CAPITULO 11

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¿Cuándo me volví tan cobarde?

¿Cuándo me volví tan mentiroso e hipócrita?

Cuando pasé todo el césped empecé a correr como nunca había corrido en mi vida. Era una locura lo que estaba haciendo, no tenía nada conmigo excepto la ropa que estaba usando. Corrí tanto que incluso me costó trabajo detenerme, cuando pude hacerlo vomité un par de veces y luego me quedé acostado en la acera, me daba miedo cerrar los ojos, pero realmente quería hacerlo. Me dolían los pies, ya que había corrido con sandalias. Estaba lleno de sudor, ya que me había dejado puesto el sweater. Cuando me levanté apenas podía caminar, había gastado toda mi energía en esa fuga. Me detuve en un patio a unas calles para sacarme las piedras de las sandalias, justo cuando pensé que la situación no podía empeorar una luz se encendió en el patio e inmediatamente alguien abrió la puerta de la casa, volteé para ver quién era y reconocí de inmediato a mi maestra de química.

— ¿karim Marinelli?— me dijo confundida.

—martinelli. — corregí levantándome del pasto.

—Bueno, Martinelli. ¿Qué haces aquí? — preguntó. Me paré derecho y traté de aparentar mucha confianza y seguridad. ¿Qué chingados le digo?

—Estoy... ¿Estoy qué? No puedo decirle que escapé de mi casa y que acabo de vomitar Estoy esperando a mi novio. — fue lo único que se me ocurrió.

— ¿Aquí? — dijo ella. ¡Maldición!

—No aquí...

—Ya veo. — dijo mirándome de arriba a abajo. Estaba usando un mini short y debajo de la ropa tenía puesto el traje de baño.

—Ya es hora.-le dije fingiendo-Que tenga una linda noche, señora Linwood. — Me sentí un poco mal porque esa charla a pesar de haber sido tan corta me había hecho sudar un poco.

—Gracias, Karim. Nos vemos luego. — dijo sonriendo. Gracias a dios no me preguntó por mis moretones de la cara. Caminé por el lado contrario hacia la casa de Jenny; mi plan era quedarme ahí un rato hasta que las cosas en mi cabeza se calmaran, hasta que todo en mi mente estuviera en orden y supiera qué hacer con respecto a Dilan

Llegué desde atrás y la vi en su patio delantero hablando con un chico rubio muy alto, la estaba sujetando de la cintura y le estaba diciendo cosas lindas como: "Todo el tiempo eh pensado en ti" y "Necesito que me aceptes en tu vida". Cuando se fue salí silenciosamente, aún así ella se asustó cuando me vio.

— ¡Diablos, Karim! ¿Qué rayos haces aquí? ¿Y por qué estás vestido así?— gritó.

—Fui a la playa. — le dije. Me sentía muy mugroso, estaba sudado, tenía tierra en mi ropa y había vomitado minutos antes.

— ¿Tú solo?— preguntó. —Con Bradley y su hermana. — le dije. Ya el viento se había llevado lo feliz que me sentí mientras estuve ahí.

— ¿Quieres venir adentro?— dijo.

—Claro. — le dije. Entramos a su casa y luego a su habitación. Aproveché para peinarme y limpiarme un poco como pudiera, así no me sentiría tan sucia.

— ¿Quién era ese muchacho?— le pregunté sentándome en su cama.

—Ammm....— ella titubeo.

—Era guapo. — le dije.

—Se llama Liam... creo que me gusta. — dijo sonrojada.

—Yo creo que tú le gustas a él. — le dije.

—Claro que no. — dijo negándose.

— ¡Te tomó de la cintura y te dijo que te necesita! Eso significa que está loco por ti. — le dije.

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