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- ¡Ya, Ya! ¡Hace cosquillas!-rió la pequeña Yang al sentir cómo su amigo le pintaba la mano de un color rosa pastel.

- Espera un poco más....- Calló a la pequeña con una sonrisa en sus labios. Escuchar las carcajadas de la pequeña era lo más dulce que podía escuchar-...un poco más....- Volvió a concentrarse en pintar la delicada mano de Yang- ¡Listo!- Exclamó alejando el pincel de la mano de Yang.

- Por fin terminas...- sonrío mientras acomodaba la manga de su camiseta para poder poner bien la mano sobre el papel.

- No te quejes, te tardaste más conmigo- dijo mientras la miraba colocar la mano llena de pintura sobre el papel.

- Tú mano es más grande, claro que voy a tardar- presionó con más fuerza su pequeña mano sobre el papel.

- Claro. Si ya soy todo un hombre- dijo imitando un tono de hombre que le resultó gracioso a Yang por lo cual se le escapó una carcajada.

Yang negó levemente con su cabecita y quitó su mano del papel. Ambos miraron fijamente el papel y luego ladearon su cabecita pensado en lo mismo.

- Quedó perfecto- dijeron al unísono y luego se miraron sorprendidos seguido que se rieron.

Horas antes los padres de ambos amigos se habían reunido en la casa del chico. Ambas familias compartían una amistad inigualable, contando con una confianza máxima. Los padres se habían reunido en el patio de la casa.

Los dos pequeños tuvieron una idea y decidieron crear una "obra de arte" donde a un lado de la hoja d encontraba una mano pequeña-pero más grande que la otra- color azul. Y al otro extremo había la palma de una manita color rosa pastel.

En medio de las manos se encontraba un mensaje muy bonito para su gusto.

"Y+J= Por siempre"

Ambos se miraron satisfechos por su obra de arte.

El chico se quedó mirando los ojitos de la pequeña perdiéndose en ambos, como si de una princesa se tratara. Y sus nervios se hicieron presentes.

Yang noto como Jungkookie se ponía nervioso así que tuvo la idea de tomar las manitas de Jungkook.

Pero justo cuando las iba a tomar una voz femenina los interrumpió.

- Oh, ahí están- dijo la señora Choi captando la atención desde la puerta de la habitación- ¿Interrumpo algo?-preguntó un poco triste

- No, no, estábamos pintando- respondió el mayor de ambos

- Oh- su sonrisa volvió a aparecer en su delicado rostro. La madre de Yang tenía un rostro creado por los mismísimos dioses y claro que su hija lo heredó, y para Jungkook su rostro era mejor que el de su madre.- Pues...Yang debemos irnos tu padre debe llegar a casa para hacer unos asuntos, recoge tus cosas- se acercó a Yang y le dio un beso en la coronilla- Te veo afuera...nos vemos luego príncipe- besó la cabecita del niño y luego salió de la habitación.

Los ojos de Yang se toparon con los de Jungkook y en su rostro se reflejaba la desilusión por que su pequeña se iba.

- Tranquilo Kookie, le preguntaré a papá si puedes ir la próxima semana a casa- sonrío con alegría y contagió a Jungkook con una risilla

- Esta bien...pero recoge tus cosas rápido antes de que tus padres te regañen- Jungkook se preocupaba demasiado por Yang, ella era su mejor amiga y siempre lo será.

- Si kookie- dicho eso se puso a recoger sus muñecas y ponerlas en un bulto con el estampado de "Barbie". Jungkook no dudo en ayudarla a guardar.

Luego de unos minutos ambos habían terminado.

Yang se acercó a Jungkook y lo abrazó por la cintura ya que el era más alto que ella. El correspondió al abrazo y se sintió confiado y feliz.

- Kookie...-llamó la pequeña Yang y alzó su vista para ver a Jungkook

-¿Mhm?- preguntó con un sonido

- Te quiero...mucho-Jungkook sonrío ante eso

- Yo también te quiero- y Jungkook finalizó aquello con un beso en la mejilla de la chica.

Ambos sabían que esa relación no era de amigos solamente. Y es que en sus cabecitas ellos sabían que sus vidas estaban destinadas. Y no importaba que Yang tuviera siete y Jungkook diez...para el amor no había edad y eso era algo que ambos entendían a la perfección.

[...]

Jungkook limpió su mejilla caundo sintió algo bajar por ella.

Recordó ese momento en que tenía diez años y su ahora novia-a escondidas de sus padres- se divertían y descubrían su amor poco poco.

Jungkook y Yang estaban en el receso. Si, estaban en la escuela. Jungkook tenía catorce años y su pequeña novia cumplió hace algunas semanas once. Los dos no estaban en el mismo grado pero la única manera de verse en la escuela era en el receso o diciéndole al profesor que irían al baño y se encontraban.

El amor entre Jungkook y Yang era demasiado fuerte que ninguno de los dos sería infiel al otro. No les pasaría por la mente hacerlo.

A pesar de ser tan pequeños ellos juraban ser toda una película de romance. Yang y Jungkook se encontraban sentados en un banco cerca de un árbol que se encontraba en el patio de la escuela. Ambos tenían amigos y amigas pero cuando ambos tenían sus oportunidades lo aprovechaban al máximo.

Su noviazgo era un secreto, solo lo sabían sus amigos y más nadie. Para tener esa edad ambos eran muy formales y muy cuidadosos.

Pues no querían llevarse un regaño por parte de sus padres.

-¿Que pasa Kookie?-preguntó Yang cuando vio las mejillas de Kookie húmedas

- Nada, solo estaba recordando los momentos que vivimos...-respondió con sinceridad y una sonrisa en su rostro

Yang asintió levemente recordando todos los momentos felices juntos.
Jungkook miró fijamente a Yang perdiéndose en sus tiernos ojos.

Mientras que Yang bajó la mirada a los labios de kookie le despertaron las ganas de besarlos. Pero no podían estaban en la escuela y nadie podía verlos.

Es verdad que Yang y Jungkook habían compartido besos y con eso caricias pero nunca más que eso. La pequeña pareja lo hacían siempre que iban a casa de alguno de los dos y estaban solos en su habitación.

De momento sonó el timbre indicando que se había acabado la hora del receso.

Ambos se miraron triste y se despidieron con un "te quiero"
Y entraron al salón correspondiente.



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E A S T S I D E-Jjk- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora