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Era nueva en el vecindario, apenas estaba mudándome hoy a mi nuevo hogar, anteriormente vivía en casa paterna pero ya no soportaba estar ni un minuto más allí, eran personas insoportables y crueles en muchas ocasiones. Decidí ahorrar dinero para vivir sola cuando tenía 16 años, justo ahora tengo 22.

Mi nuevo hogar era pequeño así como el vecindario, pero era mi propio espacio finalmente y estaba muy feliz por ello, me gustaban las casas o departamentos pequeños, eran acogedores.El carro de mudanzas había dejado todo prácticamente en el jardín, simplemente sacaron las cosas del auto y las colocaron allí porque no tuve dinero suficiente para pagarles y que me ayudaran a llevar todo dentro.

Meh, puedo sola

Finalmente estaré sola, adiós a las quejas, adiós a los conflictos y sobre todo... adiós a mi familia. Me dejé caer en el pequeño sofá que ya venía dentro de la casa y descansé unos minutos, observando a mí alrededor.

Lo había conseguido, con mucho esfuerzo pero por fin tenía mi propio hogar y comenzaría mi vida así como he planeado vivirla

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Varias horas habían transcurrido, termine de ordenar y limpiar casi todo y ya estaba oscureciendo, suspiré, estaba agotada. Necesitaba darme con urgencia una ducha y dormir mil años, pero estaba lejos de hacerlo porque aún me faltaban cajas en el jardín que llevar dentro.Había dejado de ultimo las cajas del jardín, eran pesadas y sabía que quizá no iba a poder con ellas. Decidida a hacerlo todo rápido fui al jardín delantero de mi casa, y tomé una caja pero esta era tan pesada que me fue imposible levantarla por más de que quisiera. Iba a tener que sacar todo el contenido y eso me llevaría demasiado tiempo.

Tsk, alce la vista, un chico moreno de cabello castaño oscuro iba pasando por la acera de mi casa y sin pensarlo mucho le llame, el pareció escucharme pero siguió caminando, como si estuviera ignorando mis pobres gritos de auxilio.

― ¡Disculpa!

El moreno por fin se detuvo y me observo con fastidio, su mirada posada sobre mi había hecho que me congelara en mi lugar y no pudiera decir nada, el no dejo de mirarme y yo no deje de sentirme pequeña

― ¿Qué necesitas? No tengo toda la noche.

― Pu-pues... No era mi intención molestarle pero ¿podría ayudarme con esto? ― Señale la pesada caja que estaba a mi lado, el frunció el ceño, pero se acercó a mi jardín muy rápido, tomo la caja entre sus brazos y la elevo como si esta no pesara mucho y yo solo estuviera siendo ridícula por pedirle aquel favor.

Pude observarle mejor, su cabello era castaño, su piel un poco morena mientras que sus ojos... me perdí un momento en ellos. Sus ojos eran oscuros y profundos.Cuando dejo la caja en el suelo, simplemente se retiró de mi casa sin decir nada. Me dejo como una tonta parada allí observándole, sin duda era guapo pero tenía algo más, no supe que era pero llamaba mi atención.

I'm Fine ; Kth | EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora