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De su vida universitaria YoonGi recordaba el tedio de las clases, dormir cuatro horas y comer sólo para no caer desmayado en cualquier parte. También recordaba las fiestas, las muchas fiestas a las que asistió y organizó con el único objetivo de escapar de la estresante rutina y de la presión de sus padres, quienes sólo enviaban dinero para pagar el arriendo del departamento a cambio de que sus notas fuesen sobresalientes. Aquello fue el motivo primordial para querer compartir el departamento con alguien más, necesitado por comenzar a generar su propio dinero para no tener que depender de nadie, ni estar bajo las condiciones de nadie.

De su vida universitaria YoonGi no podía recordar cómo se decidió a aceptar a JungKook en su departamento; no sabía si el azabache llegó ante un anuncio que dejó pegado en uno de los murales del campus o si fue por intermedio de SeokJin.

Pero lo que YoonGi no pudo olvidar bajo ningún motivo porque aquello seguía siendo parte de su presente, era el hecho de que nunca pudo conseguir que JungKook hablara de sí mismo, jamás lo vio ansioso por la llegada de las vacaciones o haciendo una llamada a algún familiar. A pesar de ese comportamiento, YoonGi nunca insistió en romper las barreras de JungKook, nunca se quiso inmiscuir en su vida porque le bastaba con saber que tenían un objetivo en común y que estaban dispuestos a componer canciones y ensayar como si sus vidas realmente dependieran de ello.

JungKook era y seguía siendo una persona solitaria, que sólo en contadas ocasiones y gracias al alcohol revelaba sus verdaderos sentimientos, lo que fue suficiente para hacer entender a YoonGi que el JK que se volvió popular en la universidad y después a nivel mundial era una persona totalmente distinta a JungKook.

JK no tenía miedo a bromear o reír, no tenía temor a expresar lo que sentía ante miles de fans. JK era una persona atrevida y llena de vida, a diferencia del atormentado y frustrado JungKook. Sin embargo, sólo en situaciones realmente específicas JungKook y JK parecieron ante los ojos de YoonGi transformarse en uno solo, confundirse extrañamente en esas personalidades abruptamente distintas bajo el deseo mutuo de llamar la atención de TaeHyung.




- Enójate todo lo que quieras, JungKook, pero va a llegar el momento en que me vas a encontrar la razón -fueron las palabras de YoonGi aquella mañana en que salieron de la casa de Jackson, mientras conducía el auto de JungKook hacia la empresa-. No me puedes hacer la ley del hielo por siempre porque tenemos que interactuar en la reunión -siguió insistiendo YoonGi-. Olvídate de V de una buena vez, recuérdalo como un buen polvo y sigue con tu vida.

JungKook jamás supo cómo pudo contener el impulso de querer golpear a YoonGi y ser capaz de mostrar una expresión seria cuando en realidad quería gritar hasta desgarrar su garganta.

- ¿Hablarás de TaeHyung con los mánager?

- Lo contaré todo sólo si insistes en escapar para ir a juntarte con él. Tenemos amigos en común, así es que es inevitable que lo veamos nuevamente, pero lo que sí puedes evitar es seguir acostándote con él porque te expones al peligro, JungKook. Además, piénsalo, desde siempre V ha sido de los que coquetea con todos, esta vez lo hizo contigo y al igual que el resto te olvidará para buscarse a alguien más. Fuiste como el fetiche de fan que se acuesta con su ídolo. Bien, ya se acostó contigo, ahora irá por otro, siempre ha sido así.

- No lo conoces -habló cerrando los puños con tanta fuerza que se llegó a herir con las uñas.

- Así era V en la universidad, ¿te acuerdas? Lo veíamos responder a los coqueteos del resto como si no tuviera problema alguno con ser el foco de atención. Los actores de esa facultad eran así, buenos para ir a fiestas y expertos en ir cambiando de parejas como si nada.

V de VenderíamialmaparafollarteotravezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora