Miré pensativo la pistola sobre mi mano, en el silencio y la oscuridad de mi tranquilo departamento. Apunté hacia la nada, imaginando ese momento, ese instante, el día en el que me tocaría matar a alguien. Nunca pensé que llegaría. ¿Enserio pensé evitarlo toda mi vida?
Creo que lo estoy pensando demasiado, pero oigan, matar no es algo fácil. Al menos no el primer muerto. No le tengo el odio suficiente, si tan solo le tuviera algo de desprecio sería más fácil. Sé que tiene una obsesión conmigo, y no lo culpo, soy irresistible. Es una lástima que en este momento sea una puta piedra en el zapato que nos pueda joder a todos.
Guardé el arma y me tiré en mi cama. Pasé la noche en casa de Giselle, claro que no iba a quedarme a esperar que todos se despierten, preferí salir por la ventana evitando otro encuentro con su padre solo por no querer meterla en problemas. Ya cuando me fui ella aún estaba dormida, parece koala.
Sin duda alguna esa fue una noche muy loca.
Me pregunto que pecado abre cometido en mi miserable vida para estar despierto un domingo por la mañana. Empezamos mal. Apreté la almohada contra mi cabeza, tampoco es que los pajaritos que empezaban a cantar a estas horas ayudasen mucho. Me levanté solo para encontrarme con un amanecer hermoso tras asomar medio rostro por la ventana, dejé caer las cortinas y me fuí a buscar un papel.
Ese fue el día en que le hice mi primer dibujo, una de las tantas cosas que me inspiraría a hacer en tiempos futuros.
No sé sorprendan, los ingenieros saben dibujar. No se imaginen un montón de palitos y ya.
El personaje de anime Juuzou Susuya tomaba cada vez más forma con cada pequeña trazada, de la serie de Tokyo Ghoul. Está medio demente el tipo pero me agrada. Al lado de la hoja mi celular se encendió mostrando un mensaje de un número desconocido.
Desconocido: Tenemos trabajo esta noche.
Ariam: Y usted es ?
Desconocido: Soy Marcos, idiota.
Exhale con cansancio ¿Cómo es que todos terminan teniendo mi número? No le respondí, la noche llegó rápido y junto con ella la incertidumbre de lo inevitable. Le dije a Esteban que podrían estar vigilando cada uno de mis pasos pero no quiso escucharme, me llamó «cobarde».
A mí.
Y lo peor fue que no pude decirle nada.
La discoteca estaba totalmente vacía con una única luz roja sin el movimiento habitual de las luces, tras un pasillo conocido luego de que uno de los guardaespaldas con traje me indicara el lugar de la reunión fuí directo a abrir la puerta.
- Hey, Ariam. Por fin has llegado- sonrió Jonás al verme- Te hemos estado esperando.
Un número reducido de personas habitaban la lujosa sala de estar, donde se hacía esperar una muy seria reunión sobre el próximo cargamento tan esperado. Al parecer, despidieron a todos los guardaespaldas temprano dejando el lugar completamente solo. A mi lado y por desgracia siendo del mismo bando estaba el inexpresivo chico con su conocida mirada de odio universal, y a su lado su fiel amigo Bastian. Todo el lugar parece emanar un ambiente de mafiosos estilo película de cine, donde se presenta un tipo misterioso que nunca había visto, sentado al frente junto con sus dos perros guardianes a cada lado, observan de pie mientras que su jefe fuma nicotina posando sus ojos sobre mi con notable curiosidad y una mirada fría.
- Como les estaba diciendo- continuó hablando Jonás tomando asiento frente a la enorme mesa ovalada de madera oscura que relucía como nueva, todo tiene un aspecto casi pulcro-, el señor Hemal será el encargado de la distribución de nuestro producto, y ahora que estamos todos discutiremos los detalles sobre la operación.
El señor Hemal cuenta con recursos y contactos lo bastante poderosos como para hacer de su nombre famoso, Esteban me ha hablado sobre él, pero claro que Hemal no conoce mi rostro. Puede tener contactos en Colombia con mis tres tíos, puede saber que esas tres piezas clave del narcotráfico tienen cierta cantidad de sobrinos, pero no conoce sus rostros ya que nunca nos hemos visto. A veces en el mundo del narcotráfico no todos se conocen los rostros, pero siempre queda bien claro quién es el que se mueve en ciertas zonas y eso es un asunto serio. La droga de otros narcos no pueden venderse en el área del que ya está allí, en la zona que reclama como suya. Y si un narco vende en la región de otro narco eso podría terminar en una guerra. Cada narco se mueve en su zona, así debe ser, para mantener el orden entre nosotros. A nadie le gusta que le quiten sus clientes.
He visto castigos tan crueles como el que te hagan jugar a la ruleta rusa contra tu propio reflejo, al frente de un espejo por una muerte rápida. Y si no te toca bala tu muerte será lenta y dolorosa. Una muerte horrible. De todos modos es un juego horrible con el que he visto a muchos reírse mientras el castigado comete suicidio si le toca bala. Si alguno se resigna a dispararse lo torturan antes de morir. Al final todos mueren. Con está gente no se puede jugar y al estar aquí parece que ya estoy jugando.
Bienvenidos al mundo del narcotráfico.
Esto no es un juego de niños, un movimiento en falso y estarás apostando tu vida.
¿Quieres jugar?
________
Una vez que has visto con tus propios ojos no te resulta tan atractivo una pistola. O las drogas. Es un mundo al que entras y solo sales estando muerto.
🌼🌼🌼
Pero esto aún no termina, quiero mostrarles un poco más ese mundo, me acompañan?
♥️¡¡No se pierdan ni un solo capítulo!!♥️
Con mucho cariño, y un golpecito en el hombro.
Aria. D
ESTÁS LEYENDO
Bipolar© [Completa✔️]
Random"¡NAGUEVONA de fea!" le dije. Y lo que pasó a continuación me dejó totalmente sorprendido: me sonrió. ** Todo comenzó una tarde de Junio cuando dos completos desconocidos pasan uno al lado del otro al caminar por la calle, creando un ligero interés...