One shots - Akakuro

- Tarde para lamentar -

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El sol se mantiene en lo alto del cielo como cada día, iluminando la tierra siendo una obligación. Hoy resulta ser un día de temperatura agradable, justamente el tiempo deseado por cada pareja para una boda perfecta. 

Al menos, aquellos que de verdad se amen.

En el espacio abierto, las sillas están colocadas en paralelo, un lugar que parece sacado de un mundo de fantasía donde los unicornios y mariposas andantes existen. Los invitados entran con lentitud, mirando por sobre por si hay algún conocido cerca, y si hay, se dirigen a ellos con una sonrisa, para después ir a felicitar a los padres de los que pronto pasarán a ser de una misma familia oficialmente. 

El pelirrojo entra a la sala con el vestuario listo, más elegante que nunca. Con una sonrisa saluda a todos los presentes uno por uno, mirando atentamente la entrada con el reojo sin que nadie lo note, como si quisiera comprobar la llegada de uno de lo invitados. 

Después de unos cinco minutos, unas cinco personas entraron por la puerta que daba al espacio de la boda, colores de pelo llamativos, y entre ellos, él. Akashi sintió cómo de repente su corazón le faltaran ganas de seguir latiendo, por unos breves segundos, lo miró atentamente, como si con la mirada le dijese que se vaya.

Ya que, de todos los invitados, él no quería que ese peliceleste en concreto viniera. 

Tras ver que su mirada no recibía respuesta, volvió a lo suyo con normalidad, aunque ciertamente, el ambiente se le hizo más pesado en cuanto lo vio entrar con tanta naturalidad, sin siquiera dedicarle una mirada, aunque sea de culpa, aunque sea de disgusto. 

Suspiró por dentro, viendo que ya va siendo hora de ir a la plataforma y esperar a la novia. 

Desde lejos, Kuroko observa cómo Akashi se dirige hacia la parte más alta que hay en todo el exterior, las personas que lo veían se callaron y se sentaron en las sillas, esperando que la gran ceremonia comenzara de una vez. No es como que no se hubiera dado cuenta sobre que Akashi lo ha estado mirando casi todo el rato desde que entró con los de la Kiseki, pero el hecho de no dedicarle la mirada cuando él podía darse cuenta, fue a propósito.

Hoy lucía, se puede decir incluso, impecable. Como siempre. Si no fuera por los años que pasaron juntos en secreto, no hubiera descubierto que su sonrisa era falsa, más bien dicho, sabe a la perfección el porqué de tener que fingirlo. Por él, por ellos. Ríe por debajo al pensar en esa posibilidad, seguro que se le estaba yendo la poca conciencia que le quedaba, ¿asistir a la boda en la cual el amor de su vida se casará con otra persona? ¿Quién haría eso voluntariamente?

Exacto, él no. Pero algo en el fondo le decía, que si no asistía, lo lamentaría. 

Y el lamento no sería menos que cuando se separaron. Si hoy en día sigue recordando aquel día, no tenía un clima diferente a hoy, de hecho, era idéntico. Los dos estaban como siempre, pero lo que falló a la rutina fue el rechazo que los dos recibieron de ambas familias, por más que quisieran estar en contra de ellos y estar juntos, la vida siempre te termina dando dos bofetadas, las cuales te dejan sin palabra alguna para defenderte. 

La ceremonia comienza y la novia entra a la escena, todos terminan admirando la forma en la que se sube a la plataforma. Se miran, sonríen y suena unas cuantas risas abajo, las típicas que se escuchaban en clases de primaria cuando algún chico o chica le daba un regalo a otro individualmente, solo que ahora, no es una tontería cualquiera, es un compromiso que somete a la pareja ser el uno para el otro.

Quizá porque la conciencia obligó a los dos, pero en el momento que Akashi se giró hacia el público, su mirada pilló a Kuroko a la mirada, esta vez no evitó ninguno de los dos el contacto visual. Mientras el pelirrojo hablaba, mirándole únicamente a él, la mano de Kuroko se movía nerviosamente sin que nadie de su alrededor lo notada. Ambos con intenciones de querer salir y levantarse, decirse todo lo que no pudieron decir desde aquel día, abrazarse, tocarse, besarse e irse de allí bajo la mirada de todos, sin esperar siquiera una aprobación, solo la satisfacción y la necesidad de estar juntos bajo ningún prejuicio. 

Pero saben más que nadie que eso es solo de películas.

Tras dejar el micrófono, Akashi vuelve su mirada a la novia, sonriendo. En su mente repite mil veces que allá no puede romperse la poca autoridad sobre sus emociones que le queda, resultando ser casi imposible, aunque a ojos de otros sigue estando perfecto.

La boda termina, cada uno va a lo suyo, algunos felicitan, algunos comen y otros se emborrachan. Quizá Kuroko no haría ninguno de esas tres opciones, y es que es así, se despidió con los de la Kiseki y algunos amigos que vinieron juntos, tras eso, se alejó lentamente de la multitud, entrando al edificio para irse a su casa, derrumbarse en la cama y dormirse, como si esa boda jamás existió.

Akashi lo observó salirse, entrar al taxi y desaparecer al otro lado de la carretera. Con la excusa de que necesitaba salir para buscar el baño, llegó hasta delante de la puerta principal, allí pudo ver todo con claridad, sin personas de por medio, sin más obstáculos los cuales tapaban su vista. El peliceleste no había cambiado desde ese entonces, puede que el tiempo había pasado rápido, puede que lento, pero la realidad es que llevaban tres años así.

Observándose mutuamente, pero a la vez quitándose todas las esperanzas de volver a ser como antes.

—¿Qué les ocurre? —La voz de Takao suena cerca del oído de Midorima, la duda se nota a sobras en el tono que utiliza. Midorima dirige su mirada a la entrada al edificio, a sabiendas de que Akashi no se había ido al baño.

—Tan solo han notado que después de tanto, es tarde para lamentar lo decidido. —Suspira, tras decir aquellas palabras, mira a Takao, este con cierta confusión en el rostro. Con seguridad, toma la mano de este, esperando que su final no sea el mismo. 

Ni Akashi ni Kuroko derramó una sola lágrima ese día, puede que ya no les quede tras todo lo que han pasado, puede que ya siquiera saben si llorar sería correcto. Pero lo que tienen seguro, es que ese es el mejor final para ambos, después de todo, aquello sí es posible.

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Fuente de inspiración:

你还要我怎样 —— 薛之谦

Mañana corrijo faltas ~ Ya ahora me voy a dormir uwu

Tengan un lindo día y gracias por leer <3

Mattane ~