No se disparó...
¡La condenada arma no se disparó!
- ¿Sorprendida, hermosa? - Se burla - ¿De verdad me crees tan idiota como para acercarme a un arma letal como tú? ¿Con un arma llena de balas? -No sé si lanzarle el arma a la cabeza o sentirme halagada.
Sonrío divertida. Será hijo de puta.- ¿La verdad? -Comienzo a distraerlo mientras escobullo mi mano derecha dentro del suéter y tomo con firmeza el mango de mi navaja - Es que sí.
Lanzo con toda mi fuerza una patada a su estúpida cara y doy una vuelta canela en el suelo antes de poner me dé pie. Me alegra no haberme puesto el uniforme, de lo contrario ya estaría arruinado. Este idiota se levanta entre confuso y furioso limpiando la sangre de su labio roto.
- ¿Adivina, adivinador...?-Canto con la intención de hacerle hervir la sangre en ira- ¿Quién morirá el día de hoy? - Él se ríe y saca un arma de tras de sí.
A esta hora el lago está completamente solo y las escasas personas que estaban de paseo han huido en cuanto inició el enfrentamiento.
La comisura de mis labios se curva en una sonrisa que va con toda la intención de ser escalofriante.
-Pues por supuesto que tú, querida. -Dispara la primera bala y doy una voltereta a mi derecha para poder esquivarla. Caigo al suelo y subo la mirada e inclino un poco mi cabeza a un lado.
Así como cuando los perros pug ponen cara de ¿Qué cosa eres?
- ¡Nah! Respuesta errónea, intentémoslo otra vez... ¿quieres? - Sonrío incorporándome y corro con la velocidad que me permiten las piernas hacia él.
Ágilmente doy un salto y enrollo mis piernas alrededor de su cuello haciendo presión con mis muslos intentando estrangular lo. << Espero y disfrute su estadía en su futuro hogar señor Gandy. El infierno debe ser una pasada para un demonio como usted>>. Giro mi cadera para así poder derribarlo y una vez en el suelo poso el filo de mi hermoso cuchillo en su garganta.
- ¡Ding, ding, ding!... -río - Tenemos un ganador, la respuesta correcta es: Italiano al degolló. - Se me escapa una carcajada por la idiotez que acabo de decir pero mi diversión no dura mucho.
Una mano tira de mi cabello y un gemido de sorpresa se escapa de mis labios. Mauricio se incorpora con rapidez haciéndose el pendejo <<juro que me pego un olorcito a mierda cuando puse el cuchillo en su cuello>>. Hace la mano puño y la estrella contra mi abdomen sacándome por completo el aire. Maldito perro...
Su sonrisa se ensancha al ver que su gorila tiene el cuchillo que anteriormente tenía en mis manos, ahora posicionado sobre mi cuello. Subo la mirada un poco más y una sonrisa socarrona de mi parte lo saca de lugar. Debe de estar pensando << ¿esta chica de verdad esta tan loca?>> ¡Meh...! Puede que si..., puede que no.
Vale, sí.
Comienzo a carcajearme ganándome una fuerte bofetada por parte de Gandy. << ¿En serio es lo mejor que tiene?>> Le saco la lengua mofándome de él y seguí liberando a mi loca interior.
Mauricio gruñe molesto.
-Tú de verdad eres una psicópata ¿De qué coño te ríes? -Espeta con tosquedad en su mirada.
Muerdo mi labio inferior antes de guiñarle un ojo con picardía.
-Pues me estoy riendo de ti, fracasado. Crees fielmente que soy tu presa. Pero no, cariño-Miro sobre su hombro- Tu eres la mía.
Esta niega con la cabeza estando muy segura de su triunfo. <<Grave error>>.
- ¡Hey gorila! - Este me aprieta con fuerza y trato de no ceder ante su fuerza- Di queso...-susurro. Sonrió a dientes pelados al ver a Mauricio fruncir el ceño completamente confundido. Hasta que sucede...
El gorila se desploma tras de mí y giro mi rostro para admirar como un lindo adorno de sangre crece entre ceja y ceja de su horrible cara. <<Pobrecito, quizás fuera servido más como comida para Rex>> (el tiburón que tenemos en la agencia) está ahí mientras se recupera de la herida que le causo un arpón en pleno océano. Por fin mis pulmones recuperan el oxígeno necesario, y logro estirar mi cuerpo.
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Alejandría (Naci para ser una guerrera)
Science FictionEn mi vida, muchos me juzgaron por ellos... Me llamaron mutación... Fenómeno. Incluso personas que decían ser "cristianas" me llaman aberración, un error de la vida...hasta pensaron que yo era el engendro de algún demonio. Y quizás lo era, pues nunc...