▪️56▫️

12.2K 1.3K 277
                                    








Perdido en un vertiginoso cóctel de emociones, JungKook alcanzó a reaccionar al último segundo, justo cuando TaeHyung saltó a sus brazos y rodeó su cintura con las piernas, en un abrazo tan apretado que el cantante recibió con gusto, sin deseos de soltarlo nunca más, incapaz de procesar que era cierto, que TaeHyung estaba ahí, abrazándolo con tal intensidad que no supieron cuántos minutos estuvieron así, en silencio, sin ser capaces de separar sus cuerpos.

— Estás aquí, Tae... —susurró con un nudo en la garganta— En verdad estás aquí...

— Estoy aquí, Jungkookie —posando las manos sobre las mejillas del menor, TaeHyung lo observó con ojos brillosos, llenos de emoción, llenos de una alegría que desbordaba el alivio de estar junto al azabache luego de lo que creyó ser una eternidad.

Y aunque en el exterior todo seguía su curso, en esa habitación de hotel todo había quedado sumergido en la quietud que traía consigo el silencio, incapaces de encontrar las palabras adecuadas para expresar cómo se sentían o qué deseaban decir porque en realidad no lo sabían, sólo podían continuar perdidos en la mirada y sonrisa del otro.



Incluso en la tenuidad del ambiente, podían reconocer sus sonrojos y como si hubiese sido un gran error su falta de atención, sólo entonces JungKook cayó en la cuenta de que TaeHyung cubría su cuerpo con una bata de color gris, dejando a la vista las marcadas clavículas y, más abajo, el cantante sonrió lascivamente al reconocer qué significaba la presión que estaba sintiendo en su estómago.

— Eres travieso, Kim —pronunció con voz grave, dejando que TaeHyung volviera a tocar el suelo con los pies, pero haciéndolo retroceder de inmediato, de manera lenta, como si estuviese al acecho de su presa.

— No sé a lo que te refieres —con fingida inocencia, el castaño tiró del cordón de la bata, la que se abrió de inmediato y que ocasionó en JungKook un temblor que, de no ser porque necesitaba disfrutar al máximo de ese momento, se hubiese lanzado sin cuidado alguno contra el cuerpo del moreno. Pero se contuvo, sosteniendo la respiración JungKook se controló a sí mismo y continuó avanzando hasta que el mayor acabó sentado al borde de la cama. Si tenían que hablar de todo lo ocurrido durante la última semana, muy bien podían esperar, pero anhelar que sus cuerpos fuesen pacientes eso era totalmente algo impensado.

— Dime que no estoy soñando —posicionando la rodilla derecha entre las piernas del castaño, JungKook susurró mientras comenzaba a acariciar la mejilla de TaeHyung, deslizando suavemente los dedos hasta rozar esos sonrosados labios que en más de una ocasión ocuparon sus acalorados pensamientos.

— Estoy aquí, contigo —respondió TaeHyung recostándose sobre el colchón, perdido en los ojos de JungKook, estremecido por cómo esos dedos que habían delineado con suavidad sus labios bajaban con tortuosa lentitud hacia su cuello y luego hacia su pecho, donde los acelerados latidos de su corazón delataban lo ansioso que se encontraba en esos momentos—. Jungkookie... —rogó apretando las sábanas, impaciente, necesitado de que el azabache lo siguiera estimulando, mas JungKook lo que hizo fue ignorar esos tentadores labios que lo llamaban con desespero y prefirió continuar con sus juegos, decidido a dejar sus primeros besos sobre el cuello acanelado del actor, quien comenzó a sentir el duro roce de la entrepierna ajena, consiguiendo con ello que la suya comenzara a reaccionar también.

Fue así que TaeHyung reclamó que JungKook se apartara de su cuello, porque en ese instante deseaba besarlo en los labios y, sin más preámbulos, apenas sus bocas se encontraron no pudieron hacer del beso algo lento, sino que todo se tornó desesperado, en un intento por recordar lo que se sentía besar al otro, buscando un punto en el cual ambas cavidades rememoraran tiempos perdidos, reconociéndose nuevamente tras meses de separación.

V de VenderíamialmaparafollarteotravezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora