conejito?- preguntó divertida haciéndolo reaccionar.
- ¿Mantecado?- preguntó con una sonrisa en sus labios y entrelazó su mano con la de Yang.
- De menta- asintió con la cabeza y JungKook se acercó a su cara y depositó un beso en su nariz.
- Entonces...andando-

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E A S T S I D E-Jjk-
Novela Juvenil❝Dicen que el amor que crece desde la infancia es el verdadero, que no importa que pase, el destino lo unirá una y otra vez... Dos niños enamorados, solían tomarse de la mano, eso era suficiente para decir que se amaban. Luego crecieron y empezaron...