Capítulo 9

44 2 0
                                    

Esto es una gran e inmensa bola de mierda. Erick me ha obligado a caminar desde unas tres cuadras atrás, con la esperanza de que Joel se haga presente y venga a por mí. Y para completar el maldito asunto, desde hace trece minutos. Aproximadamente. Ha comenzado a llover y las heladas gotas de agua me tienen titiritando del frio. Mis labios están congelados y mi cuerpo pide a gritos algo de calor. <<Voy a golpear a Erick por esto>> Un estornudo sale de mi indicándome que he cogido un leve resfriado.

Un claro ejemplo sería el día de ayer. Mauricio me ha propinado una buena paliza  por la mañana y ya por la tarde no tenía ni un solo rasguño.

Jessica la primera vez que vio que mis heridas sanaban rápidamente, pensó que yo era una experta en el arte del maquillaje <<Si, en su mente eso es lógico>>Pero cuando le explique lo de  mi sistema inmunológico y presencio por ella misma como una de mis cortadas se iba cerrando de a poco…pego el grito al cielo. Pero de la emoción.

<<Acepten de una vez que la pobre chica es algo rara>>.

El sonido de unas llantas detenidas a mi lado me ponen en alerta y como ya se quien ha de ser, comienzo a actuar.

— ¿Pero qué está haciendo una jovencita como tú a estas horas de la madrugada en plena calle y de paso cuando está lloviendo a cantaros?—Pregunta el viejo Joel  con fingida preocupación dentro de su limusina.

Pongo ojos de corderito degollado.

—Es que…—Aprovecho mis labios temblando y finjo un sollozo—Fui con mi novio a una fiesta cerca de aquí y…—Giro mi rostro mostrándole mi mayor mueca de tristeza—  Me ha dejado completamente sola por irse con una de sus “amiguitas”—Espeto molesta para luego sollozar de nuevo con dolor.

Veo un abismo de sonrisa en sus labios para ser remplazada por una mirada de compasión completamente falsa. <<Si no supiera caería completita en su juego>> Es muy bueno el viejito.

—Sube al auto, cariño. Te daré un aventón hasta tu casa…—Me regala una sonrisa “amable” y yo lo miro con desconfianza <<será tramposo el vejete>>— Tranquila, mi niña. No te haré daño.

Y  en ese momento su sonrisa se transforma de amabilidad a una llena de impaciencia.

<<Ay Erick, más te vale que sepas lo  que estás haciendo>> Asiento con fingida timidez y me subo al auto del hombre que ha venido a matarme.

Minutos después…

Las gotas de lluvia caen una tras de otra en una danza rítmica por decorar las frías calles de Londres. El viento helado empuja hacia un costado las pequeñas pero fuertes gotas de agua impactándolas contra la ventada de la limusina y el aburrimiento se apodera de mí. Un escalofrío recorre de manera fugaz cada vertebra de mi columna al ver que uno de los panoramas que tanto amo está siendo arruinado por la indeseable compañía del viejo Joel.

—Y dime, hermosa... —Giro mi rostro al escucharlo dirigirse hacia mí. Lo miro suspicaz— ¿Cuál es tu nombre? —Sonríe mostrándome su asquerosa dentadura amarillenta <<Pero que desagradable>>.

Me planteo un momento si darle un nombre falso o el verdadero. Pues al final de todo este asunto. Él, estará más que muerto.

Miro mis manos y digo:

—M-me llamo D-dar, Señor. —Finjo un tartamudeo mientras le doy una pequeña parte de mi verdadero nombre.

Sigue sin gustarme la idea de ser la puta carnada, pero he de admitir que me divierto tomándole el pelo al vejete este. El muy ingenuo se ha tragado completamente mi cara de mosquita muerta y mi mirada “inocente”. Pero más le vale a Erick apurarse porque la verdad no me agrada para nada estar comportándome de este modo, es muy…estúpido.

Alejandría (Naci para ser una guerrera)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora