Sacudo mis manos como quien las tiene sucias y ahoga una mueca de asco.
<<Tendré que lavármelas con cloro o gasoil>>
Busco entre los artículos de limpieza el cloro y el desinfectante para comenzar con mi labor. ¿Por qué tuve que matarlo aquí? Ahora voy tener que limpiar con más dedicación para que Jess no se dé cuenta. <<Y con lo que detesto limpiar>>.
Como también he vomitado, debo esforzarme el doble para no dejar rastro en esta escena del crimen. Hay manchas de sangre en todas partes y todavía tengo que llamar a una cristalería para que repongan el cristal de la ventana que está en la cocina. En fin, tengo mucho que hacer.
Encuentro todo en cuanto necesito y me pongo manos a la obra.
El timbre suena y recuerdo que le he pedido a Erik que envíe a los limpiadores, emito un suspiro aliviado. El timbre suena nuevamente y ruedo los ojos.
— ¡Voy!— Grito para que no toquen nuevamente y les permito pasar.
Comienzan por limpiar la puerta tres veces seguidas tratando de quitar la mancha de sangre en esta. Algunas penas logran quitar las machas en ella y me centro en limpiar el suelo para terminar más rápido. <<Listo>>
Me despido de los limpiadores, pues Jess ya está por llegar y lo único que falta por recoger es el cadáver de Mauricio.
Camino hacia el cadáver de mi querido amigo Mauricio, que por cierto, ya tiene bastante jodido el ambiente con su putrefacto hedor mezclado con mi vomito. <<Debí matarlo en ese lago>> allí por lo menos el viento se hubiera llevado el hedor de a ratos y no me fueran dado las estúpidas arcadas. Tomo a Mauricio por el cuello de su camisa y si tuviera sus lindos ojos, de seguro su mirada azulada estuviera puesta en mí.
—Hasta que por fin lo que llevabas dentro sale al exterior— Hablo como si me estuviera escuchando— Sólo es una lástima que ahora contamines el ambiente con ese asqueroso hedor. —Lo regaño mientras tomo sus extremidades y las meto en una bolsa de basura que he encontrado en uno de los armarios. Ya se lo llevaran los limpiadores cuando regresen.
Vaya que fue duro de matar el muy imbécil, pero valió la pena cada gota de su sangre derramada con tal y no le volviera hacer daño a esas niñas que tenía encerradas en sus bares. A la próxima cortaré los brazos con más precisión, parecen piezas mal hechas de maniquíes.
<<Que vergüenza Darían >>
Supongo que las armas blancas no son del todo lo mío.
<< ¿Un machete se puede considerar un arma blanca?>> No estoy muy segura, pero supongo que sí.
Ya a poco de terminar mi rutina de limpieza, escucho a fondo el replique de unos tacones y me apresuro a terminar con mi trabajo.
Corro como loca hasta mi habitación y lanzo la bolsa con el muertito dentro, los artículos de limpieza y mi ropa manchada en sangre dentro del closet. Una vez lista, me lanzo a la cama y cojo el teléfono como mujer adicta a las ofertas. En cuanto caigo a la cama la puerta de mi habitación es abierta con más fuerza de la necesaria.
Una Jessica fresca con su cabello rubio recogido en una coleta alta, zapatos de tacón negros, leggin del mismo color con detalles en morado, camisa estampada, y ojos azules maquillado de manera natural; ingresa por esta y me sonríe con sus delgados labios pintados de un brillo rosa parecido a su tono de pigmentación natural. Avanza en mi dirección hasta que algo en particular la hace fruncir el ceño. Contrae su rostro en una mueca genuina de asco.
— ¿Pero qué sandias apesta así? —Guardo la calma y giro mi rostro a un lado del pequeño espació que corresponde a mi habitación con la más falsa cara de confusión. Pero ella me observa sorprendida. ¿Y ahora qué?— ¿Y qué coño te paso a ti?
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Alejandría (Naci para ser una guerrera)
Science FictionEn mi vida, muchos me juzgaron por ellos... Me llamaron mutación... Fenómeno. Incluso personas que decían ser "cristianas" me llaman aberración, un error de la vida...hasta pensaron que yo era el engendro de algún demonio. Y quizás lo era, pues nunc...