Lost Angel || Brutasha

Dos

Las luces se apagaron y un destello rojo era lo único que se podía visualizar. Las tres chicas estaban en las mesas del medio, el hermano de Wanda había sido de gran ayuda para conseguir los asientos. Todas las mujeres estaban tomando asiento alrededor del salón. Tres minutos después, una melodía se escuchó en los altavoces, Natasha supuso que era para ambientizar mientras esperaban.

—No puedo creer que me dejé convencer por ustedes para venir aquí—dijo por lo bajo del hombro de Pepper.

—¿Por qué?, esto va a ser divertido, escuché que hay un chico de lindos risos, y que las mujeres con las que se acuesta no tienen ninguna queja —Natasha la miró confundida.

—¿Cómo pudiste averiguar eso?, ¡Apenas llegamos aquí! —contestó alarmada por la capacidad de su amiga para averiguar las cosas.

La rubia se encogió de hombros—Solo escucho a la gente de aquí, soy buena en eso ¿sabes? y ellas tampoco hablan como para ser secreto. —abrió la boca para decir algo más, pero fue interrumpida por Wanda.

—Tasha —giró para ver a su amiga, el apodo que la rubia y la pelirroja le habían puesto solo significaba una cosa —¿Recuerdas lo de tener sexo hasta que las piernas duelan? —preguntó enfáticamente levantando una ceja.

Lo vio en sus ojos, ellas no bromeaban con respecto al sexo, estaba de acuerdo que no había tenido ese tipo de intimidad con un hombre desde su antiguo novio, sólo que no lo quería hacer con un desconocido, ¿y si el tipo no se protege?, pero, por otro lado, no puede negar que un polvo de una sola noche es excitante y solo de pensarlo partes que no debieran humedecerse lo hicieron.

—No, Wanda, no —dijo negando.

—Sé que lo quieres, chica, te conozco, eso de una sola noche está en tus venas, no trates de ser mojigata conmigo, no con nosotras. Ahora —dijo sonriendo mirando su reloj—Disfruta —añadió finalmente.

Dos segundos después, Pony de Ginuwine sonó en todo el salón, Natasha volteó a ver a sus amigas y una risa se le escapó al ver sus expresiones, parecían un par de adolescentes.

Los reflectores se encendieron, al ritmo de la canción, dejando ver a los bailarines quienes ocupaban los laterales de la pista. Los gritos de las mujeres llenaron la sala al ver que un chico de cabellos rizados caminaba con agilidad y lentitud hacía el tubo principal.

Él sabía lo que hacía, eso quedaba claro.

Natasha se sorprendió, pensaba que era el típico baile en donde los disfraces de bombero o policía sobrarían, aunque eran diferentes los conjuntos combinaban a la perfección.

El chico que se encontraba a la izquierda del escenario lo siguió. Éste último no llevaba nada más que un short de cuero que marcaba su trasero. Pero, sin duda, el que dejó boquiabierta a la pelirroja fue el chico de rizos, él llevaba puesto unos pantalones, no eran tan pegados y el material era diferente, su pecho estaba levemente marcado.

Mientras que Wanda y Pepper lanzaban billetes al escenario, junto con otras mujeres, y gritaban piropos poco apropiados, Natasha se quedó sentada clavando su mirada en los movimientos lentos y precisos del moreno, sus ojos eran profundos como la noche, y su media sonrisa era deliciosa.

Lo disfrutaba, eso se veía en su mirada.

El chico de la derecha, era alto, rubio, delgado, no era demasiado musculoso, pero sus caderas se movían con una naturalidad mientras pasaba sus manos por su cuerpo, el material del short que llevaba puestos era de cuero, al igual que los del chico de la izquierda, pero estos eran más cortos y con incrustaciones que brillaban al reflejarse la luz.

—Vamos, chica, baila. —gritó Wanda por lo alto. —Toma —le dio unos billetes.

El chico de risos que se había quedado mirando cruzó su mirada con la de ella, su media sonrisa, se volvió una entera, parecía como si hubiera encontrado a su presa de la noche.

—Oh Dios, te está mirando, eso es caliente. —dijo mientras se venteaba con la mano dramáticamente.

Él se acercó sigilosamente a la mesa de las tres amigas, Wanda y Pepper se hicieron a un lado cuando éste llegó.

—Así que, chica bonita, ¿Quieres venir conmigo al escenario y dar un espectáculo? —preguntó pegando su boca en la oreja de Natasha.