CAPITULO 10

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—Te llevaré a ese restaurante más seguido. — dijo. Yo prefería ir al cine en lugar de ir a un restaurante.

— ¿Cómo supiste que fui adoptado? — le pregunté. Necesitaba satisfacer mi curiosidad.

—Te morías de ganas de preguntarlo ¿No?— dijo con su voz engreída. Yo no dije nada y lo miré fijamente. Él suspiró.

—Tenía que saber algunas cosas sobre ti. — dijo. Como tenía más cosas que decir yo no dije nada. —Empecé queriendo saber tu situación sentimental y terminé averiguando que fuiste adoptado. — ¿Cuándo fue eso?— le pregunté.

—El mismo día que te vi en tu escuela y te molesté. Supuse que tenías novio y quería saber si así era.

— ¿Es así como averiguaste lo de la fiesta?— le pregunté.

—Claro, hackeé tu celular y tus redes sociales. Cuando vi el mensaje de tu amigo rastreé su dirección y decidí ir. — dijo. (Lo sabía)

—Es increíble. — dije. Leito se fijó en mí con tan sólo unas cuantas veces de haberme visto, fue a una fiesta en dónde sabía que yo estaría sólo para verme e impresionarme con su habilidad para cantar.

—Tú eres increíble. — dijo. Le di un beso en la boca sólo para demostrarle que yo pensaba lo mismo de él y que me alagaba su comentario.

—Te amo Leito. Aún no puedo creer que cantaste sólo para impresionarme. — le dije.

—Aún no puedo creer que enmarcaste mi nota. — dijo. Reí un poco sólo de saber que ya había notado el pequeño marco en mi cabecera.

—Vamos a caminar. — le dije tomándolo de la mano. Nos besamos bajo un árbol un rato y después le propuse bailar.

— ¿Aquí? ¿En serio? — dijo sorprendido.

— ¿Cuál es el problema? — le dije. Estábamos en el parque y estaba prácticamente vacío, sólo con algunas parejas besándose o caminando de la mano.

—No lo sé... ¿Aquí? — dijo. No era su departamento, no era de noche y no habíamos tenido una espectacular cena, pero yo era Karim y él era mi Leito. Siempre que en un lugar estén Karim y Leito se puede bailar. ¡Siempre!

— ¿Cuál es el problema? — volví a preguntarle.

—Muy bien... debo complacerte en lo que sea. — dijo resignado.

—Si sigues así probablemente  te la mame como nunca! — le dije sonriendo. No habíamos vuelto a hacer el amor desde que pasó lo de esa noche, seguía un poco asustado y no quería pensar en eso.

—No quiero que sientas que tiene que pasar. — dijo refiriéndose a eso.

—no te preocupes. Quiero que pase hoy. — dije.

Sus brazos envolvieron mi cintura y yo escondí mi cabeza en su hombro. Leito aprendió a bailar gracias a una novia que tuvo a los veinte, la cual le enseñó; Yo aprendí porque de chico interpreté al príncipe de la cenicienta en una obra de la escuela y tuve que bailar mucho. Luego de bailar por un rato noté más gente en el parque de la que había notado antes de empezar a bailar. Había desde parejas de jóvenes hasta niños jugando con la pelota, gente solitaria con sus perros, abuelos en silla de ruedas, etc.

—Todos nos miran. — dijo Leito con una media sonrisa. Lo miré a los ojos.

—Quisieran una relación como la nuestra. — le dije. Leito me amaba y yo lo amaba a él, mientras ambos sintiéramos eso por el otro entonces teníamos una relación como de cuento.

—De hecho...— dijo Leito. Sabía que lo haría, sabía perfectamente que me recordaría que (en la palabra) yo seguía siendo novia de Dilan.

—extraoficialmente ya terminé con Dilan, pero no lo hemos hecho oficial... — dije interrumpiéndolo. Evité molestarme o irritarme, siempre que estaba con él trataba de que TODO estuviera bien.

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