Malditos celos.
Al descuidarme, él me pegó su último golpe tumbando mi cuerpo al suelo. Allí me quedé un segundo permitiendo a mi alma lamentarse, al darse cuenta de la cagada que había cometido.
- Giselle... No sabía, lo sie...- pero esta vez mis palabras se vieron interrumpidas por una amenaza de parte de su progenitor.
- ¡Largo de aquí! O llamaré a la policía- dijo enojado acompañando a su hijo al interior del lugar.
Antes de irse, el joven imponente al frente de mi me lanzó una mirada desconfiada, tan fría como el hielo. Sentí un escalofrío. Un extraño sentimiento de arrepentimiento recorrió mi cuerpo aún medio tumbado en el suelo, tanto es el asombro que ni siquiera he pensado en levantarme. No podía dejar de ver con cara de espanto a Giselle que me daba la espalda, alejándose de mi. Y vaya que si la he cagado, lo he dañado todo. No creo que quiera volver a verme en la vida.
Escuché un portazo. Definitivamente mi reputación es una mierda con esta familia; el padre me odia, la hermana me odia, ¡El hermano ahora también me odia! Y es seguro que la madre también me odie por haberles hecho daño a cada uno de sus hijos. Suspiré, ahora sólo en medio de la calle. Me puse de pie entre el silencio de la noche, tanta vergüenza, y el viejo chismoso de la casa de al frente había estado disimulando con leer el periódico todo esté tiempo, manteniéndose como el espectador número uno del curioso espectáculo nocturno.
Al notar que lo miraba esbozo una sonrisita irritante, volviendo su mirada hacía el periódico, que de seguro ya lo abría leído está mañana. Que escusa tan patética para observar el chisme de las calles, y a estas horas de la noche.
Justo cuando estaba por irme divisé una maleta de las grandes descansando en la acera, a mi lado. Al parecer el hermano de Giselle, quien acababa de llegar, tuvo la mala suerte de tener como bienvenida una buena dosis de mis puños. Me lamenté aún más. Él aparentaba tener serca de mi misma edad, tal vez la misma o mayor, con el cabello castaño oscuro y ojos idénticos a los de Giselle, pero claro, sin esa ternura. Sus ojos rasgados miraban siempre de manera fría, o al menos esa fue la mirada que me gané por tan raro recibimiento. Dejé la maleta en la puerta, toqué un par de veces y me fuí de inmediato. Caminaba con la mano en los bolsillos ya a varios metros de la entrada, no estoy seguro de quien abrió la puerta pero la dejó así observando mientras me iba. No fue ninguna tentación voltear a ver, porque no, no pretendía voltear hacia atrás.
Una gota de sangre se deslizaba por mi boca cuando saludé alegremente al señor Richard el de seguridad.
- ¿Otra vez metido en peleas, señor Castillo?- siempre tan formal.
- Ya me conoces, Richard- sonreí con culpabilidad colocando una mano entre mis cabellos para acompañar tal gesto.
- Había olvidado decirle que una muchacha muy bonita vino a preguntar por usted está mañana, cuando usted estaba en la universidad. No existen muchos huéspedes con su misma descripción.
- Se abra equivocado, no he quedado con ninguna chica está mañana- continúe caminando encogiendo mis hombros sin prestarle mucha atención al asunto.
- Tampoco hay muchos huéspedes que tengan por nombre «Ariam», señor.
Esto último logró captar mi entera atención, me detuve de golpe al escuchar mi nombre. Saqué las manos de mis bolsillos y me acerque al Señor Richard intrigado por la noticia de está supuesta chica desconocida.
- No la había visto nunca antes con usted, ni en este edificio- continuó Richard.
- Dime más.- dije intrigado.
Estoy realmente extrañado por el asunto, con un leve aire de desconfianza al pensar en chicas desconocidas preguntando por mi.
- Se hacía llamar "Ariadne".
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¡Buenos días, tarde o noche!!! Queridos lectores de está humilde historia 😊
¿Qué esperan con respecto a esta chica?
¿Qué papel tiene ella en esta historia?
Leo sus especulaciones y más locas ocurrencias 👀
🎈🎈🎈
🙊HASTA EL PRÓXIMO LUNES!!!
Los quiero 😊Con mucho cariño, y un golpesito en el hombro👊
Aria. D
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Bipolar© [Completa✔️]
De Todo"¡NAGUEVONA de fea!" le dije. Y lo que pasó a continuación me dejó totalmente sorprendido: me sonrió. ** Todo comenzó una tarde de Junio cuando dos completos desconocidos pasan uno al lado del otro al caminar por la calle, creando un ligero interés...