Annie.
Taehyung limpiaba mis heridas con el algodón pequeño, lo rozaba en mi mejilla, me ardía un poco. Él tenía el ceño fruncido, estaba molesto.
― Annie, estas... temblando, relájate amor.
Taehyung me observaba, en ningun momento dejo de hacerlo mientras tomaba mis manos y me llenaba de besos allí
― E-es que... todavía estoy muy asustada...
La expresión de taehyung era de fastidio, enojo, molestia e irritación. Me acerqué a su pecho y envolvió mi pequeño cuerpo entre sus brazos.
― No quería que le hiciera un daño irreparable a tu madre, te juro que en mi vida había visto algo así...
― Lo se nena... lo sé, te juro que en este momento tengo muchas ganas de matarlo por haberte tocado siquiera con sus sucias manos, no quiero imaginar que hubiera pasado si yo no hubiera llegado... Annie te habría matado, y a mi madre...
― Ella está sola en tu casa... ¿Por qué no te la traes aquí?
― No quiere... es una misión imposible, ayer le dije que si quería vivir conmigo, mi jefe me dijo que podía llevar a mi madre, se lo comenté y me dijo que no.
― Tsk...
Taehyung.
Annie me observaba, incrédula. Me acerqué a sus labios y le di un corto beso, este había sido húmedo y delicioso, como la mayoría. No pude resistirme y comencé a besarla un poco mas, siendo constante hasta que el último beso que le di, fue prolongado, acaricié su nuca mientras enredaba mis dedos entre su cabello y tiraba de ella hacia adelante. Esto me permitió acercarle y que ella no se atreviera a apartarse de mí, me alejé muy poco de sus labios luego de unos minutos de estar besandonos, Annie necesitaba respirar, ella tenía los ojos cerrados aun y nuestras bocas se frotaban.
― Annie... eres lo mejor que le ha sucedido a mi vida...
Ella se ruborizó de inmediato, sus mejillas al igual que todo su rostro era hermoso, le di pequeños besos en sus pómulos y mordí el lóbulo de su oreja haciéndole reír, era una melodía hermosa para mis oídos.
― ¿Te han dicho que eres muy guapo?
― No, pero sé que lo soy ―Ella se rió, con sus dos manos pequeñas comenzó a peinar mi cabello hacia atrás, descubrió mi frente y me dio un beso justo en medio. La envolví entre mis brazos, era muy tarde, la cargué para llevarla a su habitación y después irme a casa. Estaba cansado.
Fuimos a su habitación, Annie me besaba las mejillas, también mis hombros. La dejé sobre la cama, recostada como una princesa.
― Quédate esta noche... me haces falta.
¿Cómo negarle algo a mi chica?
Asentí de inmediato, ella se emocionó y comenzó a besar mis labios nuevamente. Esta vez fue ella que con fiereza dicto el ritmo de nuestros besos, jadeos escapaban de su boca y comencé a pensar que lo hacía a propósito porque me hizo reaccionar, ya estaba sobre ella y Annie cada vez demandaba más. Le toqué las caderas, los glúteos y ella curvó su espalda hacia atrás, nuestros cuerpos se rozaron un poco más y ella gimió contra mi boca. Ese fue el sonido más placentero que había escuchado en mi vida.
No pude resistirme a tomarla de las caderas y colocarla sobre mi cuerpo, en ningún momento dejamos de besarnos, aunque nos faltara oxígeno en nuestros pulmones. Annie detallaba mis labios entre cada fricción de nuestras lenguas las cuales en ciertas ocasiones se frotaban, removió los broches de mi camisa de uno en uno y me incitó a que también hiciera lo mismo.
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I'm Fine ; Kth | Editando
Romance❝La lluvia calmaba la sed que sentía mi alma. ❞ ❀ Prohibida su copia o adaptación.