Mi admirador secreto. [EN EDICIÓN]

Capítulo 11.

Holiz, j3j3. Acá traje el cap. n° 11, xdd. Espero que les guste♥.

PD: No pude conseguir ningún cover en YouTube en donde estén cantando dos personas la canción, así que cuando venga la parte en donde Julianna y Steven tengan que cantar, imagínenlos en su mente a ellos dos cantando en un escenario, enfrente de mucho público e_______e xddd. (Hago lo que puedo ._. xdd).

Disfruten el capítulo♥...

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Lunes. 5 en punto am. Tenía mucha fiaca como para levantarme. El cuerpo me pesaba y me ardían los ojos de tanto limpiármelos anoche de tanto llorar. Seguro mi mamá debe estar despierta, preparando el desayuno; pues ni modo, hoy me arriesgaré a llegar algo tarde. No tengo ganas de cruzarme con mamá.

Decido posponer mi alarma para despertarme a las 6:50 am. Estaba a punto de volverme a dormir, cuando escucho que tocan mi puerta. Si llega a ser mamá, no le pienso abrir, no voy a hablarle por un buen tiempo.

Descarto la idea de que puede ser mamá cuando escucho que dicen...

—Julianna, ¡despiérta! Soy Oliver —decía él desde afuera con una voz ronca—. Mamá quiere que bajes a desayunar.

Ok, ¿de qué carajos me perdí? ¿Mamá llamándome para desayunar? ¿O será que se habrá sentido mal por lo de anoche que por eso, ahora, me lo quiere recompensar, llamándome al desayuno? De todas formas, no pienso ir.

—Dile a mamá que no pienso bajar... —dije y me esondí debajo de las cobijas—.

En unos segundos, siento que abren la puerta. Me doy la vuelta y veo que Oliver (quien todavía sigue en pijama) entró y se sentó en mi puff blanco y negro a cuadros.

—¿Qué te he dicho sobre entrar a mi habitación sin...? —dije yo, debajo de las sábanas—.

—... tocar la puerta —Oliver me interrumpe y termina de decir mi frase, imitando mi voz—. ¡Por Dios, Julianna! ¡Me tienes harto con eso! Hay veces que entras a mi cuarto sin tocas y yo no te digo nada...

—No mientas, Oliver, hasta me avientas almohadas —Oliver se ríe; me destapo, me siento en mi colchón mirando a Oliver—. ¿Qué es lo que quieres?

—Solamente vine a avisarte de que...

—Gracias por avisarme —lo interrumpo—, pero no pienso bajar.

—¿Por qué? —Oliver se mostraba preocupado; rara vez en él— Antes MORÍAS porque mamá te llamara para desayunar, y ahora que lo hace, ¿la rechazas?

—En ningún momento dije que la rechazo, sólo que... ya estoy harta de que mamá piense que soy la "oveja negra" de la casa —hago comillas con los dedos cuando digo 'oveja negra'—.

—¿De qué estás hablando? ¿Cómo que "oveja negra"? —Oliver también hace comillas con los dedos cuando él dice 'oveja negra'—.

—Sí. Oveja negra, como escuchaste...

—¿Y qué te hace pensar eso? —se acerca al lado mío, a lo que yo me preocupo al pensar si él tiene fiebre o no—.

—¿Tienes fiebre, Oliver? —apoyo mi palma en su frente para ver si no está caliente. Oliver me mira, confundido—.

—¿De qué rayos hablas? —aparta mi mano de su frente—.

—Sólo quería saber si tienes fiebre, ya que estás aquí... en mi cuarto... sentado al lado mío —Oliver rueda los ojos—... ¡preocupado por mí!

—¿Ahora ya no puedo preocuparme por tí?

—Emmm, bueno... n-no, ¡digo! Sí, sí, sólo que es... medio raro en... en tí...