CAPÍTULO 14 : DÍA 7 (1° parte) ÚLTIMO MENSAJE

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La mañana del último día amaneció completamente soleada, pero a pesar de eso, el pasto estaba escarchado y el frío era intenso, seguramente durante la noche había llegado a bajo cero la temperatura.

Los inviernos en las sierras de Córdoba suelen ser fríos e intensos.

Todos nos levantamos cerca de las diez. La noche anterior nos habíamos acostado tarde para disfrutar hasta el último momento la noche final del campa. Así que Vicky y Damián nos dejaron dormir un rato más.

Me vestí rápidamente y corrí para ser una de las primeras en usar los baños. No quería perderme de el tiempo a solas con Dios, sabía que era mejor comenzar el día escuchando su consejo y orando.

Mientras leía mi Biblia en el comedor, el resto de los chicos y chicas fueron llegando.

Un ambiente de tristeza y melancolía se respiraba en el aire.

Creo que nadie quería que el campamento terminara.

Los siete días habían pasado tan rápidos y las cosas vividas habían sido tan intensas que disfrutamos al máximo de cada actividad, mensaje y tiempo de juegos.

Mientras todos se acomodaban para desayunar noté que Renata y Ulises se sentaron en lugares diferentes.

Me extrañó su actitud.

Los últimos días andaban juntos de un lado al otro, siempre se sentaban pegados y sus risas y charlas eran lo más común de ver. Me gustaba verlos juntos. Sabía que la presencia de Ulises hacía bien a Renata.

Me acerqué hasta Uli para preguntarle.

De los dos, era él que tenía peor cara.

— Hola Ulises. ¿Todo bien?... ¿Pasó algo con Renata? —pregunté mientras me sentaba a su lado.

— Hola Giuly... eh... no sé qué decirte...

— ¿Por...?

— Anoche me dijo que esta amistad que teníamos... no podía seguir después del campa.

— ¿Qué? ¿Por qué no?

— Eso mismo le pregunté... y dijo que no quería lastimarme... que se daba cuenta que mis sentimientos estaban creciendo y yendo en la dirección equivocada...

— ¿Pero pueden ser amigos? —agregué.

— Lo mismo le dije...

— ¿Y que respondió?

— Dice que no podemos ser amigos. Me pidió que me alejara... dijo que somos diferentes, que dos personas tan distintas no pueden estar juntas—agregó con tristeza— no sé si hice o dije algo malo, que la lastimara u ofendiera, solo he tratado de ayudarla, hacerla sentir bien, recordarle lo hermosa y buena persona que es, y que no necesita hacerse daño...

— La querés mucho ¿Verdad?

— Claro que la quiero. Pero no la he presionado a nada más, no es mi intensión que sea mi novia, no por ahora...

— Puedo hablar con ella. Averiguar qué es lo que realmente pasa, quizás hay algo que no te quiere decir— sugerí.

— Gracias Giuly, no creo que cambie en nada su forma de pensar... pero por lo menos sabremos que la hizo alejarse.

Terminamos de desayunar y Damián dio las indicaciones para que todos desarmáramos nuestras camas y tuviéramos los bolsos listos y piezas ordenadas.

A las diez sería la última reunión y después del almuerzo llegarían los colectivos a buscarnos.

La pieza era todo un alboroto. Todas tiraban frazadas y cosas al piso para poder desarmar las camas y ordenar todo.

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