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CAPITULO 3

---¿Leito? ¿Neta? No mames jajajaja eso si esta chido. Oh pero espera¿Cómo voy a saber que no estás mintiendo de nuevo?— le pregunté.

—Búscalo en Google. Lo verás todo si buscas sólo el apellido. — dijo. Le sonreí y luego le di un beso en la boca.

—Gracias, Leito. — Me di la vuelta y caminé hacia mi casa. Cuando entré vi a mi hermano besándose con una chica en la sala, no la había visto nunca antes en la escuela o en otro lugar. Cuando Andrés se dio cuenta de que los estaba viendo se asustó y reaccionó sorprendido.

—Karim... ¿Dónde habías estado? — me preguntó.

-----Bailando en un antro con un hombre de veinticinco (pensé decirle).Tuve que trabajar para recuperar el día perdido. — obviamente le mentí. La chica me miró y yo noté que su cabello era totalmente rosa y estaba vestida completamente de negro.

— ¿Sin uniforme? — preguntó Andrés. ¡¡Mierda!! Yo siempre me iba de casa con el uniforme y regresaba con el uniforme.

—Me cambié allá. — le dije irritado y me fui de ahí. De inmediato me encerré en mi habitación. No me importaba donde pudiera estar mi padrastro o mi madrastra y no me importaba lo que pasaría en la sala con Andrés y esa chica. No me importaba nada salvo Leito. Busqué su apellido en Google y me encontré con toda una historia de asesinatos por parte de sus padres, los Massa. Al parecer robaban niños del vecindario para violarlos y torturarlos. Hacían vídeos de pornografía infantil y a veces secuestraban adolescentes para sacrificarlos en rituales satánicos. Efectivamente: los Massa tenían un hijo. Cuando todo se supo el niño confesó que los había descubierto desde hacía dos años y lo habían estado amenazando para guardar silencio. Sus padres fueron sentenciados a morir en la silla eléctrica y su único hijo fue enviado a un orfanato. ocho años después se emancipó y luego de dos años de mantenerse solo cambió su nombre legalmente y se fue del país. No se volvió a saber de él.

Mis padrastros llegaron hasta las dos de la mañana. A pesar de seguir despierto no quise salir de nuevo de la habitación y por lo tanto no supe qué pasó con Andrés ni donde rayos estuvieron mis padrastros. Intenté dormir, pero realmente no podía, no dejaba de pensar en Leito y en todo lo que sus padres hicieron y él tuvo que soportar durante dos años. Jamás me imaginé que detrás de su actitud tan grosera y cretina se escondía una historia tan sangrienta como esa. Por fortuna en internet decía que se comprobó que sus padres jamás abusaron de él en ninguna forma, además de eso decía que siempre estuvo en clases avanzadas gracias a la impresionante inteligencia que tenía.

Cuando me di cuenta de que seguía despierto faltaban pocos minutos para las cuatro. La última vez que no había podido dormir fue el día antes de que me fuera del país con mi nueva familia. Yo pensaba que nadie me adoptaría, y cuándo finalmente pasó, resultó que no me sentía del todo preparado. Fue una noche interminable en la que no podía dejar de pensar en Leito. Me había abierto con mi padrastro y justo en ese momento me di cuenta de que no quería alejar a ese hombre de mí. No era un pervertido en busca de sexo sin compromiso, simplemente era un hombre muy inteligente y solitario. No me interesaba su pasado o su dinero, me interesaban sus besos y conocerlo. Leito Massa......... por favor sal de mi cabeza

— ¡DESPIERTAAAAA!— Cuando escuché el grito ya estaba medio despierto, (Afortunadamente) pero no anticipé que una persona se lanzaría sobre mí en la cama.

— ¡Ahhhhhhhhhhh!— grité. Me destapé la cara y ahí estaba Bradley.

— ¿Qué te pasa? ¡Es la una de la tarde!— gritó. Se veía como siempre: impecable. Con su camiseta de The Who y sus muchas pulseras en las muñecas.

—No podía dormir. — le dije sentándome. Por culpa de Leito por primera vez en mi vida me había despertado a la una de la tarde.

—Ayer no saliste con nadie, sabemos que te está pasando algo. — dijo sentándose también en la cama. Me alegraba cuando mis amigos se preocupaban por mí, lo hacían incluso más que mis padrastros.