Pasó ya un mes desde que desperté. Desde que he estado en coma me he perdido de muchas cosas: el cumpleaños de Oliver, Navidad, Año Nuevo... mi cumpleaños, también. No sé cómo expresar lo que se siente despertar con dieciséis años así como si hubiera pasado un día. No me gusta celebrar mi cumpleaños, pero... me lo perdí...
La enfermeras venían cada día a mi sala para hacerme unos ejercicios y así poder volver a hacer lo que siempre hacía. Todo este tiempo he estado casi como un vegetal, pero iba progresando gracias a los ejercicios.
Cada día venían y me enseñaban a mover la cabeza, a sentarme, a mover los brazos y las manos, las piernas y los pies. También me enseñaban a hacer gestos y a hablar. Después de que pude dominar todo eso, me dieron cuatro días de descanso, volvieron y me enseñaron a caminar como si fuese una niña aprendiendo a hacer eso.
Por ahora no puedo caminar como toda persona normal, así que primero comencé a moverme en una silla de ruedas y ahora uso muletas. Por un momento tuve miedo ya que nunca he usado muletas y tenía miedo de caerme, pero luego me acostumbré y las usaré hasta que pueda caminar como siempre lo he hecho.
Pero el no caminar es lo que menos me preocupa. Lo que más me preocupa, en estos momentos, es la escuela. Me perdí cinco meses de clases y no sé cómo voy a hacer para reincorporarme así de la nada. Tenía pensado pedirles a los profesores que me den los temas que han estado enseñando, así yo los estudio y me toman un examen para cada tema. Espero que hagan eso. No me gusta mucho la escuela pero, sin embargo, me preocupo ya que es la única manera de poder conseguir lo que quiero ser de grande. La escuela es la única solución para poder llegar a ser lo que queremos ser.
Me encontraba en mi habitación del hospital, sentada en la cama, viendo algunas fotos en mi celular. Paso por las fotos en donde pasaba momentos con Sarah.
Me corre una lágrima por la mejilla. Sarah realmente me ha lastimado, pero la extraño. Teníamos nuestras diferencias y por más que estemos peleadas, yo la extraño. Tengo a Summer, pero no pienso reemplazar a Sarah con ella. Sarah es una cosa y Summer es otra. Yo nunca creí que iba a ser amiga de Summer, sólo... el destino quizo que fuera así, al igual con mi pelea con Sarah. Ok, voy a tratar de dejar de pensar en el pasado, sólo me hace llorar.
Doy un saltito en mi lugar cuando siento que alguien se sienta al lado mío y apoya su brazo en mi espalda. Giro mi cabeza y veo que se trata de Steven que, ni bien giré mi cabeza para poder verlo mejor, él me da un beso en los labios. Suelto mi celular, rodeo su cuello con mis brazos y paso mis manos por sus cabellos, jugando con ellos. Él lleva sus manos a mi cintura y me atrae más a él.
Dejamos de besarnos, chocamos nuestras frentes y nos miramos a los ojos, sin apartarnos.
—Cómo extrañaba esto, July... —decía Steven, acercando su rostro a mi oído y susurrándome en él—.
—¿Tú crees que yo no? —le dije, susurrándole en el oído— No veo la hora de salir de aquí.
—No te desesperes, July —Steven se aparta de mí y me da un corto beso en los labios mientras me acaricia el cabello—. Vas a ver que cuánto menos te lo esperes vas a salir de aquí y vivirás tu vida nuevamente.
—Espero que sí...
Agarré mi celular y me puse a ver devuelta esas fotos junto con Sarah. Me corre otra lágrima por mi mejilla que parece que Steven vio, ya que se dedicó a limpiarla con su dedo. Él se me acerca y me abraza, pero yo no le correspondo el abrazo, sino que me quedo viendo esas fotos.
—No llores... —decía él mientras me besaba el cuello—.
—¿Cómo no voy a llorar? ¡Extraño a Sarah, Steven! —dije y al rato me puse a llorar, lo que hace que Steven me quite el celular y me abrace más fuerte—.
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Mi admirador secreto. [EN EDICIÓN]
ספרות נוערJulianna Jones es una adolescente que trata de buscar la felicidad en su obscura vida. Se considera a sí misma una "chica hipster", no tiene muchos amigos, es considerada el "bicho raro" de su escuela, siempre le encuentra doble sentido a las cosas...