CAPÍTULO 1 : UNA CHICA DIFERENTE

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Todas las personas son diferentes. Y no solo me refiero a físicamente. Hablo de cosas más profundas.

Cada uno de nosotros tenemos una manera especial de pensar, de sentí, de ver la vida, según nuestra edad, sexo y época en que hemos nacido.

Aun dentro de los grupos homogéneos, como un equipo de fútbol, o un grupo de amigas íntimas, ninguno es completamente igual a nadie.

Me sorprendo al escuchar a personas hablando de otros y diciendo: "El es diferente" "Es raro" Cuando en realidad a mi modo de ver las cosas, todos somos diferentes, y nadie debería ser juzgado por no seguir las modas, no escuchar la música que todos oyen o elegir los cortes de pelo de décadas pasadas.

Yo soy así.

Una chica diferente.

Eso es lo que dicen de mí.

Quizás porque soy hija única, o porque mis padres me criaron de una manera diferente, o simplemente sea porque quiero ser así, diferente.

No me gusta amoldarme a las tontas formas que todos los adolescentes siguen, tampoco me gustan las conversaciones superficiales que las chicas de mi edad tienen en los baños o en las noches de pijamada.

No tengo ninguna obsesión por el cuidado del cuerpo o la imagen, me siento bien vistiendo ropa cómoda y teniendo mi cabello al natural. Ni mi cuerpo, ni la ropa, ni el peinado determinan quién soy.

Yo soy mucho más de lo que mi imagen puede mostrar, pero pocos llegan a descubrir esto.

A diferencia de los demás, disfruto pasar largas horas leyendo y escribiendo.

Si no fuera por mis padres, pasaría todo el día metida en mi tablet o computadora relatando soñadas historias y leyendo la infinidad de libros que las bibliotecas virtuales brindan por internet.

Ese es mi hobbie, mi manera de divertirme, aunque nadie la comprenda, aunque pocos la compartan.

Quizás por eso soy un poco solitaria.

Para mí está bien.

Está bien que los demás vivan su adolescencia como quieran. Que asistan a la escuela solo para presumir y conseguir novio, que concurran a fiestas y hagan amistades y relaciones superficiales que solo duraran semanas.

Yo no soy así. Yo sueño.

Sueño con ser una super heroína que salve al mundo y ayude a quienes lo necesitan. Sueño con vivir la vida de los personajes de mis historias, poder tener su valentía, su espontaneidad, vivir las aventuras que ellos enfrentan en los libros que invento...

Y tengo un sueño mayor... quisiera algún día, en el futuro, ser guionista, poder escribir mi propia novela o serie de televisión y que las personas puedan disfrutar de mi imaginación y todo lo que sucede dentro de mi cabeza.

Hoy... es un sueño tan lejano y difícil de alcanzar, que prefiero mantenerlo en secreto. Prefiero guardarlo para mí sola, y disfrutar en mis tiempos libres de viajar con la imaginación por el mundo, conocer nuevos lugares, salvar personas en apuros, atrapar delincuentes y hasta enamorarme una y otra vez de personajes que solo existe en mi mente.

¿La realidad? Bueno, ya habrá tiempo más adelante para vivir en el mundo real, para sufrir, para amar, para tocar con los pies la tierra y bajar de mi mundo de fantasía.

Ese mundo donde puedo ser lo que quiera sin límites ni restricciones. Donde puedo ser una super héroe, o detective secreta, o una investigadora privada o la protagonista romántica de una novela. Ese mundo de fantasía donde soy respetada y admirada por el resto y donde mi valentía, independencia, madurez y belleza brillaban en su máximo potencial.

Para mí está bien vivir en ese mundo en mis tiempos libres.

Mientras, la realidad sigue su curso, la escuela, el curso de inglés, las tareas y mi familia, todo esto ocupa mis horas y días.

Mi familia. Aun no he hablado de mis padres.

Beatriz Olmos y Lorenzo Carter, así se llaman, aunque odian que yo los llame por sus nombres, solo me dejan decirles: mamá y papá, no entiendo que tiene de malo, pero respeto que así lo prefieran.

Ellos unieron sus vidas siendo mayores de treinta.

Para sus conocidos y amigos, los dos serían los típicos solterones. Se conocieron en unas conferencias de varias iglesias, se enamoraron y casaron.

Poco tiempo después nací.

Un parto difícil, según siempre me contaron.

La vida de mamá estuvo al límite.

Semanas de internación y luego una recuperación lenta.

Así comenzó mi vida, siendo un verdadero milagro como mencionan mis padres cada vez que hablan de esto, un milagro en el que Dios permitió que mi mamá y yo viviéramos.

Mis padres me aman. Me lo dicen y demuestran todo el tiempo. No sé si todos los padres son así, si todos les dicen a sus hijos constante mente cuanto los aman. Los míos sí.

Quizás porque soy hija única, o quizás por la forma especial y milagrosa de mi nacimiento. Quizás porque nos acostumbramos a demostrarnos el cariño y amor que nos tenemos.

Siempre me he sentido amada y protegida por los dos.

Mi madre es una mujer trabajadora y emprendedora. Muy hábil con los números y las finanzas, ahorrativa y cuidadosa de los gastos. Somos muy cercanas. Charlamos de muchas cosas y ella siempre tiene buenos consejos para darme.

Papá es divertido y gracioso, aunque tienes sus días de mal humor, siempre intenta hacerme reír y ver el lado positivo de las cosas. Trabaja en casa, tiene una imprenta en nuestra cochera y me encanta entrar mientras programa sus maquinas para conversar con él, los dos nos llevamos muy bien. Nos reímos mucho y si quiero conseguir algo, es mejor pedírselo a él, ya que es más flexible y soy su debilidad.

Mi mejor amiga es Carla, la conocí en la iglesia y desde la Escuela Dominical compartimos la misma clase y pasamos juntas a la reunión de pre y luego a los ados. Carla es tranquila, no tenemos los mismos gustos por la lectura y la escritura, pero nos complementamos muy bien.

Para el resto del grupo de ados o mi curso escolar, quizás soy la chica rara, diferente. No tengo mucha cercanía con ellos, siento que siempre me están observando y criticando. No todos aprecian a los buenos alumnos y amantes de la lectura. Son mucho más populares los deportistas o los músicos. Pero no elegí ser parte de ninguno de esos grupos, ni hacer las cosas para agradarles a los demás...

Giuly Carter. Así soy yo. Y esta es mi vida.

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