Capítulo 6.

244 11 0
                                    

Quedé algo sorprendida. ¿De dónde Bryan sabe mi nombre? Ni siquiera se lo había dicho antes de saludarlo.

Estaba sin palabras. Pestañeé un par de veces cuando Bryan agitaba lentamente su mano en frente de mis ojos.

—E... ¿estás bien? —me preguntaba él algo preocupado—.

—Ee... sí, sí, estoy bien... —tragué saliva— emmm, ¿cómo es que ya sabías mi nombre?

—Cuando el profesor Patrick estaba tomando asistencia

Ahora mismo quería golpear mi cabeza contra la pared. Me sentía una tonta. Me preocupé por nada.

—Ahhh, cierto, qué tonta soy —dije golpeándome la frente con mi palma.

Bryan se echa una risa.

—Yo soy Bryan —decía mientras estiraba su mano esperando a que se la estreche—.

—Lo sé —se la estrecho—. El profesor había repetido tu nombre.

—Cierto...

—Oye, si quieres... —me puse a mirar a mi alrededor. Tengo esa maldita costumbre de mirar hacia todos lados como si estuviese a punto de cometer un crimen y procurar que nadie se entere— puedo enseñarte la escuela, así no te pierdes, porque este edificio es enorme. En mi primer día, casi me pierdo

Y era la verdad, casi me pierdo.

Bryan se ríe.

—Gracias, pero creo que estaré bien. Ahora quiero irme a la oficina de la Directora, tengo que preguntarle algo —Bryan se estaba preparando para irse—, pero si quieres, nos vemos luego.

—Ok, yo estaré en la cafetería con mis amigos.

—Ok, nos vemos.

Bryan se iba alejando a grandes pasos de mí. Se lo veía bastante tranquilo, como si ya conociera la escuela de antes. Pensé que me iba a preguntar en dónde quedaba la oficina de la Directora, pero no; dobló justo en la dirección a donde se llega a ese lugar. No actuaba como los típicos chicos nuevos que son los 'bichos raros' de toda la escuela, que no saben dónde queda cada salón ni nada por el estilo, no, él actuaba como si conociera la escuela de memoria, como si fuese alguien que viniera desde siempre aquí. Y eso es algo bueno... ¿o no?

En fin, miré la hora y se acercaba el momento de almorzar. Y eso significa que también debo controlar mi nivel de glucosa en sangre, así que antes de irme hasta la cafetería, hice un viaje hasta el baño de mujeres, y hacer todo lo que tenía que hacer. Medir mi nivel de glucosa en la sangre, anotarlo en un pequeño cuadernito que llevo siempre conmigo, e inyectarme la insulina de un fuerte pinchazo.

Tengo prohibido olvidarme de esto, ya que sino puedo caer internada como las otras tantas veces en que he sido internada de urgencia cuando me olvidaba de hacer esto.

Cuando terminé de guardar mis cosas para la diabetes, decidí hacer viaje hacia la cafetería, ya que mi estómago me estaba reclamando algo sólido. Una vez que llegué, veo a lo lejos que Steven y Sarah están sentados en una mesa junto con Greg, el novio de Sarah, como siempre y... ¿Bryan? ¿Cómo llegó allá tan rápido? Hasta donde sé, hace unos minutos, estaba yéndose hacia la oficina de la Directora, y digamos que queda un tanto lejos de la Cafetería.

Qué raro...

En fin, elijo lo que me parezca menos asqueroso una vez que es mi turno en la fila: un puñado de ensalada de zanahorias y puré de patatas. Cuando me acerco al refrigerador, saco una botella de agua por si me da sed. Veo que Steven está agitando su mano, señalándome en dónde están. Le sonrío y me voy directo hacia allí.

Mi admirador secreto. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora