▪️EPÍLOGO▫️

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Las tenues y rojas luces del lugar invitaban a las personas a dejarse llevar por las sensaciones, las que se veían intensificadas por el calor de esa madrugada de verano y el constante roce de los cuerpos que danzaban tan pegados los unos a los otros que, sin importar que las gotas de sudor perlaran sus frentes, continuaban moviéndose al ritmo de la cautivante música.

En un rincón, no tan alejados de esa algarabía, SeokJin bebía directamente de la botella, mientras JiMin reía sin parar de lo que fuese que estuviese diciendo YoonGi en esos momentos. Por su parte, peinado hacia atrás, con algunos botones de la camisa desabrochados, JungKook permanecía sentado con las piernas abiertas, con una mano sobre el sofá y con la otra sosteniendo el vaso de whiskey cuyo líquido parecía olfatear y no beber. Sobre él, las luces eran la mezcla perfecta entre seducción y perdición, como si su aparente calma estuviese tentada a llamar al caos. Así que cuando la desconocida mujer se acercó al cantante, con una sonrisa desinteresada JungKook permitió que aquella se inclinara ante él, que incluso paseara una de sus manos por su cuello y bajara lentamente hasta su pecho. No obstante, la sensación de ser tocado de esa manera para nada lo complació, menos cuando cerró los ojos y pensó en TaeHyung.




— ¡Corte! —gritó el director del video musical, lo que llevó a la mujer a realizar una reverencia ante un indiferente JungKook que prefirió beber el contenido de su vaso para luego entregarlo a una persona del staff, escapando a su vez de la estilista que pretendía retocar su maquillaje.

— Oye —lo detuvo la actriz al tomarlo del brazo, enfadada por la actitud del cantante—, deberías ser un poco más amable, yo sólo hago mi trabajo, no es como si te quisiera tocar por gusto.

Alzando una ceja, JungKook sólo negó con la cabeza y volvió a retomar su marcha, a la que pronto se le unió un hombre que aparentaba unos veinticinco años, encargado de revisar su vestuario.

— Se veía bastante entusiasmada al tocarte como para decir que sólo hacía su trabajo —se permitió decir mientras acomodaba la camisa del pelinegro, quien agotado por la extensa jornada que estaban teniendo, no sabía si quería pedir un breve descanso o continuar grabando para terminar lo antes posible— ¿Acaso no se da cuenta de que no te gustan las mujeres? —ajeno a que estaba siendo ignorado por JungKook, sonrió al arrodillarse y continuó hablando— Prácticamente todo el mundo sabe que sales con un hombre, que te gustan los hombres...

— Ni se te ocurra —salió el pelinegro de sus pensamientos, pues aunque estaba calculando cuántos minutos restaban para volver a casa, de igual modo alcanzó a descubrir las intenciones de ese hombre que, excusándose en su trabajo, había llevado las manos al filo de su pantalón en un toque para nada profesional— ¡Hyung! —llamó JungKook a uno de sus mánager, indolente al pavor reflejado en el encargado de vestuario que se había visto descubierto— Despídelo —señaló pasando por alto cualquier tipo de súplica de quien lo miraba sin saber cómo explicarse, apenas consiguiendo emitir algunos balbuceos al ser el centro de atención de las personas que permanecían en el set de grabación.

— ¿Otro despido? —acercándose, SeokJin pasó el brazo por sobre los hombros del pelinegro— ¿Cuántos van en este año?

— Ni idea —le restó importancia JungKook, con el ceño fruncido mientras veía que se llevaban a esa persona que se había atrevido a tocarlo— ¿Por qué asumen que me gustan los hombres?

— ¿Porque sales con uno?

— A mí sólo se me para con Tae, con ningún otro.

— Entonces controla al amigo que tienes ahí abajo porque mira quién acaba de llegar.

V de VenderíamialmaparafollarteotravezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora