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La voz de JungKook se escuchaba en aquel pequeño bar, tenuidad color naranja, temperatura cálida y olor a incienso. Piel rozando con la piel, palabras susurradas al oído y miradas risueñas. JungKook cantaba para sí mismo a ojos cerrados, en una postura relajada que ocultaba con maestría tristeza interior y sentidos distorsionados. Rogó, JungKook rogó que al abrir los ojos su mundo no diera vueltas, pero lo que encontró de igual modo lo mareó y sus ojos destellaron interés con toques de picardía y diversión.

— ¡Oh, por Dios! ¡Está mirando para acá! ¡Tae, nos está mirando! —pronunciaba Sana de manera rápida, dando un par de saltitos emocionados en el puesto.

— Yo creo que el idiota está mirando hacia la barra —con inocencia, TaeHyung volteó a observar hacia el lugar mencionado y luego volvió a centrar la mirada en el cantante.

Tenía pensado agregar algo más, pero un nuevo grito de emoción de parte de su amiga no lo dejó continuar, pues JungKook había guiñado un ojo en su dirección, o en la de Sana, se quiso convencer sin creer ni por un segundo que el estudiante favorito de su universidad y de paso, su archienemigo, le estaría coqueteando de aquella forma.

— ¡Hey, V! —sorprendiéndolo al aparecer de pronto, HoSeok se aferró a sus hombros.

— ¡Hyung, me asustaste! —expresó con la mano en el pecho.

— La gente que se asusta con facilidad es la que anda haciendo cosas malas. Dime, Taehyungie, ¿qué hiciste ahora?

— Nada, nada —dijo poniendo las manos sobre los hombros de su amigo que prácticamente tenía su cara pegada a la suya en una inspección de sus ojos para captar la verdad—. Yah~, basta —hizo fuerza para apartarlo.

— Uhm... te dejaré libre esta vez —pronunció HoSeok con los ojos entrecerrados y luego se acordó del por qué se había acercado—. Namjoonie hyung ha dicho que después de esto pasemos a su casa.

— ¿Quién nos va a llevar? —intervino Sana en la conversación, sin despegar su mirada del escenario por ningún segundo.

— YuGyeom se llevará a algunos, NamJoon hyung nos llevará a nosotros y la banda se irá por su cuenta.

— ¡¿QUÉ?! —Reaccionó Sana aferrándose al brazo izquierdo de HoSeok— ¿Có-có-cómo que la banda se va por su cuenta? ¿Cuál banda? ¡¿Esa banda?! —señaló al escenario.

— Sí, esa banda —apretándole una mejilla, sonrió HoSeok—. NamJoon hyung invitó a tu amor platónico a la fiesta.

— ¡AAAH! ¡Ésta es la mejor noche de mi vida!

— ¡¿Cómo que invitó a la banda?! —Se enfureció TaeHyung— NO, ¡si el idiota va yo no voy!

— ¡Tienes que ir! —lo aturdieron HoSeok y Sana al haber gritado al mismo tiempo, aunque luego cada uno lanzó una amenaza distinta.

— Si no vas haré viral la foto en la que estás vomitado y dormido junto a la cama de Tannie —advirtió Sana.

— Si no vas te cortaré el pelo mientras duermes —advirtió HoSeok.

— ¡YAH! —TaeHyung se quejó llamando la atención de quienes estaban cerca— ¡¿Cómo me pueden chantajear así?! ¡Son mis amigos!

— ¡Los amigos van a la fiesta de los amigos! —refutó HoSeok y así, zanjando el tema, se alejó de TaeHyung, decidido a buscar a quienes les faltaba por invitar a la fiesta.

TaeHyung tan sólo negó con la cabeza y sonrió cansado. Se permitió olvidar la algarabía que Sana estaba montando a su lado y se perdió en las facciones del cantante; en su marcada quijada, en sus ojos cerrados, en las venas de los brazos que se marcaban al estar tocando la guitarra y las venas que sobresalían de su cuello ante alguna nota alta. Todo en él hacía que una oleada de sentimientos contradictorios revoloteara en el estómago de TaeHyung, consiguiendo hacerlo soltar un suspiro cansado al pensar que dentro de pocas horas estaría junto a JungKook en la misma fiesta.





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Quizá lo ocurrido entre ambos había sido el mejor escándalo del semestre anterior, donde a pesar de que las diferentes versiones de los detalles más escabrosos del asunto se distorsionaban y se alejaban de la verdad, lo que sí quedaba más que claro era el hecho de que TaeHyung y JungKook se odiaban a muerte. La razón de aquello pululaba entre rumores de pasillos, en suposiciones que llegaban a ningún punto y que sólo aumentaban el interés en aquellos chicos que parecían ser el ejemplo a seguir, pues ver al de cabellos rojos golpear a JungKook en medio de la cafetería de la facultad había sido un claro signo de que algo muy grave había ocurrido entre ellos, teniendo en cuenta que, por un lado, Jeon JungKook era el vocalista sexy más deseado de la universidad y, por otro, Kim TaeHyung era el mejor y carismático estudiante de actuación que poco a poco se hacía conocido entre los teatros underground de la ciudad.

El porqué del golpe sólo los protagonistas lo sabían. Aunque también estaban enterados quienes conformaban la banda en la que tocaba JungKook, así como también NamJoon, fiel amigo de TaeHyung desde que tenían memoria.

El asunto había iniciado cuando YoonGi, baterista de la banda y amigo de NamJoon, los había invitado a una fiesta que se llevó a cabo en su departamento, el que compartía con JungKook desde que éste último había llegado a estudiar a Seúl hacía un año atrás. En un principio TaeHyung no estaba interesado en ir, pero debido a la insistencia de NamJoon ante el hecho de que necesitaba a alguien cuerdo a su lado para no caer en excesos, no tuvo más remedio que ceder. Sin embargo, aunque el grupo que estaba en la fiesta era bastante reducido, nadie sabe cómo todo se salió de control y terminaron consumiendo grandes cantidades de alcohol al comenzar a apostar en quién sería capaz de tomar la mayor cantidad de shot de tequila. Luego, las consecuencias quedaron a la vista cuando NamJoon acabó arrodillado frente a la taza del baño, con YuGyeom tapando el lavamanos ante su vómito y JiMin conversando a gritos en el balcón junto a YoonGi y Jin.

Por lo anterior, nunca se percataron de que JungKook y TaeHyung, en una conversación que inició en la cocina, terminaron desnudos y jadeando de placer en la habitación del azabache. Al día siguiente y con la resaca martillando sus cuerpos como un fiel castigo de que debían medir sus acciones, TaeHyung se escabulló de la cama del menor y decidió volver por su cuenta a su hogar, sin esperar a NamJoon, quien dormía en la habitación de invitados en medio de SeokJin y JiMin.

Los días siguientes fueron de recriminaciones, de culparse a sí mismo por dejarse llevar y no comprender cómo había sido tan iluso hasta el punto de encamarse con quien era considerado un rompecorazones, con ese chico de hebras azabache que se llevaba a las chicas a la cama y luego las desechaba sin remordimiento alguno.

TaeHyung no podía creer que JungKook fuese bisexual, de hecho, cuando reveló su secreto a NamJoon, éste realizó un sinfín de preguntas e incluso llegó a pensar que lo revelado por su amigo se trataba de un sueño húmedo, pues en la lógica que iba de la mano en la imagen que JungKook proyectaba al resto, en ninguna figuraba que aquél se anduviese encamando con hombres. Sin embargo, poco a poco NamJoon fue convenciéndose de que TaeHyung estaba en lo cierto, sobre todo cuando una tarde en la que habían decidido pasar a la cafetería de la facultad, tras días de estar evitándose el uno al otro, TaeHyung no pudo contener el golpe que lanzó en plena mejilla del azabache, no cuando éste lo tomó del brazo y lo amenazó diciendo que todo había sido un error producto de la borrachera, que por ningún motivo se lo revelara al resto y que, por sobre todo, no pensara que volvería a meterse entre sus piernas porque, a diferencia de él, no era maricón. Y esa palabra, calando hondo en el orgullo de TaeHyung, desencadenó el mejor escándalo del último tiempo dentro de la universidad.






V de VenderíamialmaparafollarteotravezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora