Llegué muy rápido a la discoteca, prácticamente me colé en la puerta diciendo que soy amigo de Marcos y solo vine a hablar con él.
—¿Se encuentra Marcos? —Me senté en la barra de bebidas.
Vengo en son de paz, de verdad. Sé que nadie toma buenas decisiones sintiendo odio, eso no quiere decir que no tenga ganas de partirle la cara pero pensando inteligente eso no me llevará a nada. Miren lo que pasó la última vez, de alguna manera u otra pienso resolver esto lo antes posible.
—Sí, está en su habitación ¿Vas a tomar algo? —Éste debe de ser su Tío.
—No, solo vine a hablar con él.
—Los amigos de Marquitos toman gratis, ¿Seguro que no quieres? —inquiere con una voz ronca.
—No, gracias ¿Qué número de habitación es?
—666.
Le respondo con una ceja levantada a lo que él se ríe.
—Lo sé, lo sé. Él mismo lo talló en su puerta, aquí no hay más de 30 habitaciones pero si lo conoces pues ya sabes cómo es. Dice que entrar allí es como entrar en el infierno —dijo burlón imitando una voz grave y tenebrosa en la última oración.
—¿Está solo? —pregunté.
—Sí. Seguro baja en un rato, ¿lo esperarás o irás a buscarlo?
—Yo iré, tengo prisa. —Me levanté.
Que agradable señor, y al parecer hay muchas ventajas de vivir arriba de una discoteca. Subí por las escaleras y poco a poco se fue amortiguando el sonido de la música. Con pasos firmes me dirijo por un estrecho pasillo pasando habitaciones a ambos lados de mí y con cada paso que doy siento la necesidad de aumentar el ritmo.
Me encontré caminando con pasos firmes y fuertes con una creciente rabia que aumenta a la vez que se suma la desesperación de llegar y plantarle cara. La última habitación hizo su presencia delante de mí, irrumpo de inmediato en la propiedad, de un solo tirón y sin tocar la puerta luego de girar la manilla. Para mi sorpresa estaba abierta, y una risa maliciosa se hizo escuchar por lo bajo.
—Sabía que vendrías. —Sonríe sentado en una silla al frente de la puerta.
Como si estuviera esperando pacientemente mi llegada. Me quedo congelado y sin parpadear, mis ojos no se despegan del suelo y de las gotas de sangre que se deslizan por sus muñecas.
—Adelante, acaba conmigo.
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Bipolar© [Completa✔️]
Random"¡NAGUEVONA de fea!" le dije. Y lo que pasó a continuación me dejó totalmente sorprendido: me sonrió. ** Todo comenzó una tarde de Junio cuando dos completos desconocidos pasan uno al lado del otro al caminar por la calle, creando un ligero interés...